Tras perder a sus seres queridos, Asta había dejado a un lado su sueños por completo, no tendría algún sentido sin sus compañeros de orden.
Hasta en los más profundo de la oscuridad hay un rayo de esperanza que logrará que nuestro protagonista logr...
El joven albino estaba enfrente de un edifico algo descuido, sentía una gran tristeza y alegría... El hogar dónde lo aceptaron pese a no tener magia.
Asta: Qué alegría.... -susurró en voz baja-
Astrid: (¡Whooooaa! ¡Esto es escalofriante! ¡A partir de hoy también seré un caballero mágico! ) -pensó la joven con alegría-
Astrid se había acercado hacía la puerta del edificio, estaba preparanda para dar un gran impresión.
Antes de poder tocar la puerta está sería detenida.
Asta: Té recomiendo qué no lo abras -comentó el cenizo tomando el brazo de la joven-
Astrid: ¿Eh? ¿Por qué...?
Asta había alejado a la joven de la puerta, al estár lejos la puerta volaria en mil pedazos, dejando boquiabierta a la ceniza.
Astrid: ¡¿Qué es?! -gritó está-
El grupo se había acercado a la entrada dónde había explotado, dejando a ver a unas personas los cuáles estaban haciendo un gran escándalo.
Asta: (Sí qué no cambian...) -pensó éste con unas gotas de nervios-
Yami: ¿Podrían ustedes...
Todo el alboroto hizo que el peli negro se enfade, éste levantó su brazo y con gran fuerza había golpeado la pared.
Yami: ¡¿Dejar de romper cosas?! -gritó éste destruyendo por completó la pared de la base-
Astrid: (Gran forma de dar ejemplo....) -pensó está-
Todos se habían callado, los miembros voltearon a ver de quién se trataba, tras reconocer la presencia del peli negro se habían acercado a gran velocidad.
Al tenerlo enfrente lo habían llenado de preguntas...
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Astrid: Estoy siendo ignorada.... -comentó está con algo de tristeza-
Asta: Tienes razón... -comentó de igual manera-
Yami: Veo qué me aprecian demasiado ¡Pero son ruidosos! -gritó lo último-
Todos se habían arrodillado ante el peli negro con la cabeza agachada.
Todos: ¡Lo sentimos! -dijeron el grupo-
Yami: Estos renacuajos son nuestros nuevos miembros, no lo molesten tanto qué se mueren -comentó éste apuntando a los cenizos-
