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Un día después nos encontrábamos en el andén número 4 de la estación central, dispuestos a comenzar con el viaje a Vatn.

Tuvimos en cuenta la recomendación de John acerca de no llegar a Vatn después del atardecer, por lo cual sacamos los boletos para el primer viaje programado hacia Pripyat.

La noche previa habíamos hablado mucho acerca de este tema. Pensamos en todas las cosas que podrían llegar a sucedernos, por tal motivo, empacamos todo lo que creímos necesario a pesar de no saber cuánto tiempo íbamos a permanecer en el pueblo. Por suerte Chris era un especialista en armar el equipaje para situaciones como esta, incluso decidió llevar a "Soulburn" su inseparable pistola 9 milímetros, por supuesto que no estuve de acuerdo con esa decisión, aunque su justificación fue convincente, me dijo que con ella había logrado superar las peligrosas misiones que le habían sido asignadas en sus tiempos de servicio y que no pensaba correr riesgos innecesarios, por eso no estaba dispuesto a realizar este viaje sin ella. Ya estábamos preparados para todo.

Luego de casi 60 minutos en el andén de la estación central, aguardando la llegada de nuestro tren, por fin anunciaron su arribo proveniente de la ciudad de Zavallya con destino a Pripyat. Minutos antes habían comentado por altoparlante que el tren había tenido algunos problemas técnicos durante el viaje, y que sepamos disculpar la demora. Espero que se hayan solucionado todos los problemas, ya que si el tren vuelve a tener algún desperfecto corremos el riesgo de llegar después del atardecer a Vatn, lo cual debíamos evitar a toda costa. Si pensábamos suspender el viaje, este era el momento, una vez que abordásemos el tren no habría vuelta atrás. Pero eso no iba a suceder, estábamos decididos a comenzar con este viaje y develar el misterio que se ocultaba detrás de aquel misterioso pueblo.

Finalmente abordamos el tren, acomodamos nuestro equipaje, y nos ubicamos en nuestros asientos. La formación comenzó a moverse lentamente, al cabo de unos minutos, nos encontrábamos en pleno viaje. Chris, comenzó a observar el aspecto del vagón donde nos encontrábamos, haciéndome notar el deterioro que tenía.

- No me extraña que este tren haya tenido problemas durante el viaje y no me sorprendería que los vuelva a tener. – Chris

- Ahora que lo mencionas, ¿Notaste que los vagones son de madera? Deberíamos estar agradecidos si logramos llegar a Vatn sin que se desarme a medio camino – Dije

- Puede que la falta de mantenimiento se deba a la escasez de pasajeros, por lo visto, Vatn no es un pueblo muy popular. Teniendo en cuenta que hay menos de 10 personas a bordo. - Chris

Luego de unas aburridas horas de viaje, sentí la necesidad de estirar un poco las piernas. Me di cuenta que Chris no era un buen acompañante, ya que dormía profundamente prácticamente desde que dejamos la estación. Comencé a caminar hacia el vagón delantero. El tren era verdaderamente largo, debería tener al menos unos 10 vagones. Con solo mirarlo, podía notar lo lujoso que debía haber sido hace ya unos años, los grandes candelabros que sobresalían del techo iluminaban levemente el vagón. Resaltando con un brillo tenue los lujosos asientos de cuero, que se destacaban por un particular paño tejido con un patrón de rombos en la zona de la cabecera, lo que le proporcionaba un aspecto sumamente ostentoso. Los grandes ventanales se encontraban cubiertos por unas grandes y viejas cortinas rojas, las paredes de los vagones estaban tapizadas hasta la altura de las ventanillas, destacando en las zonas sin ventanas unos pequeños cuadros añejos que de cierta forma describían los años celebres en donde este tren unía los pueblos del norte de Europa.

Continuando con mi recorrido hacia el frente de la formación, atravesé algunos vagones que funcionaban como zonas de servicios con cocina y baños, incluso uno de ellos estaba repleto de habitaciones.

El secreto de VatnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora