capitulo 7:"instinto suicida..."

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Capitulo 7: "Instinto suicida..."

Alek

—Si me siguen les enseñare el abismo —dice cuatro haciendo un gesto para que avancemos

Detallo un poco al líder que nos acompaña, su chamarra apenas deja ver el inicio de un tatuaje en su brazo y se pueden detallar unos en el cuello que me hacen peguntarme como lucirán el resto de esos tatuajes y cuantos tendrá.

Nos dirigen al lado derecho del pozo, que está demasiado oscuro, haciendo que tengamos que forzar un poco la vista, haciendo notable el fin del camino en una barandilla y cuando nos acercamos se escucha un rugido: agua, agua cayendo muy deprisa y estrellándose contra las rocas.

Me acerco al borde, el suelo desciende en un ángulo agudo y muchas plantas por debajo de nosotros, hay un rio.

El agua golpea las paredes de roca de forma agitada.

—¡el abismo nos recuerda que la línea que separa la valentía de la idiotez es muy delgada! —grita cuatro

—un salto temerario desde aquí acabaría con vuestra vida, a sucedido y volverá a suceder —dice Eric con un tono de voz tan calmado y gélido que logra erizarme la piel.

—esto es increíble

Murmura tris

—definitivamente esa es la palabra que mejor define este lugar —coincido con ella

Cuatro y Eric nos guían por el pozo, hacia un agujero abierto en la pared, la sala del otro lado esta suficiente iluminada para ver a donde vamos, un comedor lleno de gente haciendo ruido con los cubiertos y otras cosas que tienen a la mano, cuando entramos, los osados se levantan a gritar y aplaudir, dan pisotones en el suelo y siento como el ruido me rodea y me llena, Christina y tris sonríen a la par conmigo.

Caminamos buscando una mesa libre y poco después me encuentro sentada frente a tris, cuatro y Christina, nos empezamos a servir de la bandeja que se encuentra en mitad de la mesa y de pronto llega Eric y se sienta a mi lado aunque guardando un poco de distancia, cuatro lo mira con extrañeza.

Veo que tris mira de forma extraña la carne y cuatro le dice

—es ternera, ponle esto —le entrega un cuenco con un poco de salsa roja

—¿nunca has comido una hamburguesa? —pregunta Christina con los ojos muy abiertos

Dejo de prestar atención a su conversación cuando me encuentro con una mirada grisácea que me hace estremecer, me mira de forma extraña y antes de meditarlo bien mi boca se desconecta de mi cerebro y pregunto

—Eric, ¿fuiste transferido o naciste en osadía?

La mesa se queda en silencio y en cuanto esa mirada se pone mas intensa sobre mi siento que me hago pequeña, pero trato de que no sea tan notable.

—transferido —responde con sequedad

—¿de qué facción...? —antes de terminar la pregunta suelta con brusquedad

—creía que solo tendría problema con los bocazas —masculla en un tono frio— ¿ahora también me van a fastidiar los cerebritos?

Me mira levantando una de sus cejas y yo no aparto la mirada, no es un perro, pero son las mismas reglas, bajar la mirada sería un acto de sumisión; mirarlo a los ojos es un reto, y yo elijo arriesgarme.

Los demás continúan hablando y Eric dice

—ten cuidado iniciada, no te conviene fastidiarme —me mira con advertencia, pero no logro quedarme callada

—pero si solo era una pregunta, luces como un gran misterio

—¿ahora me alagas?—dice con cierta burla

—no era un alago, era una advertencia —me acerco un poco—los misterios hay que resolverlos

—suerte con eso iniciada —dice en voz baja antes de levantarse e irse seguido de cuatro

Christina nos mira a tris y a mi con las cejas arqueadas

—¿Qué? —pregunta tris

—estoy desarrollando una teoría

—¿Qué teoría? —indaga tris

—que vosotras tenéis instinto suicida.

Al Estilo Osadia // Eric CoulterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora