"Quizás haya heredado la locura de mi bisabuelo". Subía lentamente las escaleras. Podía escuchar lo acelerado que estaba mi pulso. Cada peldaño que subía era un aliento de valentía. No sabía que prefería, si estar loca o que hubiese entrado algún malintencionado en la casa.
De hecho, no hubiera sido yo la primera en creer que estaba loca. Muchos lo creían, tomaron por verdad palabras ajenas y nunca buscaron las mías.
Ya te dije, la familia es un negocio. No miran lo que es más o menos justo. Y tampoco se interesan por la verdad. Miran lo que sale rentable y lo que no.Mi decisión no salía rentable, asi que, quién coño se iba a preocupar por mi versión? Nadie! Ni mi abuela que tanto me quiere, ni mi tía que tanto me adora... y los amigos de familia? Oh espera, desaparecieron.
Y no solo nadie tuvo cojones de preguntarme, sino que todos tenían preparada una explicación que justificaba su ausencia. No sé tú, pero yo lo llamo hipocresía o mierda de gente.Seguro que has conocido ese espécimen de ser vivo, pero no imaginas lo que es descubrir que el 99% de las personas que te rodean lo son. Supongo que todos somos unos mierdas en algún momento de nuestra vida y que conmigo se pusieron todos de acuerdo.
Quizás hayan creido que mantenerse al margen y asentir a lo que se diga, no es posicionarse, pero sí que lo es. No actuar es consentir.Ya estaba arriba. Justo delante de la puerta de mi habitación. Tenía que abrirla. Y ¡PUM! abrí de golpe la puerta y chocó contra la pared. Sin querer mirar dentro, entré.
Iba a coger trauma yo con esto de abrir puertas.
ESTÁS LEYENDO
Secretos de familia
RandomDesde aquel día me hundí en una locura que fue mi salvación o la culminación de mi cordura. "Mierda, habré perdido la cabeza?"