5.

836 156 41
                                    

Y así tan pronto como se encontró completamente devastada, tomó cada pedazo de sí misma y convirtió toda su tristeza y remordimiento en una ira ardiente de la que hace mucho tiempo no hacía uso. Entonces con la misma mano con la que un día ordenó por primera vez que azotarán a un sirviente, abofeteó a Jang Bong Hwa. El sonido fue atronador, discordante, pero sobre todo fue crudo.

El Rey al salir de su confusión se apresuró a tomar la mano de la Reina, sin embargo, ella alejó su mano y con un gesto rechazó su intervención. El Rey renuente obedeció y con ello tanto el príncipe Yeonpyeong y Byelgam comprendieron que no debían de interponerse.

—¿Por qué estás aquí?—espetó la Reina—¿Acaso tenías algún motivo? ¿Tenías algo que hacer ahora?—siguió preguntando acaloradamente, pero detrás de eso se escondía una de sus más grandes preguntas "¿Acaso tienes alguna razón para hacerme esto? ¿Por qué me haces esto?".

Jang BongHwa solo parpadeó aturdido con una mano en la mejilla.

—¡Responde! ¡Di algo!—gritó la Reina con lágrimas en los ojos de pura frustración.

—¡¿Qué pasa contigo mujer?!—reclamó Jang Bong Hwa claramente confundido.

Kim So Yong se sentía ahogada, no podía pensar ni siquiera hablar porque sentía que se pondría a llorar y que nunca podría parar. No obstante, ella, quien una vez había sido una joven impotente que no tenía de la inmensa maldad que yacía en el palacio y que fue ignorada y repudiada incluso por su mismo esposo, también era esa Reina a la que los sirvientes temieron y la que tuvo que hacer respetar su posición, cuando a nadie más le importaba. Así que apretó los puños y sin darse cuenta de su cuerpo tembloroso habló con un tono duro e imponente, que hace mucho tiempo era su mayor defensa y dijo—Jang Bong Hwa serás mi guardián.

—Mi reina.

—¿Qué?

Respondieron al mismo tiempo el rey y Jang Bong Hwa. Ambos se miraron antes de apartar la mirada.

—No puede hacer eso—intervino el rey ignorando el intercambio. Parecía preocupado y confundido, tan perdido. En otro momento tal vez trataría de ayudarlo a comprender, pero no ahora.

Entonces ella después de tanto tiempo ignoró sus palabras y se dirigió hacia Jang Bong Hwa, porque aunque fuera el amor de la vida de su esposo, este hombre seguía siendo el responsable de mutilar su vida y por supuesto que se haría responsable.

—Desde hoy comienzas tu tarea. Oficial Hong es el responsable de instruirlo. Lo esperaré en unas horas en mi habitación.

—¡Sí, majestad!—respondió exaltado el Oficial Hong saliendo de donde estaba escondido detrás del príncipe Yeonpyeong.

Dando todo por hecho la Reina camino hacia la salida sin molestarse en darle a alguno de ellos una segunda mirada, hasta que escuchó a sus espaldas una voz llamándola—Majestad—la llamó el príncipe Yeonpyeong—usted no puede hacer eso.

— Disculpeme, príncipe Yeonpyeong pero no veo porque no.

—No es correcto invitar a un hombre extraño a su habitación. Es una falta grave para el palacio—"y para el rey" no dijo. No obstante era obvio.

—Entonces no hay problema. Jang Bong Hwa es mi primo.

Todos voltearon a ver a Jang Bong Hwa y fueron el príncipe y el oficial Hong los que miraron con descarada incredulidad hacia Jang Bong Hwa y luego a la Reina, un par de veces.

—¡Por supuesto! ¡Son muy parecidos!—exclamó con exagerada seguridad el oficial Hong.



—¡Mi reina!—escucho que la llamaban a sus espaldas.

Kim So Yong no volteo ni respondió. Se sentía cansada, como si ya no pudiera hacer más

—¡Mi reina!—repitió el rey antes de tomarle del brazo, lo que detuvo su caminar—Por favor dime que pasa, no entiendo tus acciones. ¿Jang Bong Hwa hizo algo? ¿Te hizo algo?

Ella no respondió, pero sentía sus ojos llenos de lágrimas porque se sentía herida, no entendía porque le pasaron estas cosas ¿acaso era un castigo de Dios? ¿era su culpa por desear morir? ¿por qué cuando avanzaba tenía que retroceder?

El rey le tomó la mano y volvió a pedir respuestas. No obstante, ella con los ojos llorosos pero sin dejar ir ni una sola lágrima solo pudo quedarse frente a él, como si no existiese esperando que la deje con su dolor como recordaba que hacía antes de que se enamorara de Jang Bong Hwa.

Aunque siendo el rey como es y amando como lo hacía, se detuvo y la guió a su habitación, no la de él. El rey la recostó en su cama, ella le dio la espalda y cerró los ojos esperando dormir.

La reina no lo supo, pero el rey se quedó con ella hasta asegurarse de que estaba descansando. Asimismo tampoco vio la mirada del rey al irse porque habría sabido que iba a ir tras Jang Bong Hwa, el hombre que había dañado a su reina.





Gracias por leer :D

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 17 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La verdadera reina - Mr. QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora