01 de diciembre

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Akane

Poco a poco mi mente comienza a reconocer los típicos sonidos de la mañana, puedo sentir los tenues rayos de luz que se cuelan por mi ventana, sé que es momento de despertar, pero me rehúso a abrir los ojos.

"Buenos días Sra. Saotome" - murmura Ranma con voz ronca de sueño

"Serán buenos en unos 15 o 20 minutos" – contesto acurrucándome a su pecho

"Me encantaría darte todos los minutos del mundo, pero..." – me besa tiernamente en la frente – "ambos tenemos lecciones que impartir esta mañana"

"Recuérdame no volver a programar lecciones tan temprano" – abro los ojos y lo primero que veo es a mi apuesto esposo mirándome con una gran sonrisa en el rostro

"Te has vuelto una dormilona, si mal no recuerdo, eras tú la que se levantaba de madrugada para ir a correr todos los días, mientras que yo me la pasaba durmiendo" – se levanta y hace un par de estiramientos a la par de la cama

Voy a responderle que es culpa suya por mantenerme despierta hasta tarde todas las noches, pero sus movimientos me dejan hipnotizada, esta si es una forma excelente para despabilarme, no hay nada más estimulante que ver el atlético cuerpo de Ranma en todo su esplendor

"¿Te gusta lo que ves?" – dice en tono fanfarrón y flexionando sus músculos

"Mucho, pero..." – me levanto de la cama, coloco mis manos en su pecho, me pongo de puntillas y beso sus labios fugazmente, él intenta profundizar el beso, pero me alejo – "no tenemos tiempo, retomemos esta conversación más tarde" – me dirijo hacia el baño

"Eso no es justo Kane" – se cruza de brazos haciendo puchero

"Ja ja ja" – me río de su actitud de niño caprichoso – "¿qué voy a hacer contigo Ranma?" – le digo sonriendo, pongo mis manos en mis caderas y en mi tono más sensual le digo – "venga señor Saotome, ahorremos tiempo dándonos una ducha juntos" – le cierro el ojo, él sonríe travieso y corre hacia mí

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"Nos vemos la próxima semana" – me despido de las últimas chicas que quedaban en el dojo.

Las clases de hoy estuvieron bastante intensas, estoy muy feliz de que mis alumnas estén avanzando tanto, creo que, si siguen así, quizá el próximo año puedan competir en algún torneo, tendré que hablar con Ranma al respecto, hablando de mi talentoso esposo, ¿dónde se habrá metido?

Entro a la casa y veo a Ranma sentado frente a la mesita del salón mirando fijamente una caja, es el calendario de adviento que compramos hace una semana.

"¿Qué estás haciendo?" – pregunto sentándome a su lado

"Te estaba esperando" – me mira emocionado – "hoy es primero de diciembre, eso significa que hoy empezamos con esto, ¿cierto?"

"Si" – contesto contagiada de su emoción – "¿las abrimos juntos o nos turnamos?"

"Déjame ver, según la caja dice que las actividades son intercaladas, así que..." – mueve sus cejas de arriba hacia abajo rápidamente – "me pido los días picantes"

"Tonto" – golpeo su pecho juguetonamente – "pero estoy de acuerdo, así que empezaré yo" – suspiro un poco nerviosa y abro la casilla correspondiente al número 1.

"Decorar el árbol de navidad"

Ambos intercambiamos miradas y nos sonreímos como un par de tontos

"Entonces..." – dice poniéndose de pie y ayudándome a levantarme – "lo primero que tenemos que hacer es ir a comprar un árbol" – se acerca y me huele – "corrijo, lo primero es que te des una buena ducha"

Calendario de AdvientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora