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- ¡Angela, vete de aquí! – Gritó Chris mientras otros enmascarados salían de entre los árboles – ¡Yo me encargó de ellos!

Comencé a correr, perdiéndome entre los árboles. Pude oír a lo lejos algunos disparos, no había podido ver ningún arma, así que supuse que provenían de Soulburn.

Me preocupaba mucho Chris, pero ya había vivido situaciones similares con él en ciertos viajes, conocía sus habilidades, por lo que él estaría bien.

Me había alejado lo suficiente como para poder escuchar algo. Ya no podía ver el sendero, estaba perdida. Sabía que el camino era uno solo, no tenía desvíos, por lo que, si lograba encontrar el sendero nuevamente, era cuestión de tiempo hasta que llegara a Vatn.

No sabía cuánto tiempo había pasado, me limite a seguir caminando en una misma dirección, esperaría un poco más y luego volvería tras mis pasos. Por la vasta cantidad de flora que me rodeaba, intuí que estaba lejos del pueblo. Era temprano por la mañana, sin embargo, las grandes copas de los árboles generaban una gran cantidad de sombra que hacía que el bosque se tornara oscuro, lo suficientemente oscuro como para que un pequeño punto de luz rojo llamara mi atención.

- ¿Qué es eso? – Me pregunté mirando el tronco de un árbol.

Un punto rojo parecía titilar entre las grietas del viejo tronco. Me acerqué a él. Se veía normal, no provenía del árbol. El crujido de unas ramas secas me alerto.

- Sal Angela... Se que estas por aquí... - Pronunciaba Robert con una escalofriante voz.

¿Cómo me habían encontrado? Me había perdido por completo en el bosque, no era posible que supiesen donde estaba, el suelo estaba seco, no había huellas, no había dejado ningún rastro.

Retrocedí con cautela, sin hacer ruido, mi agitada respiración se camuflaba con el sonido del viento soplando.

- Chris... - Pronuncie en un susurro.

Podía sentir como la voz de Robert se acercaba cada vez más, no era posible que me hubiesen visto, tenía que aprovechar el bosque para esconderme, para huir. Camine con pasos apresurados, procurando no hacer ruido, cuidándome de no pisar ninguna rama, ninguna hoja, nada que pudiera revelar mi paradero. Me alejé lo más que pude, sin embargo, aún lo escuchaba, sabía que estaba detrás mío, siguiendo cada uno de mis pasos.

Por más que corriera, ellos me alcanzarían, eran muchos. Solo me quedaba esconderme. Me escabullí entre unos arbustos y me quedé ahí, sin moverme. Entre las pequeñas ramas, nuevamente aquel punto rojo comenzó a titilar. Nunca se había ido, solo que ahora dentro de aquel arbusto, con la sombra de las hojas, podía notarse.

El medallón. No podía ser nada más, me saque aquel collar y lo analice con detenimiento. Una pequeña y casi imperceptible luz brillaba en una esquina de aquel pentagrama. Un rastreador. ¿Cómo no lo había notado antes? Cuando observé el medallón, en el tren, cuando se lo mostré a Chris, ninguno de los dos notó nada. Alguien lo había activado recientemente y Robert parecía ser el único sospechoso.

Me quité el medallón y salí de aquel arbusto. Por más importante que fuese ese collar para encontrar a John, no iba a poder hacerlo si ellos me atrapaban primero. Tiré el medallón y comencé a correr. Oía los pasos detrás de mí, no eran los de una sola persona, eran más. Me habían visto.

Una figura salió de entre los árboles, parándose en frente mío. Me tomo por sorpresa y caí al suelo. Un fuerte golpe en la cabeza, un agudo pitido y la voz distorsionada de un enmascarado que ahora se agachaba frente a mí.

- Ya es hora, señorita Brown...

Todo se tornó negro y casi en un abrir y cerrar de ojos caí inconsciente.

- Finalmente... - Dijo Chris llegando a la cima de la montaña.

Se encontraba parado en frente a lo que parecía ser una vieja estación, dos teleféricos lo esperaban casi al borde del acantilado. Podía ver a lo lejos lo que supuso era la torre de comunicaciones, ya casi llegaba.

