Introducción

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Los patines se deslizaban por el gélido hielo a una velocidad considerable. La música que acompañaba a los dos patinadores era rápida y exótica. Una espiral de la muerte, una pirueta vertical y muchos mas saltos que hacía que la danza sobre hielo fuese completamente magnífica y suntuosa por la rapidez en la que se ejecutaban. Los espectadores observaban nerviosos la complejidad de los movimientos de los alemanes y la sincronización que tenían estos.

Varios segundos después la música al fin termina, los patinadores acaban su prodigiosa actuación. En sus caras se puede discernir las emociones de alivio y euforia al terminar la danza. Salen de la pista de hielo y saludan con satisfacción al público y a las cámaras para después ponerse algo de abrigo y esperar con mucho nerviosismo los resultados. Ahora dos cámaras se podían divisar en la pantalla de la televisión, las dos parejas que esperaban un único resultado, el de los alemanes.

—¡111.82 puntos para Alemania!, ¡Quedando en segundo lugar después de China con 113.97 puntos!

Lágrimas de felicidad caían en la de cabellos morenos, seguido de un abrazo del de hebras oscuras. Al fin los dos habían cumplido su sueño desde que eran pequeños, quedar primeros en uno de los campeonatos más grandes del mundo. La entrenadora se acercó y se unió al cálido abrazo.

—¡Ganamos Xiao, ganamos!—decía Hu Tao mientras intentaba retirar las gotas saladas que caían por sus mejillas.

—Estoy muy orgullosa de vosotros, mis chiquitines, ¡habéis aprendido a navegar por los siete mares vosotros solitos!—Beidou hablaba con mucha ilusión a sus dos estudiantes que habían superado a su maestra, ella.

—Estoy muy orgullosa de vosotros, mis chiquitines, ¡habéis aprendido a navegar por los siete mares vosotros solitos!—Beidou hablaba con mucha ilusión a sus dos estudiantes que habían superado a su maestra, ella

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De un movimiento apagó su teléfono. Su corazón latía a velocidades celestiales, no podía estar más orgulloso de que su patinador favorito podría haber quedado primero. Volvió a tomar su móvil del suelo de su habitación, apreciando otra vez su fondo de pantalla de Xiao Yaksha, notando que sus mejillas ya mostraban un color carmín intenso.

—Ojalá conocerte Xiao....Ojalá destacar como tú en eso—pronunciaba deprimido el rubio para sí mismo.

Desde niño, siempre supo que su familia era especial. Todos sus hermanos, padres y primos eran muy talentosos y lograban lo que se proponían. Se podría decir que todos estaban en la cima, pero ¿y él? Él no era nadie, no destacaba en nada. Siempre fue el último en todo, el que no podía hacer nada bien. Y eso le frustraba mucho, porque veía que todos los demás lograban grandes cosas y él se sentía como un fracasado. Pero un día, decidió que iba a cambiar eso. Así es cómo conoció el patinaje sobre hielo. Siempre le había parecido una actividad muy hermosa. Algo que requería mucha destreza y elegancia. Y él quería ser bueno en algo, quería destacar en algo. Así que patinó.  Al principio apenas podía mantenerse en pie sobre los patines, pero no le importaba. Se caía una y otra vez, pero se levantaba y seguía intentándolo. Hasta que un día, por fin, logró dar unos pasos sin caerse. Fue un momento mágico para él. Desde entonces, el patinaje se convirtió en su pasión. Todo lo demás quedó en segundo plano.

Fue así como su hermana Lumine se convirtió en una de sus grandes fans. Gracias a sus habilidades de costura siempre le hacía increíbles trajes para sus competiciones y él siempre se lo agradecía ganando dicho campeonato. Pero aunque nunca hubiese perdido todavía su nombre no se encontraba en las grandes pantallas. Se sentía incompleto, vacío, ¿era esto lo que quería? ¿de verdad quería entregar su vida solamente al patinaje? Todavía no había respuestas.

Demasiadas preguntas amargas dejaron un mal sabor de boca. Ya se podía ver una pequeña lágrima en sus mofletes colorados, ¿lo estaba haciendo bien? Comenzó a tiritar y se tumbó en el confortable sillón.

—Prometo. Prometo llegar hasta la cima—pronunció para después quedarse dormido.

Desde ese día algo cambió dentro de él porque desde pequeño le enseñaron que  las promesas siempre se cumplen. No importa cuán difícil o imposible parezca cumplirla, si dijimos que lo haremos, lo haremos. No importa lo que pase, si dijo el rubio que lo haría, lo hará. No importa lo difícil o imposible que parezca, si le haces una promesa a alguien, (aunque sea a ti mismo) debes cumplirla.

Aunque esa promesa, te cueste la vida.

Hasta la cima 𖤐 𓈒࣪  ᭡ ˖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora