III

2 1 0
                                    

III

Al llegar a Vant, el tren se detuvo en la estación, el viaje había tardado más de lo esperado. Esta no se parecía nada a la de la ciudad, estaba en muy malas condiciones. Vant no era un pueblo muy conocido, apenas si aparecía en los mapas.

Había muy pocas personas. La posada de Logan se encontraba a unos cuantos kilómetros de la estación, por lo que necesitábamos encontrar un transporte. Por suerte los lugareños veían con buenos ojos las oportunidades de hacerse con un poco de dinero, por lo que no nos costó mucho trabajo conseguir alguien que nos lleve.

Nos pusimos en marcha inmediatamente, no queríamos llegar al anochecer, tal como nos advirtió John. La mayor parte del viaje transcurrió por una angosta carretera de tierra. Podíamos ver a ambos lados el peculiar panorama que nos rodeaba. Solamente había árboles secos con un color grisáceo, la tierra era árida, a medida que avanzábamos con el vehículo podíamos ver como una nube de polvo se levantaba a nuestro paso. Llamaba la atención que durante el trayecto no habíamos visto animales o algún otro vehículo por la carretera.

A la distancia podíamos ver un extenso lago el cual íbamos rodeando a medida que el vehículo avanzaba, por lo que no tenía explicación la falta de vegetación en la zona.

Unos kilómetros después notamos que la carretera se hizo más angosta, cada vez se dificultaba más el avance del vehículo entre los arbustos, por lo que al cabo de unos minutos el conductor detuvo el auto y dijo...

- A partir de este lugar deberán continuar a pie, no puedo seguir avanzando con el auto. El pueblo que buscan, se encuentra a unos pocos minutos de aquí, si continúan por este sendero deberían llegar sin problemas.

Comenzamos a caminar con cierta prisa, ya que el sol estaba cayendo y no queríamos estar en el medio del bosque cuando anochezca.

Tal como nos indicó aquel señor atravesamos el sendero y frente a nosotros pudimos ver la entrada al pueblo.

Al ver el lugar a la distancia noté que las casas eran algo antiguas. Todas parecían haber sido construidas de manera similar, existiendo cierto patrón entre ellas. A simple vista no pudimos visualizar ningún comercio, ni tampoco vehículos. Solamente las casas, a un lado de estas lo que parecía ser una vieja capilla y al otro lado un viejo cartel que decía posada indicaba que pronto finalizaríamos nuestro viaje.

Comenzamos a descender por un camino que desembocaba justo en el centro del pueblo. Al pasar frente a las casas notamos que estas se encontraban numeradas con una especie de código alfa numérico, el cual no parecía ser una dirección ordinaria, era como si alguien hubiera planificado la creación de este pueblo. A medida que nos acercábamos a la posada pudimos notar como unas cuantas personas se encontraban reunidas alrededor de una gran fogata.

Nos dio la impresión que estaban llevando a cabo una especie de ceremonia o ritual, ya que todos vestían unas túnicas blancas y portaban antorchas, las cuales encendían con el fuego de la fogata y formaban una fila en línea con la puerta de la iglesia.

Intentamos entender lo que estábamos viendo, sin embargo, no encontramos explicación alguna. ¿Era este el comportamiento extraño al que se refería John en la carta?

Nos acercamos lentamente hacia ellos para observar con más detenimiento sus acciones. Las personas nos ignoraron por completo y continuaron como si no estuviéramos allí. Repentinamente la situación se vio interrumpida por el sonido de 8 campanadas provenientes de la capilla, la cual comenzó a abrir sus puertas lentamente. Era una escena muy perturbadora, estábamos perplejos sin entender lo que estábamos presenciando. Todo permaneció en silencio por un instante hasta que comenzamos a escuchar unos pasos acercándose desde el interior de aquella capilla. Vimos salir a un sujeto quien se paró delante de la puerta y extendiendo sus brazos les dio la bienvenida a las personas que ahora ingresaban al lugar formando una fila. Estaba comenzando a anochecer, por lo que no podíamos ver la apariencia de aquel extraño sujeto. A medida que la gente se acercaba a él, el flameante fuego de las antorchas iluminó su rostro el cual se encontraba cubierto por una máscara similar a la que había visto en mi pesadilla.

El secreto de VatnDonde viven las historias. Descúbrelo ahora