3.

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Hong Yeon no le mencionó nada acerca del diario al rey, su reina se notaba más aliviada. Era mejor solo dejar que siguiera mejorando. Sus visitas al rey se redujeron.

La mejoría no duró mucho. Al menos no lo que hubiera deseado que durará.

La reina se dirigía a ver al rey, se notaba su urgencia. A pesar de ello, no perdió su elegante andar. El contraste era tal con su comportamiento de hace meses que la dama de la corte Choi y Hong Yeon cruzaron miradas brevemente y de acuerdo en silencio con que la reina parecía otra persona.

—Mi rey.

La voz de la reina Cherin trataba de demostrar tranquilidad, pero su nerviosismo y lo fuerte que apretaba sus puños evidenciaban su ansiedad.

—Mi rey—volvió a llamar cuando no recibió respuesta.

La dama de la corte Choi y Hong Yei se preocuparon, el rey nunca hacía esperar a la reina.

—Pasa.

La respuesta fue escueta. La reina entró e ignoró deliberadamente el tono inusualmente frío del rey.

Antes de que se cerraran las puertas dio una orden que no dejaba objeción.

—Retírense.

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Se sentó frente al rey sin esperar que él le ofreciera el asiento. Su quinto mes de embarazo le dificultaba ciertas cosas, sentarse fue una de ellas. Se removió incómoda.

El rey no la miraba, su mirada estaba en el diario, para ser precisos en lo que ella había escrito.

—¿Me devuelve el diario?—no se molestó en amortiguar la pregunta.

La mandíbula del rey se contrajo, no le respondió.

—¿Quién es Jang Bong Hwa?—preguntó en cambio el rey que levantó la cabeza para mirarla, sus ojos eran duros. Ambos entendieron que no estaba pidiendo una respuesta, la estaba exigiendo—¿Y por qué mi hijo o hija debería conocerlo?

Ella no respondió. Pensó en decir la verdad, pero eso solo surgió como opción en caso de la historia que estaba tejiendo en su mente no llegara a ser creíble.

—Kim So Yong.

Le desconcertó la repentina mención de su nombre. Estuvo apunto de perder el hilo de la historia que estaba inventando.

—Mi rey—contestó finalmente—Jang Bong Hwa es...—Se trabó en medio de su oración "Es la madre de tu bebé" iba a decir.

—¿Quién es?—insistió el rey.

—Es un primo ilegítimo del clan Andong Kim.

Había sentenciado su mentira y aunque huyo a la idea. Ella acababa de marcar lo que podría llegar a ser Jang Bong Hwa. Él no existía, al menos en ese momento y tampoco podría existir, Kim So Yong se aferró a esa idea y siguió construyendo su mentira.

—Llegamos a ser cercanos durante un tiempo—su voz sonó menos forzosa y adquirió cierta dulzura. Estaba diciendo la verdad al menos en una frase, una frase que estaba poco construida y que no reflejaba su relación con Jang Bong Hwa. Sin embargo, por primera vez estaba hablando de alguna manera lo que tanto había callado.

—Te hubiera agradado. Creo que era fácil quererlo—"Lo amabas" pensó.

—Muy encantador y guapo.—Miró el rostro del rey y por primera vez le sonrió de verdad. Porque ella le estaba hablando de su amante, el amante que él no sabía que había perdido. Le estaba dando lo único que podía darle al hombre que amaba y era algo a medias, eso la entristecía, mas no dejo que agriara el momento.—Algo descarado y petulante, pero era de alguna forma encantador.

—Sí, así era Jang Bong Hwa—Sus palabras eran para ella y para el rey—Creo que él quería tener hijos, pero no pensó mucho en ello. Así que no tenía una visión exacta de su deseo, creo que nunca lo consideró.

Guardó silencio y dejó que las palabras fueran procesadas. El rey acompañó el silencio porque presintió que era probable que nunca volviera a oír a su reina hablar de esa forma, tan sincera y solemne ni sonreír tan abatida. Aun más importante tal vez nunca volviera a oír de Jang Bong Hwa.

—Yo creo que pese a ello, él hubiera amado a sus hijos y los hubiera adorado con todo su ser. No sé si tiene hijos ahora, sospecho que no. No he estado en contacto con él desde hace un tiempo.

El rey vio la lucha de su reina con sus lágrimas. Se esforzó en no ir a su lado—Mi reina...—habló con suavidad con la esperanza de que su reina diera una señal para poder consolarla.

—No, está bien.—su voz se quebró. Ella continuó—Él fue expulsado al no querer seguir las normas del clan...—no estaba segura de decir lo siguiente. Decidió hacerlo, si veía una reacción negativa se iría.—Jang Bong Hwa se enamoró de otro hombre.

El ceño del rey se frunció, pero para su alivio se veía confundido y un poco incomodo, mas no asqueado. No dijo todo ello para arruinar un amor tan fuerte y sólido a diferencia del de ella que era fuerte, unilateral, resquebrajado y doloroso. No olvido su suicidio en el lago, tampoco su amor por el rey. Se prometió olvidar el último.

—Eran felices y se complementaban de una forma única. Jang Bong Hwa abandonó el clan Andong Kim cuando le dieron a decidir entre su linaje y su amante. Su respuesta fue obvia para todos los que lo conocíamos. Nunca lo volví a ver. Espero que sea feliz. Escribí eso en el diario porque creo que es verdad, Jang Bong Hwa querría a este bebé como si fuera suyo— "porque lo es" no dijo—y si el bebé pudiera encontrarlo creo que ambos serían muy felices... también creo que usted lo sería.

Ambos guardaron silencio durante varios minutos. Sus miradas ya no estaban en el otro, no se estaban enfrentando ni evitando, tan solo necesitaban tiempo en sus propias mentes. Kim So Yong se sintió ligera y su corazón también. Hizo lo correcto.

Cheoljong estaba perturbado por lo importante y trascendente que decía la reina que era Jang Bong Hwa. Lo que lo tenía más desconcertado fue que de algún modo también creyó que era cierto.

Esa noche pasaron la noche juntos, cada uno del lado de la cama que tomaron y de espaldas al otro.

El rey se quedó dormido mucho después de So Yong y cuando lo hizo soñó con la voz de un hombre.

So Yong durmió profundamente y por primera vez en meses dejó de soñar.

Por otro lado, entrada la madrugada los sirvientes y guardias no podían estar más alerta. Por todos lados había discusiones sobre el lago y todo comenzó con el primer grito de una sirvienta.

—¡Un cuerpo! ¡Un cuerpo!—había gritado la muchacha. 

La verdadera reina - Mr. QueenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora