Cuenta la historia de Ludmila, quien está totalmente ajena al mundo del fútbol. O eso se pensaba hasta que conoce a Tomás: un ejecutivo e intenso hombre que pone la atención en ella; quien se niega a abrir las puertas al amor. Allí es donde escucha...
Un nuevo día comenzaba, así que habíamos venido al club no dispuestas a entrenar, sino que Juana debía decirnos algo importante, así que acá estábamos.
—bien chicas, gracias por venir. Les queríamos informar que debido a las salidas solidarias de este año, nos vemos en la obligación de trasladarnos a un nuevo predio donde durante unos días vamos a estar compartiendo con jugadores y jugadoras de todos los clubes de Buenos Aires al menos. Así que prepárense que el micro va a estar trasladarnos hasta allá. ¿Bien? Ahora vamos.
— ¿jugadores de otros clubes? —digo mientras me acerco a las chicas y caminamos hasta el estacionamiento.
— ¿nos cruzaremos con Marcos Rojo?
—capaz, y después puedas casarte con él cuando te vea. —le responde Lu a Julia y ríen.
Enzo:
"Te veo en un rato?"
"No sé de qué va esto. "Pero sí, estamos yendo."
"Tenemos que buscar actividades solidarias para cumplir, hay un montón y para elegir, pero mientras, nos entrenamos todos juntos para 'preservar la paz'"
"Entonces va a haber jugadores de Boca?"
"Por qué preguntas? " "🙄" "Pero sí, si se anotaron... se supone"
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Almuerzo mientras espero a Enzo allí en el comedor del nuevo lugar de entrenamiento. Me había dado cuenta que mi mesa estaba debajo del aire acondicionado, el cual no habían apagado. Así Así trato de darme calor con las manos porque no había traído algún abrigo.
— ¿te duele lo de ayer? —me pregunta Enzo mientras viene por detrás mío y se sienta frente a mi para almorzar.
—no... solo tengo frio. Me vine a sentar debajo del aire. —mira para todos lados, buscando algun otro lugar pero era imposible, estaba todo ocupado.
—bueno... no hay otro lugar, así que nos vamos a tener que quedar acá. Voy a buscar mi campera para que te pongas, ahí vengo. —asiento y se va. Yo vuelvo a lo mío mientras, y también reviso mis redes sociales, el lugar estaba bastante lleno, de seguramente muchos jugadores muy conocidos por los demás, pero no por mi desgraciadamente. Remediaría aquello al hablar con las chicas mientras descansamos luego. Una persona pasa de mí pero detiene su paso, levanto la mirada para verlo, me mira raro pero me reconoce otra ve.
— ¿nos cruzamos sin accidentes de por medio?
— ¡hola, Alan!
— ¿todo bien? Así que estas acá finalmente, ¿dónde te anotaste?
