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Habían transcurrido ocho meses y sino fuera por Xiao Zhan jamás lo sabría. Los días se volvieron una tortura al ver como el dulce chico del cual se enamoró le enseñaba su nueva vida que llevaba.

Ahora no tenía dudas al pensar que no saldría vivo de aquí. Las esperanzas se habían esfumado cuando vio con sus propios ojos a Zhao Lusi suplicando por su hijo no nato. Ver cuando le abrían las piernas y le arrancaban con unas pinzas a su sobrino, hizo que vomitara todo el contenido estomacal. 

Lo peor de ese día fue que Xiao Xhan hizo que se tragara todo lo que había regresado. Aprendío a controlarse por más que sintiera la necesidad de regresar su estómago completamente, ya que comer del piso en donde paraba el perro, no era nada agradable para su débil estómago.

Seguramente Zhao Li Ying había pasado la misma suerte, pero no estaba seguro. Aún no la había visto; de su hermano Zhuo Cheng tuvo noticias recientes hace unas semanas y el espectáculo que monto Xiao Zhan era para salir corriendo del lugar. 

Su hermano estaba amarrado en una cruz dispuesta en el piso, su cuerpo estaba casi todo roto. Las marcas lo demostraban y aquello llamó la atención de ciertos animales que les gustaba comer la carne en descomposición. Los alaridos que escuchaba aún los sentía en su cabeza.

Preguntar la razón era absurda. Xiao Zhan siempre decía el motivo de sus pecados al hacer tales cosas. Realmente se volvió alguien sin escrúpulos y lleno de resentimiento.  Ahora se arrepentía de haber accedido a lo que su madre sugirió hace años. 

Bien podía retractarse de la orden y quizás si mandaba un mensaje, ahora los padres de Xiao Zhan estarían aquí tomando el mando del clan y no su hijo. Ahora estaría en una modesta casa como siempre lo soñaron con unos cuantos niños, un gato y un perro. Ambos harían lo que tanto les gustaba y estudiaron. 

Xiao Zhan estaría en un hospital o clínica ayudando a las personas mientras que el estaría trabajando en algun restaurante preparando platillos exquisitos, al castaño siempre le encantaba cocinar y a su novio le encantaba que lo mimara. 

Pero la ambición de su familia tuvo que interponerse y por temor a recibir su castigo por amar a una persona prohibida, se presto al juego de su esposa. Debía admitir que fue culpa suya por no defender su amor, pero ahora no valía arrepentirse.

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-¿Qué haces aquí? ¡No tienes porque estar aquí! ¡FUERA!

-Solo quería saber si recibiste mi regalo. -mirando hacia los ataúdes-. Pero veo que... 

-¿Regalo? ¿Acaso fuiste tu quien... 

-Si. -desviando la mirada de aquellos ojos dolidos-. Fui yo quien los mate Xiao Zhan.

-¿Por qué? .-observaba el lugar donde estaba sus padres-. ¿Por qué me haces esto? Yo que te hice para que me odies tanto. Jamás mi familia te hizo algo.

-Necesitas saber tú lugar Xiao Zhan y espero que con esto quede claro. -susurrando en su oido-.  Demás esta decir que no debes hacer nada estúpido en contra mía o de mi familia, porque sino tu hermana pagará las consecuencias. 

-mirándolo con cierto dolor-. ¿Algo más que deba saber? 

-No... 

-Entonces lárgate de mi casa. Entendí el mensaje y no debes preocuparte. -apoyandose de la pared-. Váyase porfavor.

PerversiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora