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-Vete a la mierda, mamá- le dice Emma Anderson a su madre mientras sale de su pequeño apartamento por lo que jura que será la última vez.
Pero lo jura todo el tiempo.
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fanfic de shame...
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Fiona empezó a frecuentar cada vez más a las chicas. Su hermana pequeña, Debbie, había empezado a venir a la cafetería después del colegio y ayudaba a Maddie con sus tareas. Debbie a menudo traía a Liam, el bebé, con ella.
—Aquí tenéis, chicas— sonríe Emma mientras sienta un plato de patatas fritas para que las chicas lo compartan —Compartan con Liam—Se asegura de añadir antes de dirigirse a otros clientes.
En su descanso, Emma sale a la calle y trata de encender el cigarrillo que tiene entre los labios, pero el mechero le falla.
—Oh, ¿necesitas un encendedor?— Un chico pelirrojo le pregunta al pasar. Ella lo reconoce como otro Gallagher.
—Sí, por favor—Emma toma el encendedor de la mano extendida del chico, enciende su cigarrillo y luego le devuelve el encendedor. —Eres Ian, ¿verdad?— pregunta mientras coloca el encendedor en la mano del chico.
—Sí. ¿Emma?— contesta con otra pregunta él y ella asiente, sorprendida de que supiera quién era. —Escuché a Fiona hablarle a Verónica de ti. Parece que le caes bien— dice y enciende su propio cigarrillo.
—Es muy dulce. Y es útil tener a Debbie cerca para ayudar a mi hermana pequeña con sus deberes y hacerle compañía. Ella adora a Debbie— Emma sonríe porque su hermana es feliz.
—¿Es ahí donde ha estado Debs? Estábamos empezando a preguntarnos donde se escondia— se ríe.
(...)
Emma y Maddie acompañan a Debbie y a Liam a su casa, como han hecho las últimas semanas. Las chicas nunca entran en la casa, sólo ven a la niña y al bebé entrar antes de dirigirse a casa.
Cuando llegaron a su propio apartamento, Lisa estaba sentada en el sofá con botellas de alcohol a su alrededor. Emma se preguntó de dónde había sacado su madre el dinero para tanto alcohol, y estaba segura de que había comprado algo más que la bebida, pues ya había consumido las pastillas baratas que había conseguido. Emma hizo que Maddie se alimentara, se bañara y se acostara antes de interrogar a su madre.
—¿De dónde has sacado el dinero para eso, Lisa?—preguntó y su madre se limitó a reírse.
Emma negó con la cabeza mientras entraba en su habitación y sacaba la lata de café de debajo de la cama en la que guardaba el dinero de las facturas. Ya tenía lo justo para el alquiler de este mes, pero ahora la lata estaba vacía. Cogió una bolsa y metió a Maddie y a ella misma algo de ropa del colegio, sabiendo que después de la pelea que iba a tener con su madre tendrían que irse.
—Sólo quiero que sepas que nos van a echar de este lugar por tu culpa. Eres un ser humano horrible. Robar un billete de veinte de mi cartera de vez en cuando es una cosa, pero robar el dinero que había guardado para asegurarnos de tener un techo sobre nuestras cabezas es cruzar la línea. Eres una puta mierda, Lisa.— Emma le gritó a su madre. Esperaba que la mujer gritara y replicara, pero en lugar de eso se acercó con calma y golpeo fuertemente la mejilla de la joven. Emma hizo un gesto de dolor. Empujó a la mujer borracha al sofá y fue a buscar a Maddie a su habitación.
