El mono de alambre, y el que no lo baile

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Y el que no lo baile, ya te la sabes compa  *le ofrece el micrófono al lector *

Marco se encamino entre los pasillos de la escuela directo a su pequeña oficina, estaba nervioso, Ace le había advertido que vendría en la tarde para charlar, lo que sea que eso signifique 

-¿Charlar sobre qué? - Se preguntó Marco a si mismo mientras entraba a su oficina, por suerte vacía

El doctor se sentó sobre su escritorio, ahora solo quedaba esperar a que cierto pecoso entrará por la puerta para "charlar" eso era raro, hasta ahora su relación era más que nada sexo, sentarse y hablar no era lo común con Ace. Esto podría ser muy bueno o muy  malo, pero en el fondo Marco tambien quería hablar sobre ellos.

-No quiero sexo con él - Se quejó Marco sobándose la frente, seguía confundido por lo que pasó la última vez que se vieron - Todo fue muy raro 

Marco miro al techo tratando de recordar un poco de lo que pasó aquél día


--------------Anteriormente-----------------------------

Marco noto algo raro en el joven desde que esté se subió al auto, en un principio le había sorprendido que Ace cambiará una cita en el parque por ir a un motel, simplemente no dejaba de pensar en lo que le había dicho Luffy ¿Y si realmente solo llenaba un vacío en Ace?

Marco arrojó sus dudas al fondo de su cabeza pero estás seguían saliendo a la luz  en cada oportunidad, aún más cuando ya estaban dentro de la habitación,  tal vez era el sudor que bajaba por la cara del joven  o la expresión de asco cuando se la estaba mamando el pene, que para que conste si estaba limpio.

-Hey, sin dientes por favor - intervino Marco cuando sintió que el roce de los dientes contra su piel no era algo cómodo

Empujó a Ace  tratando de dar una sonrisa cálida, para calmarlo

El médico tomo el control desde entonces, se esforzó en hacer que Ace se sintiera más cómodo, bajando el ritmo de desesperación por penetrarlo, a solo besos y caricias. Para Marco era extraño ya que nunca había visto este lado del joven

-Me gustas mucho Ace- Ronroneo Marco al oído el pecoso, un pequeño rubor subió por sus mejillas. Más allá del sexo realmente tenía sentimientos por el joven que estaba debajo de su cuerpo

El médico se giró para tomar el lubricante de la mesita de noche y al volver la mirada, Ace ya estaba llorando, eso le partió el corazón ¿Había hecho algo mal? Después de que el chico comenzara a llorar, todo paso muy rapido para Marco un momento estaba tratando de  consolar a Ace y en el momento siguiente estaba siguiendo una ambulancia... Al llegar al hospital Marco se quedo afuera unos minutos tratando de ordenar sus ideas

-Mierda - Se quejo Marco soltando un suspiro - No lo lastime, no  lo forcé. Él solo... Tengo que llamar a Sabo, no puedo con esto
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Marco salió de sus pensamientos cuando alguien llamo a la puerta de su oficina, esperaba no fuera alguno de sus alumnos

-Adelante - Exclamó el rubio aclarándose la garganta

-Hey, ya llegué - Saludo Ace con una sonrisa nerviosa entrando en la oficina con una mochila en los hombros - ¿Me puedo sentar? Las muletas son incómodas

El put0n del barrioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora