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Lisa estaba muy emocionada y eso no lo negaría.
Jennie le había prometido que irían a la feria y estarían ellas dos solas, pero una llamada la hizo salir rápidamente de la casa dejando a una Lisa emocionada.
La gatita pensando que su mami había salido a comprar algunas cosas, tomó una mochila y guardó un par de cosas que pensaba que necesitarían.
Pero Jennie no aparecía y solamente miraba por la ventana esperando para poder pasar un buen tiempo ellas dos solas, sin trabajo ni nada, pero nada terminó como ella pensaba.
Su mami apareció y ella pensaba en saltar para ir a saludarla, pero tenía un pequeño porta-mascotas junto a una mochila, alertando a Lisa por completo.
-Bebé ya llegué a casa -dijo la mayor dejando el porta-mascotas en el sofá.
-¡Mami! -dijo emocionada saltando sobre ella enrollando su cola en la cintura de la mayor.
Jennie rió levemente para después besar sus labios cortamente, dejando a la menor en el suelo y abrió la puerta del porta-mascotas dejando ver a una gatita bebé, quién salía asustada mirando todo a su alrededor.
Lisa soltó un gruñido para mirar a su mami esperando una respuesta.
-Ella es Yuna, su dueña tuvo que viajar y no la podía llevar con ella así que la cuidaremos unos días -dijo la mayor tomando a la minina quién soltó un maullido temeroso.
-Pero se suponía que iríamos a la feria -dijo con el ceño fruncido.
-Lisa debo cuidar a Yuna, luego iremos.
-Pues dejala aquí, vamos a la feria y listo, esa gata arruinará todo -dijo engrifando la cola.
-¡Lalisa ya basta! -dijo la mayor mirándola enojada.
-Pero mami..
-Nada de peros, no iremos a esa feria hoy, tal vez iremos mañana pero ahora debes cuidar a la gatita mientras yo preparo el almuerzo.
Jennie dejó a la gatita en el suelo para caminar a la cocina, pero el lado de las mininas estas se miraban fijamente.
Yuna regresó a su forma de híbrido dejando ver una suave y esponjosa colita color crema al igual que sus orejas. La minina solamente tenía diez años.
-Uhmm..h-hola -dijo la menor con sus orejas bajas y acariciando su cola.
Lisa soltó un bufido para después caminar hacia la cocina.
Yuna iba a tomar asiento en el sofá pero Lisa la detuvo.
-No te sientes en ningún sofá, no eres bienvenida aquí y dejarás lleno de pulgas y pelos -dijo mirándola feo, la menor comenzaba a sentirse incómoda.
-S-solo quería ser amable.
-No me interesa niña, solamente no toques nada, todo aquí es mío.
