El viento gélido azotaba sus rostros con poca fuerza, brindando quizá el pretexto perfecto al temblor de sus piernas. Su sangre se tornó helada y su vista se cristalizó un poco. Sabía que ese panorama llegaría tarde o temprano, pero enfrentarlo parecía aún más difícil.
El silencio de una noche de agosto retrató entonces uno de los días más temidos de su vida. ¿Qué podía hacer ya?
Escuchó los pasos de Soobin encaminarse hacia el auto, alejándose para brindarles completa privacidad. Los grillos componían una suave melodía de fondo, y la calma era perturbada por instantes gracias a las bocinas de los autos en la carretera.
Pero nada de eso importaba.
No cuando tenía frente a él a quien en algún momento consideró el amor de su vida. Ese rostro que había intentado enterrar en lo más profundo de su mente, aquél ser al que juró amar hasta el fin del mundo, maldiciendo quizá su propio destino.
Kang Taehyun. El causante de sus sonrisas más hermosas y de sus lágrimas más trágicas.
El silencio reinó por minutos que se sintieron realmente eternos. Beom ni siquiera se atrevió a mantener contacto visual con el menor, pues el simple hecho de mirar sus ojos provocaba que todos los recuerdos invadieran su mente al grado de destruirlo. Y no podía derrumbarse justo ahora.
-Hola, Beomie.
Su corazón se aceleró entonces aún más. Bajó la mirada y asintió ligeramente como para devolver el saludo.
-¿Qué necesitas?
Escuchó a Tae aclarar su garganta y suspirar nervioso.
-Creo que necesitamos hablar.
¿Cuándo dejaría de sentir vuelcos en su corazón a causa del chico?
-No sé si tenemos algo de lo que...
-Escúchame Beomgyu.- interrumpió el pelirrojo, provocando que se sobresaltara un poco. - Estuve esperando tanto tiempo para poder ser sincero contigo, y no pienso dejar pasar una oportunidad como ésta. Si después de oírme quieres irte u odiarme no te preocupes por eso. Pero necesito sacar ésto de mi pecho porque sé que no soportaré más si no lo hago.
El menor asintió, algo inseguro.
-Antes que cualquier cosa, de la manera más sincera quiero pedirte una disculpa. Por todas y cada una de las cosas que sucedieron en esos preciosos meses que me regalaste. No merecías nada de lo que te hice y dije en su momento.
Sé que me odias por haberte prometido que me quedaría por siempre, que jamás te dejaría solo y sobre todo, que jamás rompería tu corazón. Sin embargo lo hice, así como en algún momento alguien lo hizo conmigo. Porque aunque no lo hablé contigo, en un pasado también me destruyeron, y supuse que yo podía hacer lo mismo, amar sin remordimientos hasta que me cansara y huyera con alguien más. Pero el maldito karma me está matando y no me quedó más que extrañar cada detalle tuyo, tu manera de hablar, de tomar mi mano, el apoyo que me brindabas y las palabras tan hermosas que me dedicabas cada día. Jamás logré encontrar a alguien como tú, que me hiciera sentir vivo tan sólo con una mirada, y aunque te dije que tú sólo habías sido un capítulo en mi vida del cuál aprovecharme definitivamente es una mentira. Te necesito más que a cualquier otra cosa, y aunque suene irreal no he dejado de amarte tanto como cuando nos conocimos.
A veces recuerdo cómo comenzó nuestra historia. Mantengo la impresión del primer día que te conocí, supe de inmediato que eras increíble, alguien a quien no encuentras dos veces en la vida. Inteligente, amable, educado, hermoso... Y con ese toque infantil que tanto te caracteriza, una de las tantas cosas que me atrajo hacia ti. Aún puedo sentir el curioso sabor del helado de nuestra primera cita, y también la felicidad estallando en mi interior de cuando me confesaste que te gustaba. Y claro que fuimos tan felices juntos, pues disfruté cada momento que pasé a tu lado.
