capitulo 4

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La luz del sol se hace presente por mi ventana y mi doncella toca mi puerta como cada mañana.

—Puedes pasar Blair.

La joven enseguida entra en la habitación abriendo las cortinas y de inmediato cumple con la rutina establecida.

Me voy a dar mi baño matutino cuando escucho su voz hacerse presencia.

—Majestad,el rey Ethelfield la está esperando en la sala del trono.

¿Que?

—¿Que?

—Ha llegado hace unos minutos y Abelard le permitió la entrada.

—¿Cómo no he sido notificada por esto antes?

—Bueno,no tiene tanto que llegó y usted estaba dormida.

—Muy bien Blair gracias,puedes ir a ver qué necesita nuestro invitado,yo estoy bien.

La chica sale directo a la salida en dirección a donde le ordené.

Tomo mi baño y termino de ponerme el traje seleccionado para hoy junto a la corona a juego.

Una ves estoy lista,bajo por las escaleras y me dirijo hacia la sala del trono donde según sé,está mi inesperado invitado.

Una vez entro a la sala veo su gran figura de pie junto a un retrato de mi familia hace años.

—¿Algo en especial que te interese?

—Solo apreciaba los viejos tiempos.

Se a lo que se refiere.

Se lo que el quiere decir.

—¿A qué viniste Ethelfield? Hoy no hay reuniones programadas y mucho menos a estas horas.

—Invitame a desayunar y quizás te lo diga.

—Pides demasiado.

—Es mi precio.

Una leve risa escapa de mis labios,la más genuina en mucho tiempo.

—Esta bien, sígueme.

Caminamos al comedor en silencio,claramente el conoce de memoria estos pasillos y podría llegar ahí más rápido que yo,pero se que el no quiere hacerlo.

O tu no quieres que el lo haga más bien...

Da igual.

Llegamos a la cocina y el desayuno ya estaba servido como cada mañana.

—Entonces ¿por qué estás aquí?

—Mis hombres encontraron un grupo de ciudadanos...

—Y..?

—Que los ciudadanos son de la nación enemiga.

—Eso no tiene sentido.

—Lo se,por eso decidimos interrogarlos.

—¿Los dejaste pasar a tu reino?

—Estaban hambrientos ¿Que querías que hiciera?

—Ir directamente a la base de defensa e interrogarlos ahí sin posibilidad de escape.

—Eso es lo que tú harías.

—Pues si.

— Yo si tengo corazón discúlpame.

—Olvidalo,te dieron información supongo.

—Dijeron que desertaron de su antiguo hogar por los tratos que les daban a los de su clase con el nuevo reinado.

—¿Su clase?

—Los plebeyos para ser exactos.

—De acuerdo—nos quedamos un momento en silencio hasta que volví a hablar—¿y solo eso?

—Si.

—Ambos sabemos que no estás aquí solo por eso.

—Bueno ahora que lo mencionas...

Divisé como se mordía la mejilla desde dentro como lo hace cuando está nervioso.

—Habla Ethelfield,no tengo todo el día.

—Lo de ayer...

—¿Que sucede con lo de ayer?

Mi voz ya no era calmada,ahora era impaciente.

—Queria pedir disculpas por lo que sea que hice.

El problema es que el no hizo nada,fue mi mente la que me hizo comportarme de ese modo.

—Acepto tus disculpas, Ethelfield.

—Insisto en qué me llames por mi nombre,Venus.

—Reina Bronwyth para ti.

Su sonrisa se ensanchó desde cada extremo,me di cuenta de que después de mucho,me reconfortaba verla.

Si sonrisa no tenía igual,era única, el extremo derecho de su comisura estaba en una sonrisa hacia abajo y el otro extremo hacia arriba.

Antes tenía una inseguridad con su sonrisa puesto que los demás chicos se burlaban de él. Me alegra ver qué ya lo superó.

El Infierno Perfecto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora