n u e v e

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    El tercer tono llega y mi amigo del otro lado del teléfono por fin contesta.

— ¡hace horas estoy tratando de comunicarme con vos! Hace un día no me hablas, Ludmila. ¿Te parece eso bien? —pregunta pero al final ríe. Lo unico que hago es sollozar.



—Santi...

— ¡ey! ¿Qué pasa? —pregunta y su tono cambia a uno de preocupación.

—tengo que pasar la prueba de mañana sino me quedo afuera y no solo eso sino que hace un rato me cruce a Enzo e hicimos un trato de que si yo la pasaba me ayudaba, pero si no, lo tengo que dejar en paz para siempre y no molestarlo. —le explico llorando.

— ¡ay, Lud..., yo...! Yo creí que... me asusté. Es decir, me asusté. —dice y hace silencio unos segundos para volver a hablar. —¿y qué es? ¿qué te preocupa?

— ¡quizás tenga que cancelarlo, mañana es muy pronto!

—pero estuviste practicando, Lud. No creo que sean tan estrictos. Son principiantes... ¿O pasó algo más?

—no... bueno, no. No. No te preocupes, solo estaba muy cansada. Y además casi tuve que hacer de todo para salir temprano ¡oh, y Tomás esta acá! No me preguntes nada porque aún no sé. —me recompongo y me siento mejor en el baño ya que me había encerrado ahí.

—no entiendo mucho y solo no hablamos como... ¿casi un día?

—lo sé, estuve muy ocupado trabajando. Y creo que tuviste mucho trabajo. Así que...

—así que, ¿le dijiste que ibas a dejar de molestarlo si fallabas mañana?

—sí. No tuve tiempo para pensar porque estaba muy enojada. Pero jamás pensé que iría a seguirme el juego de aquello. ¿Debería llamarlo y cancelar todo?

—no, creo que ya es tarde para eso, y la prueba es mañana, ¿tenes una pelota ahí?

—si, pero compre mal. Es muy dolorosa y dura, tengo los pies lastimados por practicar día y noche.

—bueno amiga, yo voy a volver mañana a la tarde recién, y no tengo ninguna en casa. Pero voy a quedarme toda la noche por video llamada si es necesario.


— ¿de verdad?

—de verdad.







—de verdad

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   Ya más tranquila, luego de hablar con Santi, salgo de aquel baño dispuesta a entrenar.
En el pasillo, me cruzo con la persona menos esperada a estas alturas.

— ¡¿Tomás?!
   El mencionado se da vuelta y sonríe al verme. Rápido me acerco a él.

—hola, Lud. —besa mi mejilla y caminamos juntos para el mismo lado mientras lo miro: el campo de entrenamiento.

"2gether" //Enzo Fernández//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora