2.

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—Jang Bong Hwa—Leyó en voz alta el rey la tela que le entregó Hong Yeon—¿Qué significa esto?

—Su majestad, vera...

—Explícate.

—La reina lo bordo un día. Todo parecía estar bien, pero de repente ordenó que lo quemaran. No sé leer, así que no sé qué dice, pero vi como atormento a la reina, no sé qué está pasando con ella ni como ayudarle de otra forma que no sea guardando silencio y quedándome a su lado.—Su voz se fue ahogando debido a su propia urgencia, no obstante sus palabras no dejaron dudas.

El rey guardó silencio y esperó a que la sirvienta terminara de hablar, porque era lo correcto y porque ahora le guardaba aún más respeto debido a que apreciaba a su reina y porque la comprendía. Él era impotente al igual que ella.

—Mi rey, por favor ayude a la reina—Su sinceridad era palpable y ambos fueron conscientes del peso de sus palabras.

—La ayudaré—no dudó en prometer.

—Gracias su majestad—Agradeció y subió la voz sin darse cuenta debido a sus nervios, ansiedad y gratitud. No levantó la cabeza en ningún momento, sus manos estaban rígidas en el suelo debida al sudor y la propia tensión de su cuerpo debido a la reverencia que mantuvo desde que entró en la habitación del rey.

Eventualmente Hong Yeon pasó cada pocos días por los aposentos de su majestad para informarle sobre el estado de la reina, cosa ya hacía. Sin embargo, ahora asistió con un objetivo más claro.

El rey no devolvió el bordado ni se volvió a mencionar a Jang Bong Hwa.



Era su tercer mes de embarazo y superó los síntomas del embarazo con dificultad.

—Mi reina, no puede comer eso—La dama de la corte Choi apartó uno de los platillos que había pedido a la cocina real.

—¿Por qué?—pregunto extrañada sin pensarlo mucho. Ayer fue una noche difícil y no durmió hasta que el sol comenzó a aparecer.

—El bebé, su alteza.

La miró confundida y de repente se quedó quieta. No hablo ni se movió por un tiempo. Sentía el sudor en sus palmas, el escalofrío en su espalda y el revoltijo de su estómago. Había olvidado que estaba embarazada.

Ese día no comió mucho. No tuvo que dar explicaciones debido a que vomitó y durmió la mayor parte del día. Atribuyeron las náuseas al embarazo. La reina no pensó lo mismo. 



El rey era el único que tocaba el vientre de la reina. Sus toques eran breves al igual que sus visitas. Siempre preguntaba por su salud y también si podía tocarla. Fue cuidadoso, ella recordó porque lo amó tanto.

Su vientre creció, aunque solo superficialmente. Le incomodaba a veces rozar sus manos accidentalmente con su abdomen, no bajaba la mirada durante sus baños ni hablaba del bebé.

Una noche mientras bordaba el nombre "Jang Bong Hwa", tuvo el impulso de tocar su abdomen y así lo hizo. Termino llorando. Sintió que llevaba el hijo de alguien más.

Desde entonces procuro no tocar su vientre.


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Un día Hong Yeon le acercó un diario de embarazo y le aconsejó que escribiera un poco. Ella lo hojeo resignada al ver la emoción de Hong Yeon y su esfuerzo por apegarla al bebé.

Le concedió el deseo a Hong Yeon, pero también le pidió que se retirara, excusándose en que quería leer a solas. Una vez que termino de leer la letra poco prolija que se suponía era suya y la pulcra letra del rey. Sintió como el vacío en su pecho se extendía y sus propios pulmones luchaban por tomar aire. Fue pánico y angustia. Tardó en recomponerse y sofocar las lágrimas.

Pese a todo ello no pudo suprimir la verdad. Le había quitado el bebé a alguien, pero era su cuerpo. Sin embargo, ya no creía en esas palabras como antes No, tal vez ya no era su cuerpo.

Esa tarde escribió las únicas y pocas palabras que sentía que podía darle al bebé.

"Encuentra a Jang Bong Hwa. Él te quiere."

Ella sabía que había detrás de esas pocas oraciones. "Encuentra a tu madre. Él te quiere"

Tu madre Jang Bong Hwa y tu padre el rey Cheoljong. Ambos hombres.

Esa se volvió su pequeña confesión que le ayudó a sobrellevar su día a día. No pensó en la relación de Jang Bong Hwa y el rey Cheoljong más allá de eso. 

La verdadera reina - Mr. QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora