Jardín Japonés (Kookmin)

.12.

Dos semanas después, Jimin volvía al Jardin Japonés para reunirse con su jefa.

Faltaban 5 días para su cumpleaños y el grupo de Busan estaba por viajar hacia Buenos Aires.

"Bien Jimin, me encanta que todo haya llegado ordenado y listo para mover sin problemas. Dejo todo en tus manos porque tu trabajo es sorprendente"

"Muchas gracias Olivia, es un gusto contar con tu apoyo"

"No hay de que cariño. Mira yo siempre estoy a cargo de todo pero tuve reuniones y por eso me cubrió Hyuna. Lamento si ella y su novio fueron molestos contigo, siempre me daban problemas y ahora que no aparecen los jefes ya ni quieren que vuelvan"

"Fueron un poco molestos pero me alegra no volver a verlos"

Ambos sonrieron y se volvieron a hacer sus cosas.

El rubio había tenido pesadillas toda la noche y trataba de no pensar mucho en eso porque su corazón le dolía y se sentía angustiado.

Esa mañana no vió a Jungkook, ni a Taehyung ni a Yoongi porque salió muy temprano y olvidó su celular. También estaba molesto y triste porque sabía que algo ocurría.

Ya estaba concentrado en las obras de arte en oleo cuando vió a la odiosa castaña pasar por la galería con un hombre mayor.

Siguió con lo suyo cuando Rose casi lo hace saltar del susto.

"Hola bonito!"

"Puta mad-" tomó su pecho. "No hagas eso de nuevo"

"Lo siento. Vine a ver cómo estabas... Esto está quedando genial, se ve tan hermoso"

"Gracias. Por suerte todo llegó como lo preparé así que no es tanto trabajo, pero se ve increible"

Salieron por las otras puertas cuando Olivia ingresaba con Lisa y el señor Jeon.

"Oh, ya no está aquí... Debe haber ido a ver el inventario"

"Esta bien, mientras vemos las obras, lo esperaremos aquí" dice Lisa con sonrisa fingida.

Olivia sale y el señor Jeon recorre la muestra. Su pecho se alvorota.

Varias pinturas eran de la colección de su alma gemela, madre de sus hijos quien murió tras un ataque.

Jimin despidió a Rose y volvió con un asistente sosteniendo un gran cuadro.

Una hermosa mujer de cabellos negros y grandes ojos chocolate, con su vestido rojo y delicada sonrisa, estaba plasmada al oleo.

"Se ve espectacular..." Dice el asistente Jyo y Jimin asiente sonriendo.

"Es la Duquesa Jeon. Una hermosa mujer, que se destacó por sus grandes obras. Una mujer dedicada a su familia, al arte y a ayudar al prójimo. Se dice que su pérdida fue un gran dolor para toda su familia, en especial para su esposo quien casi muere luego de perderla..." suspira.

"Voy a traer el otro" dice Jyo y sale.

"Jeon Mina, amada esposa y madre... Es tan raro verla... Siempre se aparece en mis sueños, siempre me abraza en la oscuridad" acaricia el cuadro.

Lisa no dice nada y el señor Jeon parece congelado.

Los recuerdos vuelven a él. Esa noche, ese ataque, ese dolor.

Jimin solloza sin entender por qué, y sale disparado de nuevo por donde entró hasta llegar a los baños.

"Princesa Lisa, vaya a su casa, la veré después"

"Pero mi rey..." Se acerca y el señor Jeon la mira enojado. Asiente y sale sin demostrar lo furiosa que está.

"Mi reina... Ese chico, al que salvaste una vez, vuelve a estar frente a mi... Por qué el?" Acaricia el cuadro y al oir a Jimin regresar retrocede un poco.

"Oh, lo siento, no puede estar aqui... Todavía no termino de acomodar la muestra" se limpia las manos.

"Discúlpeme joven, solo quería conocer a quien hace un magnífico trabajo con las obras que presté"

"Ay Dios! Disculpe, de verdad, no sabía que era usted..." Jimin se pone pálido.

"Tranquilo... Gracias por cuidar de cada obra y cada detalle... Estoy muy complacido"

"De nada, es un placer"

Olivia vuelve y los ve conversando. La plática cambia sobre la marcha y finalmente el señor Jeon se retira.

"Casi me hago pipi!"

"Yo creí que nos iba a gritar de todo!" dice Jyo.

"Vamos a cerrar y mañana sacamos las vasijas y lo mas delicado para el otro sector... Descansa Jyo"

"Hasta mañana Jimin"

El rubio llega a su departamento y en medio de su ducha solloza nuevamente.

Luego sale y vuelve a llamar a Jungkook pero salta el contestador.

"Qué demonios pasa?" Bufa y decide dormir al fin.