|CAPÍTULO TRES|

318 43 10
                                    

✧✧✧✧✧✧*。 ★ *。✧✧✧✧✧✧

El Yoongi de trece años, en su etapa emo que odiaba el amor y cualquier muestra de cariño, estaría muy decepcionado de mí en este momento... Aunque esa etapa haya durado apenas dos semanas.

Pero realmente no era mi culpa, era un ser sensible en un mundo lleno de insensibles. Me emocionaba por las pequeñas cosas; podía llorar solo por ver un gato o porque alguien me ayudara con una mínima acción... Como aquella vez que un niño me dio una pequeña flor y lloré todo el camino a casa.

Sí, tal vez exageraba un poco.

Por eso no era sorpresa que mi vida fuera mucho más feliz y brillante desde que Jeon Jungkook empezó a devolverme los saludos cada mañana, seguido del apodo que me había puesto. "Gato" se había vuelto mi palabra favorita, sobre todo si salía de sus labios.

Seguía ignorándome, pero ¡al menos le agradaba lo suficiente para decirme hola!

Era irónico, ya había tenido una conversación con él, ¿por qué no volvía a tener otra? Había demostrado que era capaz y que, si lo hacía, no me trataría tan mal, pero mi mente me hacía malas jugadas. ¿Y si lo hartaba? ¿Y si no era lo suficientemente interesante? ¡¿Y si todo esto es un sueño y hablar con él solo era una trampa?!

Bien, mi mente me odiaba, y mucho. Pero no quería perder lo poco que habíamos avanzado... Tal vez solo estaba sobrepensando mucho las cosas.

Mamá siempre decía que ser yo mismo era la clave para tener amigos, pero cuando entré al instituto, ser yo mismo era la razón por la cual no los tenía. Tampoco tenía la intención de aparentar algo que no era, pero aun así, a veces creo que ser muy "yo" solo espantaba a todos.

Parecía que no había una razón evidente de por qué estaba pensando todo esto, pero sí la hay. Jungkook no solía hablar con nadie, pero justo y extrañamente hoy lo había visto hablar con otro chico, y como el bien raro que soy, solo los observé y analicé de lejos. No tenía ni idea de qué hablaban, pero era la primera vez que lo veía intercambiar más de dos frases seguidas con alguien.

¡No estaba celoso! Solo estaba estudiando el tipo de persona con la que Jeon Jungkook podía llegar a hablar, y después de pensarlo por buen rato... Yo no encajo en ese tipo de persona.

Trataba de convencerme de que los opuestos se atraen, pero ¿cómo podía saber eso si ni siquiera nos conocemos? Moría de ganas de hacerlo, es evidente, pero ¿cómo conocer a alguien que no quería que lo conocieran?

Parecía ser un caso perdido. Yo era un caso perdido.

Suspiré y entré al salón. Me dejé caer en mi asiento a la espera de Jungkook y que comenzara la clase, mientras solo me dediqué a leer.

Luego de unos minutos, sentí cómo el asiento de enfrente era ocupado, así que levanté la mirada y me encontré con el fornido y alto cuerpo del azabache. Solo sonreí e incliné mi cuerpo hacia él.

—¡Buenos días, Jungkookie!

—Hola, gato.

—¿Cómo estás? Hoy el día está muy lindo y...

—No me apetece hablar, gato, ni hoy ni nunca, así que ni te esfuerces.

Aquello se sintió como si me empujara nuevamente a mi asiento. Realmente eso pasó. Solo me limité a recostarme en mi asiento mientras cruzaba los brazos y un puchero involuntario se formaba en mi rostro.

¿Ahora no es obvio todo lo que pienso? Parecía que no importaba cuánto me esforzara, él es imposible para mí.

En ese momento, la profesora entró al salón, dando por iniciada su clase. Yo, extrañamente, presté más atención a lo que explicaba que al azabache al frente de mí. Estaba tratando de poner mis pensamientos en orden.

Ojitos de estrellas ✧ KookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora