XXXVIII

41 11 0
                                    

Donde no importe el lugar, el momento ni el turno de pagar;
donde haya buena vibra y la onda de hermandad fluya tan natural como el caudal del río;
donde la tristeza y alegría sea bienes mancomunados;
donde la elocuencia y el despiste sobreabunde entre carcajadas amorfas;
donde se respeten los gustos y las preferencias personales, y gobierne la supremacía del amor, ahí es,
y se llama amistad.

Cuando las letras se vuelvan carneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora