Capítulo 2

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Artemis

Mara ha pasado demasiado tiempo en el baño incluso si ha tenido que retocarlo el maquillaje o lo que sea que ella haya ido al baño, de repente se escuchando cosas cayéndose o quizás rompiéndose, muchas personas se dirigen rumbo a de donde proviene el ruido al ver que es la dirección del baño Spencer y yo vamos en automático a ese lugar. 

—¿Dónde carajos está Abigail?— aunque Spence susurra esas palabras lo entiendo. 

—No lo sé, dijo que iría al baño.

—Pues tremenda pelea se está armando la pelea del siglo.—replica malhumorado. 

Corremos hacia el baño y encuentro a nada más y nada menos que a Abigail estrellando su puño contra la cara de una rubia que esta llorando en el piso.

—¡Abigail para!—le grito y al levantar la cabeza veo sus ojos dilatados, su sonrisa siniestra y me confirma lo peor ella no es Abigail ella es Mara o como se gusta llamar a si misma Fraus (si en nombre de la diosa romana del Fraude) 

De repente unos tipos fornidos como los de películas de acción y mafia entran y separan a Fraus y una chica rubia con una cantidad de sangre algo alarmante saliendo de su nariz.

—Esperen yo voy con ella.— le informo a uno de los fortachones cuando quieren retenerla y esta empieza a patalear como maníaca.

—El dueño del bar la quiere ver.—dice con evidente malhumor. 

Dejo que vaya con ellos no sin antes pedirle que me informe al salir de lo que hablaron ya que ella estaría muy borracha como para recordarlo.

Mara

Mis recuerdos saltan del baño con aquella chica a una habitación 

que huele a especias, ahumado y madera.

—Señorita ¿Se puede saber por qué atacó a mi acompañante de ese modo?— la voz masculina viene desde atrás del gran escritorio que hay. ¿Qué? Yo no he atacado a ninguna chica, quiero decírselo pero mis nudillos arden y al mirarlos los noto enrojecidos, oh claro es la tonta rubia que intentó hacerme enojar y creo que lo logro porque si aún percibo el olor a hierro de su sangre es porque le dejé un bonito recuerdo en la cara.

—Lo siento, señor...

—Scott.— dice con una voz ronca y seductora.

—Lo siento, señor Scott— repito mi disculpa con un fingido tono de arrepentimiento que para alguien que no mienta regularmente le sonará muy creíble—por su acompañante porque ella empezó ofendiendome y queriendo pelear, si usted cree que mi reacción fue desmedida...—no termino ya que me interrumpe con un resoplido, eso me molesta pero no lo demuestro. 

—¿Qué si tu acción fue desmedida? Le rompiste el tabique y casi se lo entierras en el cerebro— dice como si le preocupara pero ella no le importa solo es una fachada para parecer preocupado y hacerme sentir mal. La postura y tono de voz de las personas revelan mucho. Que me diga todo eso me hace sonreír internamente, se merecía más que eso.

—Oh lo siento tanto, no era mi intención hacer eso— sueno desesperada y me tiene lástima ni siquiera lo intenta disimular.— Yo...yo no quería, no...no era mi intención pero me enojé y fue difícil controlarlo—lágrimas salen por mis ojos, nunca me fue tan fácil fingir como hoy pero me enorgullezco de eso.

—Tranquila, solo necesito que hagas lo que te pediré a continuación.

Me entrega una tarjeta dorada y negra: Mason Scott, empresario.—Quiero que trabajes para mí.

—Pero...

—Ningún pero, si aceptas ve a la dirección que tiene, si no lo haces ya me encargaré de que pagues el daño cometido.

Con esas palabras me despacha de su oficina, creyéndose rey del mundo. Al salir del bar me encuentro a Artemis y Spencer (nunca me ha agradado Spencer tiene algo raro) están serios y abordan un taxi justo cuando me ven sin dirigirme la palabra. Cuando llegamos al departamento, entro a la ducha aún pensando si aceptaré lo que sea que tenga ese Mason para ofrecerme.

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⏰ Última actualización: Feb 13, 2023 ⏰

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