Capítulo 7

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A pesar de saber eso perfectamente, decidió dejarse llevar durante lo que muy seguramente sería una de las pocas veces en las que podría disfrutar de un momento así con Akashi Seijuro.

Decidió olvidar ese hecho.

-¡No me atraparás nunca sociópata!-le gritó el chico fantasma-«A la mierda la cara de siempre, a la mierda el contenerme de llamarlo así, ala mierda todo, me estoy divirtiendo junto a la persona que amo, eso es lo único que importa».

-¡¿Cómo me llamaste?!-se molestó el emperador, más no dejó de lado su faceta de diversión, esto era tan entretenido.

Demasiado entretenido, lo suficiente como para que Nigou decidiera sumarse a la diversión, tomando partido del lado de Seijuro, es decir, comenzó a perseguir también al pobre Tetsuya.

-¡Te llamé sociópata! ¿Algún problema narcisista?-miró a su perro ponerse del lado de su contrincante y con un tono sobreactuado dijo-¡Maldito traidor!

-¡Bien hecho, Nigou!-felicitó el heterocromático.

Por su parte, el peliceleste echó a correr aún más rápido que antes, burlando exitosamente todos los intentos del pelirrojo de atraparlo junto a las insistentes intenciones del perro de morder su pantalón, no lo iba a permitir, ¡Era su ropa del colegio! No había tenido oportunidad aún de cambiarse de vestimenta, al igual que Akashi, que aparentemente también había llegado de su respectiva escuela, puesto que, recién lo notaba, llevaba su uniforme.

Siguieron así un buen rato hasta que Kuroko, agotado, paró con cautela en un extremo de la mesa de té. En otro extremo estaba Akashi y al contrario Nigou. Estaba acorralado-¡Esto es injusto!

-No me importa-contestó-¡Al ataque, Nigou!

Nigou, siempre obediente, saltó hacia adelante, hacía su amo, mientras que Akashi, de un rápido movimiento, le dio la vuelta a la pequeña mesa y atrapó por la espalda a su víctima, tumbándolos a ambos al suelo, con cuidado de no provocarse daño ni a él ni a Kuroko, claro está. Nigou cayó sobre ellos, lambiéndoles toda la cara.

Los dos rieron sin parar.

De repente, la expresión del de ojos bicolor cambió drásticamente, y se sentó de un solo movimiento en el suelo.

-Espera un momento... Tetsuya, ¿Acaso leíste la carta?-con el ceño fruncido-¡Te dije que era privada! Confié en ti-con un tono dolido y decepcionado.

-No la leí, Akashi-kun-refutó mientras igual se sentaba.

-¿Entonces?-se cruzó de brazos, esperando una respuesta.

-Furihata-kun llegó junto a Riko-san con la carta y el ramo de rosas en manos. Riko-san la leyó frente a todos los del equipo-el contrario bajó la mirada, pareciendo entre avergonzado y algo molesto. Se sentía totalmente expuesto.

-Y... ¿Furihata no hizo nada por detenerla?-preguntó con un toque de esperanza.

Kuroko comenzó a recordar-Solo le pidió que fuera más discreta, pero no impidió que la leyera.

-Ya veo... gracias por decírmelo-se levantó del suelo.

Akashi se sentía algo enojado, creyó que a Kōki le importaría la carta, al menos lo suficiente como para mantenerla consigo, para no mostrarla a nadie. Pero, contrario a ese pensamiento, él había hecho público el regalo, no le importó.

Eso era lo único en lo que podía pensar Seijuro, más no permitió que ese amargo sentimiento nublara el buen rato que estaba pasando. Necesitaba distraerse con algo, y esto, más que distraerlo, le sentaba increíble. En ese instante, solo quería estar con Kuroko, se sentía bien de esa manera.

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