𝐂𝐃𝐒 | ❝ ¿No puedes ver cómo rompes mi corazón cada vez que suspiras por ella? ❞
Merlina solo quería escapar de Nevermore cuanto antes y Ginevra solo quería estar tranquila el resto del año escolar, a ninguna le salieron las cosas como esperaba.
...
O1. La reina que duerme sobre su trono, es destronada.
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Sé que te gustaría que comenzara esta historia conmigo haciendo mi trabajo, pero las historias que comienzan con un cadáver desafortunado ya no son muy interesantes, ¿verdad?
Hay individuos que poseen una... cualidad, llamémosla así, que hace que me cruce muy a menudo con ellos cuando recojo a alguien y no porque sean el asesino o sus manos estén manchadas de sangre, simplemente hay personas que me atraen, seres peculiares que me llaman inconscientemente.
Esto me lleva a contarte sobre una familia muy interesante, pero seguramente ya has oído hablar de los Addams; padres amorosos que derramaban miel el uno por el otro, una primogénita con inclinaciones misántropas y un pequeño hijo de carácter dócil, también por allí están otros miembros igual de peculiares y, ¡claro! Dedos, no olvidemos al fiel Dedos.
Esta historia comienza con la llegada de Merlina Addams a la Academia Nevermore. Ya he estado en muchas ocasiones aquí, la prestigiosa institución lleva desde 1791 educando marginados y monstruos que tarde o temprano llegan a mi encuentro.
Pero dejemos las cosas lúgubres y volvamos a un suplicio que para muchos puede ser la peor de las torturas: el aguijón del amor, ese dulce veneno que entra en tu cuerpo y te destruye lentamente cuando tus sentimientos no son compartidos.
—Rita asegura que oyó de una de las lobas que fue acusada de asesinato —cuchichea Divina con sus amigos—. ¿Y no les parece extraño que llegue a mitad del periodo?
—Extraño, sí —murmuró Bianca para sí misma, le estaba fastidiando ver a toda la escuela hablar de la supuesta estudiante nueva y no de la victoria arrebatadora que logró esa tarde en las clases de esgrima.
—Se supone que es una normi —agrega Kent al rumor inicial de su hermana—. Aunque dicen que es demasiado extraña para ser considerada uno de ellos.
—¿No lo somos todos? —dice Ginevra.
Yoko murmura algo de acuerdo con su amiga, pero viendo venir el comentario listillo de Bianca, decide ahorrarse el drama.
—Que sea diferente no significa que sea igual a nosotros —recalcó Bianca, ante eso Ginevra puso los en blanco—. Tranquila, no lo decía por ti.
Ni siquiera se molesta en dignarle una respuesta. Llevaban años siendo compañeras en la academia y al día de hoy Bianca no podía superar la naturaleza mestiza de Ginevra, lo cierto es que su sangre tenía poco que ver con la animadversión que sentía la sirena por la otra chica.
Si Ginevra quisiera discutir, podría sacar a relucir los trapos sucios de la paternidad de Bianca, pero hacerlo solo acabaría con esos pobres adolescentes comparando sus problemas familiares. Patético, ya te lo digo yo.
Xavier Thorpe y Ajax Petropolus, los miembros faltantes de la sociedad La Noche Oscura, se acercaron al fin a ellos.
—Entonces, ¿qué hay de nuevo? —sonríe Ajax ante la expectativa de una reunión de emergencia a mitad del pasillo.