No he podido perdonarme todo el daño que te hice, y es seguro que tú tampoco lo has hecho, y con justa razón. Hice y dije cosas tan horribles que incluso me repudio. Sobre todo sé también de antemano que no me amarás por segunda vez, pues el odio puede llegar a ser más grande que el amor que pudiste haber sentido por mí. Pero si aún queda una pizca de ese cariño en tu interior, por favor tráeme de vuelta y déjame quedarme.
Puedes guardar esas lágrimas para otro día y para otra persona, porque te juro que conmigo no soltarás ni una más que no sea de alegría.
Probablemente sea ya demasiado tarde y es culpa mía, por no ser tan valiente y haberte buscado antes. Y si has encontrado a otra persona que te ame de la forma en que mereces sabré aceptarlo, pues realmente vales tanto como para tener a alguien mejor, aunque también estoy seguro de que yo jamás te soltaré otra vez.
Por favor, Beomgyu. Guarda esas lágrimas, y tráeme de vuelta.Perplejo era la palabra adecuada.
Había sido un golpe de realidad bastante fuerte. Le tomaría bastante tiempo analizar cada una de sus palabras, pero tampoco era sensato quedarse ahí toda la noche.No pudo ni siquiera recobrarse al momento, mirando perdidamente el piso como si eso fuera a ayudar un poco. ¿Realmente estaba siendo así de sincero?
Parecía que había entrado entonces en un pequeño trance, del cuál no reaccionó hasta que sintió las cálidas manos de Taehyun posándose sobre sus hombros, sacudiéndolo un poco con algo de desesperación.
-Maldita sea, Beomgyu, dime algo. Siquiera dime que me odias por romper tu corazón, o dime que no has podido amar a nadie más y que también te derrumbas día y noche al igual que yo. Por favor, mi niño hermoso. Ya no puedo más con éste vacío en mi interior...
Fue así que el mayor por fin pudo levantar la vista y perderse nuevamente en el color miel de los ojos del contrario, con el rostro completamente húmedo gracias al llanto silencioso. Por supuesto que él también se había sentido vacío y sin rumbo. Pero ahora tenía demasiado miedo. Quizá el rencor ya no tenía tanta cabida en su alma, pero las cicatrices le recordaban cuánto llegó a sufrir por culpa de ese terrible amor. Encontrarse con esa faceta deshecha de Tae no hizo más que apretar su corazón, pues jamás imaginó toparse con esa imagen en su vida. Tenía la cabeza tan revuelta, los pensamientos comenzaron a atormentarlo de nuevo...
¿Qué debería hacer?Sin embargo y a pesar de todo, Beomgyu ya tenía su decisión bastante clara. Lo supo desde el momento en que se volvieron a encontrar, siendo respaldado por días y noches imaginando la escena en cualquier contexto posible. Lo complicado del asunto era digerir la realidad y poder expresarla como debía, pero ese era el momento.
Con un golpe de valentía tomó las manos de Taehyun y las retiró lentamente de sus hombros, procurando no romper el contacto hasta que las tomó firmemente entre las suyas. El menor no se inmutó siquiera un poco, y Beom agradeció eso.
Pudo entonces respirar profundo y sentir calma. El silencio de la noche lo arrullaba y el aire soplaba suave, refrescando su mente.
Cerró sus ojos y suspiró, reuniendo coraje para dedicarle a Taehyun una tímida y compasiva sonrisa antes de mirar al cielo por primera vez en la velada.
Sí, definitivamente tenía razón.
Las estrellas brillaban tanto esa noche...
Fin.

ESTÁS LEYENDO
𝙎𝙖𝙫𝙚 𝙮𝙤𝙪𝙧 𝙏𝙚𝙖𝙧𝙨 ; 𝙏𝙖𝙚𝙜𝙮𝙪
Conto«Luces tan bien ahora que estás sin mí. Y sé que no me amarás por segunda vez.» ﹀♡ ꒱..°Historia corta. ﹀♡ ꒱..°Completa.