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𝒑𝒂𝒓𝒕𝒚 𝒕𝒊𝒎𝒆

7 de febrero de 2022París, Francia

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7 de febrero de 2022
París, Francia

¿Acaso no puedes vivir sin mí? – le pregunto a la argentina en cuánto llego hasta dónde está ella.

¿Acaso tienes algo mejor que hacer? – me responde con otra pregunta, curiosa y divertida.

No – respondo, sin querer decir realmente con quién estaba–. Venga, vamos – incito cuando ya he abierto la puerta de mi habitación.

– ¿Sabes algo de Ares? – me pregunta. Niego–. Bueno, pues mientras la esperamos voy a aprovechar a para ir al baño.

Valeria deja todas sus opciones para la noche encima de mi cama y su gran neceser con el maquillaje encima de la mesa de escritorio, que he despejado esta misma mañana para precisamente esto.

Íbamos a convertir mi habitación en un salón de belleza improvisado.

Cuando oigo un par de golpes en la puerta me dirijo a ella y la abro, al otro lado veo a Ares con una percha de la que colgaba su traje en su mano izquierda y un montón de cosas haciendo equilibrio en su brazo derecho. Ni si quiera me iba a molestar en preguntarle como es que no se le había caído nada cuando ha llamado a la puerta.

Hola – me dice con una gran sonrisa.

Hola – le saludo de vuelta dejándole paso para entrar–. ¿No tenías nada más? – me burlo viendo cómo deja todo de mala manera junto a las cosas de Val.

Esta chica era un desastre, pero ella se entendía en su caos.

No sabía lo que íbamos a necesitar, así que he traído todo lo que tengo – me dice, poniendo su mejor cara de no haber roto nunca un plato–. ¿Dónde está Valeria?

¡En el baño! – grita la mencionada desde ahí dentro.

He decidido que al final me voy a poner el vestido rojo que te enseñé en la mañana – hago saber a mis dos amigas en un grito, aunque solo tenía a la española delante.

Rojo Ferrari – dice Valeria haciéndome reír–. Buena elección.

Quería verme bien y estar cómoda, y que mejor que representando a mi nueva escudería en la primera fiesta que íbamos a tener todos juntos.

Tía, no puedes ser más torpe – me río de Ares cuando veo que no se sabe hacer ni una mísera trenza en su pelo.

Siento no tener vuestra destreza, ¿vale? – nos dice completamente indignada mientras cruza sus brazos en su pecho, haciéndonos reír más fuerte.

𝙍𝙤𝙟𝙤 𝙁𝙚𝙧𝙧𝙖𝙧𝙞 | 𝙈𝙞𝙘𝙠 𝙎𝙘𝙝𝙪𝙢𝙖𝙘𝙝𝙚𝙧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora