Si hay que ser minero, romper el pico en el hierro

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Ace se apresuró para poder hacer las tareas que las chicas le asignaron, siguió su consejo de barrer la casa con ayuda de la silla de ruedas y aunque podría estar  mejor barrido se veía decente, justo a tiempo para cuando la parejita subió a la sala 

-Genial, ya solo vamos a colgar lo que hemos hecho - Vivi suspiro alegre con una tira de banderines naranjas en su mano - siento que tuviéramos que cortar la cartulina

-No te preocupes, en realidad la quería guardar un tiempo -Explico Ace con un poco de pena pero ella le sonrió tranquilamente 

-Ace, ¿puedes ir a comprar?- Interrumpió Nami a la vez que comenzaba a cortar trocitos de cinta transparente 

-Mmm Si, ¿Qué necesitan? - Ace paso su atención a la otra chica 

-Globos, por favor - Nami le paso dinero al pecoso

-Si, hay una tienda de cositas chinas donde los  venden baratos - Comentó el pecoso al aire moviéndose en la silla de rueditas para  ir en búsqueda de sus muletas y un tenis, para irse 

-Bien, banderines en el centro, pondremos las serpentinas desde el techo, pondremos un foco de teibol y luego los globos de colores - Explico Nami señalando cada punto para que su novia lo viera, pero ella parecia estar mas entretenida en los banderines - Vivi 

-Ah si, es que acabo de notar que la cartulina tenia algunas cosas escritas atrás - Exclamo la peli azul señalando las marcas coloridas en la parte trasera de los banderines 

-No sé, pueden ser solo garabatos - Nami le quito importancia 

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Cuando Ace puso un pie en la calle, de repente sintió mucha tranquilidad le agradaba estar fuera de su casa para variar, el viento  lo despeino un poco haciendo que  su cabello callera sobre sus ojos, con una pequeña sonrisa en sus labios se encamino en dirección a donde se encontraba  la tienda de cositas chinas, recordando que fue ahí donde hace años encontró los tazos mera mera 

- ¿Por que ya no harán tazos chidos? - Se preguntó el pecoso en voz alta, era un cuestionamiento importante

Tan importante era su duda que se perdió dentro de sus ideas hasta que sin querer llegó hasta la cuadra donde se encontraba la farmacia de Marco, claro a un costado estaba la tienda de cosas chinas la cual para su desgracia, aun no abría... Dejando de lado eso, una camioneta de fletes (de mudanzas, pero sencilla) captó su atención ya que  estaba parada frente a la farmacia, de donde salió Marco con su ropa común, el pecoso pensó seriamente en darse la vuelta y echarse a correr, como si pudiera, pero cuando el medico lo miro se quedó congelado 

-Hola, Ace - Saludó Marco, podía notar el tono de tristeza en su voz haciendo que el panadero se encogiera sobre si mismo pero teniendo que acercarse hasta el rubio

-Hola, Ace - Saludó Marco, podía notar el tono de tristeza en su voz haciendo que el panadero se encogiera sobre si mismo pero teniendo que acercarse hasta el rubio

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