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Respiré profundo. No podía hacer más que responderle sus preguntas, aunque a decir verdad, yo tampoco tengo muchas respuestas, ni siquiera sé de mi propia hija y eso es lo que quizá más odio de mí misma, que de alguna forma terminé pareciendome a mi padre respecto al tema hijos y demás. No me gustaba hablar de ella, porque sé que fue un error por no saber las consecuencias gracias a que nadie me dió una puta clase de educación sexual para saber cómo no quedar embarazada.

Más que nada cuando tienes 14 años y eres una niña.

No hay mucha historia para contar en realidad, o mejor dicho, soy yo la que no quiere profundizar mucho en la misma, porque puedo decir con certeza que es el único tema de conversación que de verdad me destruye en mil pedazos. Soy conciente que toda la culpa la tuve yo, ni siquiera le echo la culpa a JungKook cuando él también fue partícipe, pero la mala madre que la abandonó apenas horas de nacida fui yo, ni siquiera fui capaz de escogerle un nombre o quedarme para cambiarle la ropa por primera vez.

⎯ Se la dejé a mi madre después de que naciera.⎯ le respondí.⎯ Nunca pregunté por ella, lo único que sé es lo que mi hermana me dice.

⎯ ¿No la has visto nunca?

⎯ No.⎯ dije con un nudo en la garganta.⎯ Después de irme no regresé, ni regresaré, a China.

JungKook no sabía de mi embarazo, mucho menos que era padre, se enteró cuando fue mi madre la que lo llamó pensando que yo me había escapado para estar con él, pero no fue así, ya que él también me estaba buscando por todos los rincones de China. En mis planes estaba no contarle a él de nuestra hija, ya que cuando me enteré él había ido de viaje a Corea del Sur (su país de origen) por unos problemas que tenía su padre con alguna persona, y yo pensé que no regresaría.

Por muchas razones dejé a mi hija a la deriva, y ninguna de ellas tiene justificación a que la abandoné, así que si hoy en día ella no quiere verme lo entendería a la perfección. Una de esas tantas, era que yo tenía solo catorce años, no podía cuidar de una niña siendo yo también una. Para empezar, yo no tenía que haber hecho cosas de adultos siendo una niña, mucho menos con un adolescente pasando a ser mayor de edad, pero ese era otro tema. Yo no sabía (ni sé) nada de ser madre, de cuidar bebés y esas cosas, el miedo me llenó por completo e hice lo que mejor se me ocurrió; escapar.

Fuera de que escapé de mi propio padre, también escapé por la seguridad de esa niña, porque yo no sé nada de ser madre y estar a su lado solo sería un error, quién sabe cómo podía reaccionar si ella lloraba a altas horas de la madrugada, o cuál sería mi reacción al ver como mi padre le pega o le enseña a usar armas. Desde mi punto de vista fue lo mejor para todos, aún si le causaba dolor a alguien, prefería que las cosas sean así. No era por hacerme la víctima, pero sé que la niña la pasó mucho mejor sin mí en su vida, si yo hubiera estado presente las cosas serían distintas, lo sé.

⎯ ¿Sabes su nombre, por lo menos?⎯ me preguntó decaído. No sabía que a él podía afectarle tanto el tema de conversación, hasta que recordé que prácticamente fue lo que nunca quiso ser; un padre ausente, como el suyo.

⎯ Mi madre la llamó Estrella.⎯ respondí. Ese nombre siempre le había gustado, y quería llamarme de esa manera, pero cuando yo había nacido en China aún no estaba vigente la ley para que ciudadanos del país tengan un nombre extranjero, así que obligadamente tuvo que llamarme con un nombre chino.⎯ Ahora tiene catorce años, y está en San Francisco.

⎯ ¿San Francisco? ¿Qué? ¿Cómo llegó allí?⎯ preguntó alterado, la silla comenzaba a tambalearse por sus bruscos movimientos, y tenía miedo de que nos caigamos, porque no podríamos levantarnos hasta que venga alguien.⎯ ¿Qué mierda le has hecho, WonAe?