Tren número 3. Parada: Capítulo 2.

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A Bonnie no le gustaban las personas de pocas palabras, o para no sonar tan egoísta... era raro para ella ver a alguien así. Le molestaba mucho, o para no sonar tan egoísta... (nuevamente), no estaba acostumbrada a ello.

—Disculpa.—aclaró hacia el niño con una voz seria y una faz molesta— Te estoy hablando, ¿sabes que es de mala educación no contestar a las personas?

El niño rodeó los ojos, y puso, de igual forma, una faz completamente molesta. Él pensaba que si no le respondía, simplemente ella iba a dejar de intentar hablarle, pero se dió cuenta de que era una niña demasiado, pero demasiado insistente. No le quedó de otro remedio que hablar con ella...

Él siempre había sido muy solitario y con la única persona que hablaba era con... él mismo, y su "mascota", Tenebroso, o "Spooky" para no sonar tan... tenebroso, y el resto de sus amigos globos. Le molestaba mucho hablar con otras personas, por eso vivía solo, en un tren "abandonado". Pero, ella lo había forzado, cuando Bonnie lo hace, es imposible safarse de sus insistencias.

—¿Y a ti no te enseñaron a hablar con extraños, "rompeglobos"?—le preguntó devuelta con un tono de voz bastante serio y molesto.

—¡Ah, sí hablas!—expresó con felicidad— Y, ¿"Rompeglobos"? Jamás me habían puesto un apodo. ¡Es taaaan tierno! —sus ojos brillaron.

El de tez pálida levantó una ceja, ¿de dónde había salido ella? ¿De un manicomio lleno de arcoiris, flores y dulces disfrazados de droga? Él definitivamente no estaba acostumbrado a ver personas tan energéticas, como lo era Bonnie, era la primera vez que conocía a alguien así, siempre había estado rodeado de gente sensata.

—¿Siempre has sido así?—preguntó, aún con su cara de confusión.

—¿Así?—soltó una risa nerviosa—¿Así cómo?

—Tan... misteriosamente extraña. —contestó, dejando de lado su rostro confundido y dando paso a un rostro de curiosidad.

Era la primera vez que lo admitía, quería conocer a alguien, y ese alguien era Bonnie, vió en ella algo extraño, y a él le fascina lo extraño. El niño de cabello desalmado dió pasos, acercándose a Bonnie. Ella se encontraba con un rostro demasiado emocionado por conocer a un nuevo amigo.

—Bueno, si extraño para ti significa ser feliz, entonces... ¡sí! —contestó después de un breve silencio.

—Ah, feliz, claro..., no practico mucho ese concepto. Sólo cuando estoy con mis amigos.

—¡¿Tienes amigos?! ¡Genial!—gritó— preséntamelos, yo también quiero ser su amiga.

—No creo que ellos quieran ser amigos de una persona con demasiada energía.

—No me importa, ¡quiero verlos, conocerlos! ¡Quiero conocer a mis nuevos amigos!—saltó emocionada buscando a todas partes sus nuevos supuestos "amigos".

—Ellos vienen en el otro tren, ahmm... sería mejor esperarlos.—dijo, siguiendo a Bonnie con su vista.

—¡No puedo esperar a que lleguen!

—Bueno de hecho —hizo una pausa— Uno de mis amigos es Tenebroso, está allá...—señaló nuevamente el lugar donde se encontraban los dos globos amarillos en forma de perros.—pero no sé cuál de los dos es, son tan iguales, ah...—agachó su cara.

—¡¿Tenebroso?! ¡Qué nombre tan genial, ni a mí se me hubiera ocurrido!—Bonnie, se dió cuenta de lo que había dicho el de tez pálida. —Espera... ¿Tenebroso es un globo? ¿Un globo es tu amigo?

—No es mi amigo, es mi mejor amigo —recalcó con orgullo.

—¡Qué GENIAALL! —exclamó, mientras que sus ojos brillaban como nunca.— ¿Sabes? Tal vez podrías llamarlo, así podrías ver cuál de los dos es Tenebroso.

Gus, ¿estás muerto? [ Bonnie & Gus ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora