Far Away

2

|Hinata|

"Por lo que más quieras Hinata."

"No." ¿Cuántas veces me he negado a esto en el día?

"¡Vamos! ¿Por qué no?"

"Porque no puedo mentirle a Hiashi y Hana, lo sabes."

"Podrías decirles la verdad y así no te sentirías culpable de mentir porque los que mentirán son ellos, a mis padres."

"Sakura no puedo pedir a Hiashi y a Hana que mientan por mí, es algo así como un código de padres el nunca mentirle a otro padre.2

"Lo sé, pero en verdad estoy desesperada, tengo que ir a New York este mismo sábado Hinata, necesito una cuartada." Sakura me envió una de sus típicas miradas de cachorro tierno mientras fingía un temblor en su labio inferior para hacer parecer que iba a estallar en llanto si me atrevían a negarme una vez más, y a decir verdad, creo que sería una buena posibilidad que en verdad lo hiciera y me rendí.

"De acuerdo, ya pensaré en algo". Ella saltó a mi alrededor rebosando de alegría para luego lanzarse a mí en un abrazo tan fuerte que casi me corta la respiración.

"Sabía que podía contar contigo, ¡eres la mejor!"

"Sí, sí, te veo mañana." palmee su espalda con la poca fuerza que tenía y respire hondo cuando al fin me soltó para irse corriendo tan contenta y con ese espíritu que solo ella tenía.

"¡Hasta mañana!"

***

La campana de la librería sonó como de costumbre al abrir la puerta, pero el típico saludo de Kiba al verla entrar no apareció.

Y es que Kiba no estaba detrás del mostrador.

Cabello rubio y chaqueta de cuero, estaba de espaldas hacía ella, pero era evidente que era él. Todos en el pueblo hablaban del nuevo chico que llegó a vivir con el viejo Jiraiya. Había oído cosas no muy gratas acerca de él, como las peleas después de la escuela y el misterioso dinero desaparecido del supermercado local, y sólo eso era suficiente para querer mantenerse alejada de él.

Pasó de largo directo a su sección de libros preferidos en aquel local, hace unas semanas atrás ya había echado un ojo a aquel maravilloso ejemplar de tapa gruesa con 1,900 páginas en su interior. Guerra y paz, una nueva novela para su colección.

Yendo hacía la barra su corazón se estremeció de nervios por alguna razón. Casi queriendo advertirle algo.

"Llevaré este." Sacó de su bolsillo los 15 dólares que indicaba el precio en la etiqueta extendiéndolos en el mostrador junto con la obra. El sonido de un libro cerrado con enojo la sobresalto y entonces él volteó.

Cejas bien formadas, nariz masculina, mentón firme, y ojos azules estremecedores que la hacían temblar. Nunca había visto a un chico más atractivo en toda su vida.
Él parecía enojado al principio, con su entrecejo fruncido y su mirada afilada, pero cuando sus ojos la examinaron pareció calmarse internamente de un segundo a otro.

"¿Es todo?." Rezó internamente porqué el estremecimiento que le causó el timbre de su voz no fuera demasiado notorio.

"Sí." Él no volvió a contestar, sólo pasó el libro por el escanear, tomó el dinero del mostrador y retomo su lectura dándole la espalda nuevamente como si ni siquiera existiera o estuviese ahí. "Gracias." Se sintió ridícula al no recibir ninguna contestación de su parte, y sin deseos de seguir humillándose más en aquel lugar salió del establecimiento esperando que su lectura fuera demasiado buena para que él la ignorara de esa forma.