A la noche

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Al rato de que el morocho lo haya dejado con un problemita en los pantalones se tuvo que ir a darse una ducha fría para bajar las revoluciones... y otras cosas.

Mientras que en el mini gimnasio que había en la casa estaban, Marcos, Agustín y un sonriente Thiago que no podía parar de sonreír desde que vio al rubio intentar entrar a la casa sin ser descubierto por los demás.

Ya habían empezado con los entrenamientos cuando llego el rubio, más tranquilo, con el pelo mojado y sin buzo, dejando en evidencia lo que estuvo haciendo anteriormente. Cuando paso por el costado de Thiago este no pudo evitar su tono de burla.

-¿Ducha fría?- Cuestiono con falsa curiosidad mientras veía los hermosos ojos de su rubio, que lo miraban de forma rara, haciéndolo poner un poco nervioso, pero no se iba a dejar intimidad.

-Sip y el culpable va a ser castigado- Freno el rubio para decirle eso al oído al menos, haciendo que se muerda el labio inferior, eso no tendría que haber sonado tan excitante, pero lo fue.

Así que disimulo las ganas que tenía de que Nacho lo empotrara en cualquier pared e intento seguir con lo que le decía Marquitos que tenía que hacer con las pesas.

Después de un rato tenía que hacer un ejercicio en el cual necesitaba que alguien más fuerte lo ayudara, por miedo de que se le cayeran las pesadas mancuernas y por lo que pudo ver a Nacho no le gusto mucho la idea de que Marcos lo ayudara.

¿Tiene que estar tan pegado? Se preguntaba el mismo mirando la escena, y sí, estaba celoso, para que negarlo, poco más y Marcos le apoyaba todo a SU morocho, sabía que era estúpido ponerse celoso, ya que el salteño estaba hasta las manos por Agustín, pero no lo culpen, ese culo era solo de él.

Así que con paso decidido se acercó a la parejita con una cara que a Thiago le dio un poquito de miedo, pero también genero que le cosquilleara el vientre de una forma que nunca le paso anteriormente.

-Yo lo ayudo Marcos, si querés pasa con Agus- Le dijo y sin esperar respuesta saco suavemente a Thiago de las manos de Marcos y lo coloco frente a el, si marcos estaba apoyado en Thiago, el podría pasar desapercibido como garrapata, se había pegado tanto al morocho que sentía como se erizaba ante su contacto, haciéndolo sonreir.

-¿Qué paso, lindo? ¿Nervioso?- Susurro suavemente en el oído contrario con voz ronca, no podía excitarse solo por eso, acababa de tener una erección hace media hora, parecía un adolescente de quince años.

Pero Thiago no se iba a quedar atrás, obviamente que lo había puesto nervioso, los dos estaban sin remera y podía sentir la calidez que emanaba el pecho de Nacho y como sus manos se paseaban por su cintura como si fuese algo de todos los días, como si tuviera la necesidad de tocar esta parte de Thiago, dejándolo con un nuevo revoltijo de sentimientos.

Dejando de lado todo lo que le generaba la cercanía uso el único recurso que sabía que funcionada, empujo su cadera hacia atrás, haciendo que la entrepierna del rubio quede completamente apoyada en él, escuchando un jadeo suave por parte de Nacho, volviéndolo loco.

-No empecemos porque esta vez no me voy a contener- Le volvió a susurrar mientras disimulaba tomando la mano de Thiago para que levantara la mancuerna y al parecer él estaba haciendo todo el trabajo porque Thiago había dejado de hacer fuerza.

-¿Y si no quiero que te contengas?- Pregunto dudoso dejando la mancuerna en manos de Nacho, pero sin mirarlo a los ojos, estaba con los nervios a flote, pero completamente seguro de lo que decía.

Estrategia (Nachiago)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora