La dragona del caos había llegado a la morada del joven mago en donde reside la ex diosa azteca, y con varios pensamientos en su contra, logro encontrar las palabras para pedir ayuda a la posible futura víctima de Kobayashi.
— ¡Necesito ayuda!
— Es raro escuchar esa frase de tu parte. Serenamente contestaba Lucoa.
— Se trata de Kobayashi.
— ¿Qué sucedió?
Después de explicarle el detalle del secuestro de la pelirroja, Lucoa trato de regresar al mundo de los dragones, pero se percató de que el conjuro había sido creado por los dioses de aquel sitio y al ser ella una diosa desterrada, tenía que recurrir a la ayuda de otro dios para poder entrar al otro mundo. Momento en que el pequeño mago apareció y menciono un nombre que haría temblar a la gran serpiente... Mictlantecuhtli.
— ¿Quién? Cuestionaba la dragona.
— Es un familiar mío, se podría decir que es también el "padre" de los humanos.
— El dios de la muerte, es el único que puede ayudarte.
— ¿Debe ser precisamente el?
— Dudo que tu hermana te ayude y no hay más dioses con ese nivel de poder en este mundo además de él. Afirmaba Shouta.
Sin más opciones y con tal de apoyar a su amiga, el trio se dirigió a México, para ser más preciso en la pirámide del sol, en donde entrarían con la ayuda de un portal el cual hasta un simple mago podría abrir, la ventaja que tenía Lucoa era que no tenía que pasar por los 9 niveles del sitio, si no que entraría directamente con el rey del lugar. Una vez estando enfrente del dios de la muerte, este último con sus ojos negros que parecían el cielo nocturno cuando no hay muchas estrellas visibles, se quedaba sin hacer movimientos bruscos.
— ¿Cómo estas Quetzalcóatl?
— Me puedes decir Lucoa.
— Ese nombre suena mal, mejor te llamo como es... ¿acaso pensaste en la propuesta que te dije hace 500 años? A la par que se levantaba de su trono de huesos.
— ¡No me casare contigo!
— ¿Por qué?
— Estas casado y te recuerdo que somos familiares. Respondía vergonzosamente la ex diosa.
— Bueno, ¿Entonces a que vienes?
— Necesito de tu ayuda.
— La gran diosa del viento requiere ayuda del dios de la muerte, que raro es escuchar eso... ¿No es así Tohru y Shouta?
— ¿Cómo sabes mi nombre? Tímidamente respondía el niño.
— Yo sé quién es cada mortal en los tres mundos, y si, mortal me escuchaste dragona del caos.
— Aun no estoy enferma o vieja. Contestaba seriamente Tohru.
— Por ahora, pero tu alma igual es mía... ¿No es así Lucoa?
— ¡Solo vine por tu apoyo, pero si te vas a poner en ese plan mejor me largo!
Un silencio invadió el lugar, lentamente el señor del lugar de los muertos se acercó a su familiar y con una mirada pudo ver la angustia de la dragona que tenía a lado suyo, solo para lanzar su pregunta al aire en un idioma que no entendiera Tohru.
— ¿Qué necesitas?
— Requiero que me abras un portal al otro mundo, un dios de ese lugar bloqueo la entrada y yo no puedo acceder.
— Abriré el portal... pero ten cuidado ya que alguien cercano a ti va a traicionarte.
— ¿Te refieres a ella?
— No creo, será del caos, pero tú eres más fuerte.
— ¿Shouta?
— Si tú te dejas manipular el fácilmente puede acabar con tu existencia.
Con una mano logro abrir dicho portal al otro mundo, el cual la dragona entro rápidamente a la par que agradecía al dios por el favor mientras la antigua deidad junto al joven mago entraban y a sus espaldas se cerraba al portal. Mictlantecuhtli volvió a su trono y visualizando en vivo lo que haría su familiar, solo dejo salir una frase que no menciono en la charla.
— Además de la traición de aquella persona, el alma de ese niño me pertenecerá en cuestión de horas y si eres débil... también tu alma será mía.
Una vez los dragones estando en el otro mundo, la escena era algo interesante por llamarlo de esa forma, dragones de la armonía liderados por un solo dragón cuando por lo general son varios lideres al igual que la facción del caos. A la distancia se notaba a la reina escarlata peleando contra otro ser de su mismo vuelo, pero de tonalidades metálicas, como si se hubiera bañado en acero hirviente.
La gran serpiente emplumada apareció en la zona de combate y rápidamente todos los dragones de ambas facciones empezaron a atacarla, pero como si de mosquitos se trataran, Lucoa los derroto de forma fácil para llegar al lugar de combate de los lideres de las facciones. La serpiente no sabía que hacer, por lo que ambas las consideraba rivales a vencer y así mismo las otras dos pensaban lo mismo.
Pero algo raro sucedió cuando la dragona de acero invoco de las alturas a su mano derecha, Elma junto a toda su familia fortalecida físicamente por ayuda de los dioses, Tohru tendría un combate con todos ellos mientras los alfas tendrían la suya. Siendo Lucoa la que planeaba derrotar a las dos con la ayuda del pequeño mago, quien solo podía recitar leves hechizos que aturdirían a las dos peleadoras, momento que aprovecharía la antigua deidad para lanzarles un fuerte ataque de fuego...
Tohru había derrotado a todos los familiares de la familia de Elma, incluyendo a su abuela que en algún momento le fue el rival mas fuerte en su vida conflictiva., pero su verdadero contrincante estaba solo observando con una mirada inexpresiva y con los ojos iluminados en un azul perpetuo. La dragona del caos atacaría de forma rápida pero seria atrapada por su antigua amiga.
— ¡Una vez que te destruya, la armonía desaparecerá!
— Primero debes ganarme.
A la par que le mordía el cuello a tal grado de hacerle mucho daño, por lo que el campo de batalla se tiño de un rojo carmesí, mientras que la reina veía esa escena, lanzo un ataque directo en contra de Elma, pero para su mala suerte seria algo que vio Lucoa... algo que la hizo entrar en razón.
— ¡¿Kobayashi-san?!
— Veo que tardaste en darte cuenta.
— ¡Imposible!
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Kobayashi-san chi no maid dragon: The last war
FanfictionEl tiempo transcurría con normalidad en la ciudad de Oborotsuka, la armonía parece que al fin aparecía después de numerosos problemas e incidentes, pero el amor que Tohru le tenía a Kobayashi-san era mucho mayor que la orden de su padre, la pequeña...