La Cinta Que Te Hace Importante

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No supe que sentir con aquellas palabras, pero como los caprichosos sentimientos siempre han sido
tan libres, recuerdo haber sentido un enorme cautivo hacia ella.

-Pero...

-No -interrumpió- lo que diga Jessica no importa- dijo secándose las dulces lágrimas que caían por sus enormes pestañas perfectas con sus dedos.

-¿Y quieres salir conmigo, aun siendo una chica? - le dije sorpresiva.

-¿Y eso que? Ni que fuera agarrarte a besos - dijo riendo.

No se en qué parte exactamente senti esa sensación extraña, pero la senti.

Miré su figura un segundo, podía haber visto el cuerpazo que tenía, ese cabello perfecto y castaño ondulado, esos ojos tan alegres y penetrantes, pero no, sólo veia la escena de como me habia salvado, protegido y ayudado de la vida y mi misma, esos recuerdos me endulzaban una y otra vez.

Impulsivamente bajé de la camilla y como fuerte capricho la abracé fuertemente, notando aún más, nuestra distancia en la altura.

-Gracias, por haberme salvado...- le dije con un fuerte suspiro cargado de años de angustia.

-¿Te duele mucho? - preguntó tocando con la yema de sus dedos, cada herida en mi rostro con suavidad, eso para mi, fueron las primeras caricias.

-Estoy bien - le dije concentrándome en su persona más que en la mia.

-Bueno salgamos de aquí ahh mmm...-- dijo cerrando fuertemente sus ojos mordiéndose el labio, en ese
momento me pregunté porque hacia tanto eso.

Luego de prácticamente huir, salimos al patio delantero del edificio, nos sentamos en una banca en un silencio incómodo, era la primera vez que socializaba bien con alguien en esos años, y ni mas ni menos, que la auténtica capitana del internado, sentia esa sensación como cuando a la persona que menos desea algo, le pasa.

-Debemos acusarla - dijo enojada - no podría permitir que siguiera haciéndote daño por nada - sus ojos me miraban, y los mios sólo se derretian ante ella.

-No, si lo hacemos habrá problemas, de todas maneras, no tengo dónde i r- le respondi temerosa, me sentia extraña ¿Alguien preocupada por mi?

-Si esa chica vuelve a molestarte, avísame - me mantenía fija en sus palabras, como si fuera una especie de hermoso ángel.

-¿Conoces a Yuran? -le pregunté.

Cerro los ojos y moviendose inquietamente se mordia el labio, era algo gracioso y por dentro sonreia,
como su chaqueta estaba en mi espalda, sentía su aroma en todas partes.

-No, y si la conociera seria peor - me miró fingiendo un enojo infantil, dentro de sus hermosos gestos aniñados.

Sólo atinaba a sonreir, ese día estaba en la cúspide del placer, no podía haber un dia mejor.
Recuerdo haberla observado tanto como pude hacerlo, me regalaba tiernas sonrisas que curaban agraciadamente una a una todas las heridas que tenía tan latentes.

-¿Y a donde quieres ir? -dijo reposando su cuerpo en el respaldo.

La mirė fija, no sabía que responderle, no podia pensar siquiera en formar alguna respuesta coherente a su pregunta.

"Nunca entendi por qué me hipnotizaba tanto"

- ¿Quieres salir? - le dije entre un susurro, al ser ella, cada día de citas tendría algún pretendiente que la hiciera sentir como una reina, y yo aquí, como idiota sentada a su lado

-Podemos... Y no podemos - se sonrojó.

-Siento mucho que tuvieras que estar conmigo el dia de hoy.

Ella me miró sorprendida, me analizaba con una sonrisa, veia como se reflejaban mis heridas en sus
pupilas, me observaba como si fuera el único ser humano que quedaba en el planeta.

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⏰ Última actualización: Dec 06, 2022 ⏰

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La chica del internado entre mis recuerdosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora