En la época cuando Ran y Rindou eran niños, Rindou a pesar de ser el menor, se burlaba de Ran, pero eso cambiaría ya que Ran se catalogaria como un 𝘼𝙡𝙛𝙖 y Rindou como un 𝙊𝙢𝙚𝙜𝙖.
Los personajes le pertenecen a Ken Wakui
Ya era noche y Ran estaba llegando a casa, había salido toda la tarde porque no soportaba el olor de Rindou, ese dulce olor que poco a poco lo atrapaba queriendolo hacer prisionero.
El mayor se mordió el labio inferior su alfa interior estaba inquieto quería ir a abrazar a Rindou y llenarlo con muchos besos, aunque había salido la mayor parte del día, Rindou no dejaba de llamarlo con las feromonas que desprendía.
Por otra parte el menor se sentía vacío, no había salido toda la tarde, ya que se había dado cuenta que su Alfa no estaba en casa, era desesperante para él tener que aguantar las ganas de abrazarlo y hundirse en el pecho del mayor.
Su Omega interior lo mataría de tristeza si no hacia algo.
Rindou se paró y camino hacia un sillón que estaba cerca de su cama, para después agarrar el suéter de Ran y empezar a oler ese dulce olor, relajando así su cuerpo.
—De verdad que lo nesecito, esto no es suficiente para mi. -el menor habló mientras tenia el suéter en sus manos y sus ojos se ponían llorosos.
Odiaba admitir que necesitaba a Ran y el cariño de él.
—Maldito Haitani, ¿Porque no sólo rompes el lazo? .-dijo Rindou mientras se sentaba en la cama y limpiaba las lágrimas que salían de sus ojos sin previó aviso.
No necesitaba nada más solo que Ran rompiera el lazo, no quería aferrarse a él, no quería depender de Ran Haitani y más que era su hermano al igual que era débil no fisicamente si no que también emocionalmente.
El menor se volvió a acostar en la cama, poniendo el suéter de Ran en una almohada mientras simulando que era el mayor, Rindou abrazo muy fuerte la almohada mientras lloraba, la tristeza se estaba apoderando de él cada que sentía un a pulsada en el cuello.
Ran pido escuchar los leves sollozos que Rindou soltaba, también estaba sufriendo quería ir y abrazar a ese Omega y llenarlo de amor.
El mayor pudo sentir toda la tristeza de Rindou en su pecho, era algo nuevo para él y muy difícil de entender, pero no se quedaría como idiota detrás de la puerta escuchando los sollozos de su Omega, no lo soportaría.
Ran rápidamente giro la perilla de la puerta e ingreso al cuarto, encontrándose a Rindou en la cama, abrazando con fuerza una almohada que tenia su suéter encima.
—¿R-rindou?.
El menor levanto la cabeza y miro a Ran.
Los ojos de Rindou estaban todos llorosos y su nariz Roja de tanto llorar. También le dolía la garganta por aguantar tanto sus lágrimas sin dejarlas salir.
—R-ran.- el menor limpio sus lágrimas para después sentarse en la cama. —¿Porque te has ido de la casa? Me has dejado sólo, se que soy la persona que odias, pero no tenias que hacerme sufrir así, fue muy cruel de tu parte Ran. -las lágrimas de Rindou volvieron a salir.
Ran sintió que su corazón se rompía al mirar a Rindou así, no podía culparlo el lazo lo volvió así.
El mayor quería decir algo, pero sus palabras no salían así que hizo lo que tenía que hacer, lo que tanto deseaba su Alfa abrazar a Rindou.
El menor se quedó quieto unos segundos al sentir como Ran lo abrazaba fuertemente y acariciaba su cabello con suavidad.
—Lo siento, no volverá a pasar. - el mayor dijo, para después besar la frente de Rindou.
Rindou abrazo con fuerza a Ran, sintiendo un gran alivio porque su Alfa estaba con él, estaba dándole el cariño que nesecita y tanto quería.
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