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Lisa desde hace días atrás comenzaba a tener un dolor en su boquita, no quería preocupar a Jennie pero ese pequeño dolor cada vez era peor.
Un día como cualquier otro su mami le llevó una bolsa de dulces que le encantaban y ella sonrió ampliamente tomando uno de los dulces y llevándolo a su boca.
Lo que no esperaba es que uno de sus dientes le diera un dolor tan agudo que escupió su caramelo para después llevar sus manos a la boca bajando sus orejas y dejando caer unas lágrimas de dolor.
-Bebé que ocurre...¿te duele? -preguntó acercándose a la minina.
La gatita asintió levemente sin dejar de hipar por su llanto, Jennie tomó cartas en ese pequeño asunto llamando a uno de sus amigas la cual por suerte era una dentista.
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El lugar le daba escalofríos a la menor, era de colores oscuros además de un silencio que no le agradaba.
-Así que tu eres Lisa, ¿verdad? -preguntó una mujer con bata blanca y una sonrisa que la asustaba.
-Jeongyeon la estas asustando..y si ella es mi pequeña Lili -dijo su mami abrazandola al notar su cuerpo temblar por su culpa de su amiga.
-Esta bien, pasen a mi consultorio.
Siguieron a la mujer la cual le pidió a Lisa que se recostara en la silla que tenía una luz junto a ella.
Ella se recosto y dejó que la dentista revisará con un pequeño espejo sus dientes, la mayor veía todo normal respecto a sus dientes pero uno de ellos le llamó la atención.
Una de las muelas de la minina tenía un color amarillo y un gran agujero de color negro que ya tenía consumida la mitad de la muela, revisó la encía notando el color oscuro en esta además de que estaba un poco hinchada.
-Esto no se ve para nada bien.
-¿Ocurre algo Jeongyeon? -preguntó Jennie desde su lugar.
-Tengo que admitir que los dientes están sanos...pero uno de ellos está totalmente dañado, además ya está infectado la encía y eso no me gusta -dijo sin dejar de revisar ese diente que lo tenía un poco perturbado.