Ninguno de los teleféricos se veía en buenas condiciones, ambos estaban oxidados, sucios, con vidrios rotos, el cable que los sostenía se había inclinado, formando un arco, por el tiempo supuso. No estaba tirante, se imaginaba lo que podía pasar si alguna de las pesadas cabinas de metal se deslizaba ejerciendo una enorme cantidad de peso en aquel inestable cable. Sin embargo, no tenía otra alternativa.

Observó con detenimiento cada uno de los teleféricos, los cables, las palancas, los dos estaban viejos, pero había uno que le daba más confianza. Fue ese en el que subió. No tenía tiempo de buscar otro camino, ahora no solo John lo necesitaba, sino también Angela. Un chirrido metálico, sumado a algunas chispas que volaron por los aires le indicaron que el teleférico estaba en movimiento. Todo se tambaleaba dentro de la pequeña cabina, parecía estable, iba a llegar.

Se acercó a una de las ventanas y miro hacia abajo. Podía observar todo el pueblo desde esa altura. Vatn no era tan pequeño como parecía. Se sentó en uno de los asientos, estaba recubierto por cuero, era lo único que había permanecido casi intacto en ese transporte. El teleférico iba más lento de lo que esperaba.

- A este paso, Angela ya podría estar muerta... - Dijo Chris levantándose de su asiento para ver qué tan lejos estaba de la torre.

Al observar por la ventanilla, pudo ver algo más que tan solo la distancia.

Un hombre encapuchado se encontraba parado en la estación de donde había salido el teleférico. No lo había visto antes. No podía ver bien lo que sostenía en las manos, pero al acercarse más a la ventanilla, pudo darse una idea de lo que hacía aquel sujeto. Quería cortar el cable del teleférico, si lograba hacerlo y él seguía dentro, seguramente moriría. Tenía que salir de la cabina.

El viejo teleférico ya empezaba a tambalearse, no sabía desde hace cuánto ese hombre estaba cortando el cable, no sabía cuánto tiempo lo quedaba. Miró hacia todos lados, tratando de encontrar una salida. No cabía por la ventanilla, su única alternativa era una escotilla en el techo del teleférico. No sabía si aquel sujeto llevaba algún arma, no sabía si alguien más lo esperaba del otro lado, pero tenía que salir, de lo contrario caería junto con el teleférico.

Salió por la escotilla, se encontraba en el techo ahora. Agazapado en caso de algún disparo, Chris apunto a aquel sujeto con Soulburn, dispuesto a disparar. Estaba lejos, pero su puntería nunca le había fallado. Apretó el gatillo y a continuación un fuerte estruendo, el sonido del disparo se había mezclado con el del cable, finalmente, cortándose. El hombre cayó, e igual lo hizo el teleférico. Instintivamente, Chris sujeto el cable con fuerza, sosteniéndose mientras sus pies quedaban en el aire.

El teleférico se desprendió por completo del cable y se perdió en el vacío ante los ojos de Chris.

Gracias a la inercia del cable, Chris llego al otro lado. Se aferro a las puntiagudas piedras de la montaña que ahora parecían ser su único apoyo. Soltó el cable y se recostó boca arriba en el pequeño barranco.

- Mierda... - Sus manos le quemaban.

Se levantó lentamente, y miró hacia la estación, apenas se distinguía.

- ¿Quiénes son esas personas...? – Chris miró hacia arriba, aun le faltaba un último tramo para llegar a la cima. – Esta claro que no me quieren aquí...

Ignorando su agitada respiración, se apresuró por escalar lo poco que le quedaba hasta finalmente llegar a la cima, donde la torre de comunicaciones lo esperaba.

Sacó su celular y marcó el número de Bruce. Nadie atendía, Chris tenía un nudo en el estómago, tenía que contestar, era su única oportunidad. El tono de llamada se volvió eterno ante los ojos preocupados del militar, finalmente se detuvo.

- ¿Chris?

- ¡Bruce! – Exclamó Chris con una sonrisa de alivio en el rostro, un gran suspiro salió de su boca. Lo había logrado. 

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⏰ Última actualización: Dec 02, 2022 ⏰

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