Empiezo a conocerte

204 34 2
                                    


La segunda semana de clases inicia y una muy aburrida Wei WuXian se encuentra recortando hojas de papel en forma de pequeños muñecos, sin prestar demasiada atención a su primera clase de economía doméstica; continúa recortando hasta que recuerda lo que se supone que debería estar haciendo y sonríe, levantando la vista para encontrarse con un par de ojos dorados, observándola.

—Ehm jeje, continúe, por favor—dice una Wei WuXian bastante avergonzada, apartando el desastre de papel y tijeras con el que estaba jugando—Yo sí estaba poniendo atención y todo...—

—Señorita Wei, ¿Qué fue lo último que escuchó de lo que le indiqué?— Inquirió Lan WangJi con mirada acusadora.

—Uhm, jeje verá... fue el "la gestión del hogar debe estar supervisada principalmente por la señora de la casa"—se sinceró Wei WuXian.

—...— ¡Esa era la segunda oración que Lan WangJi había dicho en la clase, y fue hace más de una hora!

—Lo sé, lo sé—Wei WuXian se rascó nerviosamente la nariz—es que hace un día tan bonito, ¿No sería mejor salir a dar un paseo? Conocer lugares...—Expresó mirando hacia la gran ventana de la habitación.

—Señorita Wei—

—Sólo por un día, llevamos más de una semana encerradas aquí, siento que necesito salir para no morir de aburrimiento~—canturreó la ojigris

—No ha puesto atención desde que comenzó la clase— Desde que comenzó la primera clase del primer día, quiso decir Lan WangJi, pero reprimió el impulso.

—¿Ha imaginado cómo sería vivir en otra época?—

—No.—cortó Lan WangJi, dejando el libro de contabilidad sobre el escritorio.

—¿Y qué pasaría si hubiera vida en otros planetas? ¿Qué tecnología cree que sea necesaria para averiguarlo?—

—Señorita Wei, hoy debemos dedicarnos a economía y administración del hogar.—

—Pfffff—Bufó molesta la menor—¿Es necesario?—

—Lo es.—

Wei WuXian asintió con un puchero, realmente no le molestaba la compañía de la Lan, pero todo era aburrido, ella sabía de esas cosas del hogar y la administración y todo, había sido sobresaliente en todas esas clases, pero había cosas más importantes en la vida que solo saber cuando la servidumbre hace bien sus deberes; había cosas para explorar, nuevas herramientas que desarrollar, un mundo de nuevas cosas por conocer ¿Por qué estaba perdiendo el tiempo aquí en vez de hacer algún cambio significativo? Ah, claro, porque se casó con un cretino, y ese cretino la había inscrito en una especie de escuela para jugar a la casita.

Las clases llevaban sólo dos semanas y se repetía la misma situación, Lan WangJi explicaba el tema, obtenía la atención de Wei WuXian durante aproximadamente 10 minutos antes de que ésta se distrajera o intentara cambiar la conversación.

El sábado de la segunda semana de clases Lan WangJi un poco frustrada por la situación decide que es buen momento para que ambas salgan, por supuesto que no es una salida de ocio, la clase teórica se volverá práctica al mostrarle a la señorita Wei los lugares apropiados para mandar a confeccionar prendas, comprar joyas y en dónde las familias importantes deben mandar a forjar los sellos del emblema familiar para estampar cartas y documentos importantes.

Ambas señoritas se dirigen a un distrito acomodado de la ciudad para comenzar con su clase práctica, Lan WangJi guía a Wei WuXian por tiendas de renombre, indicándole rango de precios, bienes que se ofertan, calidad de los mismos y la reputación de cada lugar, haciendo comentarios precisos de cada una de las tiendas.

Wei WuXian estaba preguntando por los sellos para cartas cuando escuchó un alboroto: Una niña de aproximadamente nueve años estaba en el suelo, llorando, limpiándose la carita con sus mangas llenas de mugre.

—¡Lárgate ya! ¿Qué haces todavía aquí llorando? Es una suerte que no llamara a la policía—Exclamó un hombre de mediana edad.

—Solo necesito un pan, es para mi hermano, por favor señor, puedo trabajar para pagarlo, por favor déjeme trabajar aquí, haré lo que me pida para compensarle el precio del pan, por favor...—Suplicó la pequeña entre lágrimas.

El hombre, aparentemente el dueño del lugar estaba iracundo, gritándole y corriendo a la pequeña mendiga del lugar, dándole empujones para que se alejara de la tienda. Antes de que Lan WangJi pudiera intervenir una Wei WuXian muy agraviada se acercó al dueño del lugar, pidiéndole de forma poco cortés una docena de pan y aventándole el dinero al piso ante la mirada atónita de todos. Acto seguido cambió su semblante agresivo por uno lleno de amor y carisma y le dio la bolsa con los panes a la pequeña niña, entregándole además una cantidad considerable de dinero.

—Um, disculpa señorita ¿Sabes leer?—preguntó con dulzura ante la mirada atónita de Lan WangJi y los presentes.

—Sí...—Contestó tímidamente la niña, agachando la mirada, aún impresionada por el dinero que acababa de recibir.

—Ey no, no, no. Mira, amm no bajes la mirada ¿Bien? Yo... no sé como hacer esto pero... ¡Ah! Ya sé...—Wei WuXian sacó de su bolsa papel y pluma y escribió sus datos —Ten aquí, es mi nombre ¿Ves? Wei Ying, este de aquí —señaló en la hoja—es mi número y umm bien—reflexionó y volvió a tomar la hoja, garabateó más cosas y se la extendió de nuevo a la pequeña—yo vivo aquí en esta casita del dibujo, nosotros estamos aquí ahora en el círculo, si tú o tu hermano necesitan comida, o medicina o algo sigue este mapa y puedes venir a buscarme, yo les daré lo que necesiten ¿Sí?—

—Wei Ying—repitió en un susurro casi imperceptible Lan WangJi, quien seguía observando, atónita.

—¿Por qué?—Contestó la niña con desconfianza.

—Porque... mmm... es una pregunta difícil ¿Si te doy la razón, vas a creerme?—

La niña asintió.

—Porque yo sé cómo te sientes, así que quiero ayudar, sólo eso, bien ¿Qué dices? ¿Me buscarás si ocupas algo?—Quiso saber, esperanzada.

La niña asintió nuevamente y se marchó corriendo.

Wei WuXian se quedó viendo en la dirección en la que la niña había corrido, con una mirada conflictuada y una enorme preocupación en el corazón. Después de un par de minutos suspiró, y girando hacia Lan WangJi retomó su actitud anterior, siendo juguetona y volviendo al tema de los sellos con el emblema familiar.

Ese episodio levantó una enorme curiosidad en Lan WangJi, pero sobre todo admiración ¿Quién era su alumna en realidad? y ¿Por qué se interesó tan fácil en ayudar a la niña dándole sus datos personales sin una pizca de desconfianza? Había una razón por la que ésta mujer era tan dulce con una persona desconocida, pero tan volátil y descortés con su esposo y, Lan WangJi se empezaba a interesar en conocer dicha razón, por el bien de la clase, claro.

Enséñame señorita LanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora