Perversión

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El infierno es lo que se desató en toda la mansión Wang Zhao al saberse la verdadera razón por la cual la pequeña Xiao Ziyi había salido lastimada, terminando en coma por un año y medio. Sin contar que los contantes abusos que perpetraron los hombres dejaron secuelas en su muy delicado cuerpo. 

El resultado arrojo que su útero y ano habían sido dañados incapaz de reparar, sin contar que había sido infectada con una enfermedad venérea. Pero lo que más alarmó eran las pocas esperanzas que daba el médico al verse en tan mal estado.

Si sobrevivía, debía pasar por un tratamiento psiquiátrico por todo el daño a nivel mental que tenía, ya que en el momento que despertó sus gritos fueron demasiado para todos al mencionar que no podia moverse y recordar ciertos cosas que vivió. 

Un nuevo estudio revela que al momento de tratar de penetrarla, no tuvieron la prudencia de hacerlo y terminaron dañando tanto su espalda como algunos órganos, por lo cual  debía estar postrada en una sila de ruedas de por vida. 

A pesar de que tomo más tiempo del debido para saber la verdad, no cambiaba el daño que se hizo. Ahora solo tocaba castigar a todos y dar el mensaje claro a cualquiera que intentará hacer lo mismo nuevamente. Todos debían conocer su lugar. 

Nadie pensó que por los caprichos de dos mujeres, todos los que vivían bajo el mismo techo estaban a casi nada al borde la destrucción. Ni los pobres inocentes se salvarían por el siemple hecho de pertenecer a esa familia. 

-¿Qué crees que haces Xiao Zhan? Sabes que no estás estás condiciones de venir a atacar mi casa. Eres estúpido al pensar en salir vivo de aquí. 

-jalandole el cabello fuertemente-. Estas a nada de probar el poder que tengo. Y se que no te gustará para nada lo que te hare Li Ying. Sera mejor que guardes silencio porque ganas no me faltan de arrancarte la lengua. 

-¡Maldito! Deja a mi Jiejie fuera de esto. Ella no a hecho nada ¿Acaso no te das cuenta que esta embarazada? Porfavor, ten consideración con ella. 

-Ustedes no tuvieron consideración con Ziyi. -exclamo furioso Jasper al escuchar las palabras de la menor de los Zhao-. ¿Creen que nosotros la tendremos con ustedes? ¡NUNCA! -golpeando su mejilla-. Sigue soñando.

-Esa puta recibió lo que tanto buscaba. -siseo Lusi-. No pueden culparnos de sus actos. Todos sabemos quien es Xiao Ziyi. -riendo-. 

Xiao Zhan miraba minuciosamente a Zhao Lusi, ganas no le faltaban de contarle el cuello y lanzarlo a sus perros, pero sabía que el castigo sería muy sencillo para ella.

-caminando hacia la menor de las Zhao-. Así que eres tu la que estuvo siempre enamorado de Zhuo Cheng. Tan poco te va durar tu sueño estúpida. Tu Jiejie y tú pagaran caro lo que hicieron.

Una idea se le cruzo en el camino al recordar que por culpa de ella y su obsesión por Zhuo Cheng hizo que Ziyi decidiera quitarse la vida al no poder soportar la situación.

-En tus sueños podrás tocarnos. No olvides que existe algo llamado trato. 

-Al final te saliste con la tuya pero no mediste que tus acciones traerán consecuencias tarde o temprano. -acariciando su rostro con un cuchillo-. Eres linda pero tonta. No sabes en qué te metiste. -golpeando su abdomen-. 

-¡Xiao Zhan como puedes meterte con una mujer! Estas pasando los limites. -mencionó con total desilusión Yibo-. No toques a nuestras esposas porfavor. 

-No rueges A Bo. 

-Tienes razón en decir eso. Escucha a tu zorra. Pierdes tu tiempo.

-Es mejor que te vayas. Mis padres vendrán en camino y dudo mucho que le haga gracia a mi suegro verte de nuevo. -sonrió altivamente-. O ¿Será que te gusta ser humillado?  

-¿Límites? ¿Esposas? ¿Suegros?. -mirando en dirección a Yang Yang-. Tráelo ahora. -sonriendo-. 

A los pocos minutos entraron unos hombres cargando unos cubos grandes que eran cubiertos por unas telas de satin roja. El rostro de todos era expectantes, incluso Wang Yibo y su hermano menor Wang Zhuo Cheng era confuso. 

-¿Qué es esto?

-Un pequeño presente de nuestro clan. 

Ambos sabían que ese tipo de telas no era tan ordinarios y fáciles de conseguir, sobretodo por el emblema que tenían y adornada con detalles dorados. Las únicas que desconocían de ese pequeño detalle eran las hermanas Zhao. 

-Dejenme decir que obviamente fueron muy hábiles al tratar de encubrir sus pistas, pero no tan inteligentes como lo pensaron. -hablo mientras se sentaba encima del píano-. Querida Zhao Li Ying, no pensé que fueras capaz de acostarte con tu propio padre para obtener favores. Eso es realmente asqueroso y morboso. 

La revelación que daba el peligris era algo que nadie pensó escuchar. Zhao Li Ying no podría ser capaz de hacer semejante cosa con su propia sangre. Aquello era algo tan enfermo de creer. Incluso el semblante de su hermana era un poco cómico para no reírse. 

-¿Qué estas diciendo?

-Lo que escuchaste A Bo. -diciendo lo último con burla-. Todo este tiempo tuviste a una verdadera zorra a tu lado. Incluso si yo fuera tú dudaría de mi paternidad. -ladeando la cabeza-. Definitivamente la vida es tan irónica. -riendo-. Te encanta meterte con ese tipo de personas. 

-Lo dices por experiencia. -siseando el castaño-. Tú también eres igual que ella.

-No te atrevas a compararme con esa. No te confundas. Tengo mis limites y no soy tan enfermo para acostarme con mi propia sangre. Eso es realmente asqueroso. 

-No puedo creer lo que dices. ¡Estas mintiendo maldito maricon! Estas ardido por que mi cuñado prefirió a mi Jiejie que a ti. -hablo con total seguridad que casi hace escupir al peligris-. 

-negando-. Quizás en otro tiempo me hubiera afectado lo que me dices niña tonta, pero creo que malgasta su tiempo al tratar de provocarme. 

-¿Qué pruebas tienes? .-preguntó el castaño-. Si lo que dices es cierto, pruebalo.

-No necesito porque probarlo. Porque simplemente los medios de comunicación están sacando todas la porquerías que hicieron durante años cuando se iban de viajes. 

Zhuo Cheng decidió hablar. Estaba cansado del juego del peligris al tratar con el algunas veces. Sabía que nunca estaría bajo su radar por estar en una relación con su hermana, pero eso cambió al saber el tipo de mujer que era. 

Aquellas fotos que le enviaron mientras estaba buscando el anillo de bodas para su amada fue lo que hizo tomar la decisión más absurda de su vida. El alcohol es un mal compañero y consejero que lo orillo a estar en una relación por obligación.

Odiaba admitir que había caído tan fácil en la trampa de Lusi, pero era más fácil culpar a otros pos sus decisiones. Al final resultó peor que su hermano.

-Estas tratando de jugar con nuestra mente ¿Por qué lo haces? No te hemos hecho nada. Cumplimos el trato que se impuso. Nunca nos metimos contigo.

-mirandolo con cierto disgusto-. Es increíble como llegue a confiar en ti sabiendo que eras un Wang. Odio admitir que me equivoque, pero al mal tiempo darle prisa. -tomando una calada de su cigarrillo-. Subanlos a la camioneta.

-¿Qué hacemos con los demás?

-mirando a la pobre servidumbre que temblada de miedo-. Mátalos a todos y después quema el lugar. Pero no olvides de llevar los cubos a la plaza. Exponlos de tal manera que se vean bonitos para la cámaras.

Todos los empleados estaban sorprendidos por el repentino estruendo que se escuchó en todo el lugar. Ni siquiera pudieron anticipar el movimiento rápido de los asesinos. 

Balas, gritos, lamentos era la melodía que resonaba como una jodida película de terror y era lo que dejaban al rodear la calle para visitar el recinto de los Sean.