Far Away

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|Naruto|

Esto no está funcionando. Me lo sigo repitiendo todos los días desde que estoy aquí.

Bien, subirme al autobús y viajar miles de millas lejos de todo no fue mi mejor idea. Pero ¿Qué diablos se supone que debes de hacer cuándo no hay lugar para ti en el mundo?

Mi padre huyó cuándo yo ni siquiera tenía memoria y mi madre no me quería más en casa, así que desde que recuerdo suelo pasar 24 horas del día fuera de ese techo del hogar familiar.  Fui a fiestas, tuve sexo, me emborracha y cause problemas hasta que no pudo hacerse más cargo de mi y me envió lejos. Nunca estuvo en mis planes enamorarme de la chica dulce y hermosa que pasaba todos los días a la librería local de aquel pueblo donde trabaje una vez fui a vivir con Iruka. Lo recuerdo, primero fue Guerra y Paz , León Tolstoy, luego El resplandor, Stephen King, luego, Oliver Twist. Para cuando ella había devorado todo lo de Charles Dickens que podría encontrar en la tienda, yo ya había obtenido las primeras veinte folladas con ella.

Claro alguien como yo, no podía tener algo tan perfecto así que por supuesto, lo arruine.

Hinata era la chica de familia amorosa que no podía estar más alejada de mi mundo. Estaba acostumbrada a cosas que yo no podía darle. Y claro, tuve que demostrarle que todos tenían razón sobre el patán e idiota que era Naruto Uzumaki.

La herí, se que la herí. Pero también salí herido, darme cuenta de que nunca llegaría a su altura fue el golpe bajo, así que ni siquiera lo intente.

Las cosas entre nosotros duraron cerca de un año antes de que yo saliera corriendo, queriendo escapar de lo que ella y demás representaban en mi vida. Algo con lo que no podía ni quería cargar. Me gustaría decir que ella tuvo parte de la culpa, fue ella al final de cuentas quien confundió todo con un cuento de hadas y finales felices conociendo con quien se acostaba. Era ella quien a pesar de mi claros "no quiero hablar de eso" seguía insistiendo en temas de mi vida personal. Fue ella la que habló con mi padre a mis espaldas buscando ayudarme. Por otra parte, fuera del enojo que tuve en ese momento, se que no lo hizo para dañarme. Era una pequeña entrometida, pero me amaba. Supongo que sólo fue su preocupación actuando.

Ahora estaba aquí, California. Mientras ella estaba en ese pequeño pueblo a una horas de Nueva York.

Es demasiado tarde para lamentarme por todo esto. Dos años tarde.

Ahora necesitaba concentrarme en otras cosas, tenía que viajar temprano para asistir al lanzamiento del libro de Sasuke, así que, con mi mente repleta de ella, recosté mi cabeza en la almohada y cerré los ojos.

***

Si defenitivamente no está funcionando. L. A, California. Tres de la tarde 37° grados. Tengo que salir de esta maldita ciudad pronto o terminaré muriendo calcinado en este auto.

Todo el mundo habla de Los Ángeles como si fuera una de la jodidas mejores ciudades de América cuando es un puñetero infierno. Tráfico todos los días, ida y regreso. Construcción aquí y allá que siempre terminan siendo los mismos locales de comida chatarra con nombres poco originales y repetitivos y no podía olvidarme de los malditos vendedores de sombreros de cañamo en cada esquina que atraviesan las calles con semáforos en verde sin importarles un carajo. Y claro. Sin estacionamiento en ningún lado.

Al final tuve que dejar mi auto a tres cuadras del lugar en dónde se supone debería encontrarme.

El lugar estaba bien, estructura sólida, piso de madera, espacio amplio, de ese que producía un buen eco. Entiendo porque Sasuke estaba entusiasmado de presentar su libro aquí. Recorrí el lugar un poco antes de encontrarlo y que él se disculpara con las personas con las que estaba hablando para recibirme.