Primera impresión

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Día 1: Primera impresión.

Liu Er cree que hay un idiota en un árbol pero, es un idiota muy agradable.
Y es el rey de la montaña.】

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Dicen que la primera impresión es la más importante.

La que nunca se olvida y siempre será el detonante para que las personas se acerquen o huyan de tu presencia.

Juzgar a un libro por su portada es fácil.

Atreverte a leer es otra cosa.

Cuando ves una portada linda, llamativa, colorida y nueva, no dudas en acércate a la estantería y tomarlo para empezar a leer pero, si en cambio, ves algo poco atractivo, monocromático, viejo y polvoriento, pensarás que es anticuado y buscaras otra cosa.

Liu Er Mihou no era exactamente la clase de mono de portada anticuada, de hecho llamaba la atención con esas orejas coloridas y su pelaje negro con lunares, tan obscuro como la obsidiana con remolinos y motas brillantes de plata, algunos lo veía y pensaban en la luna por como se formaban esos puntos, no, por supuesto que es una portada atractiva.

¿Qué pasa cuando la gente vé una portada atractiva pero un inmenso contenido? Exacto, la mayoría es floja y no le gusta leer cuando es demasiado.

Pero había alguien que no tenía inconveniente con ello, en primer lugar porque para él nunca existió una portada, ese libro siempre estuvo abierto y su tentación por leerlo fue ridículamente grande.

El mono sin padres, nacido de una roca, ve al macaco de seis orejas como el único libro que va a leer hasta el último milímetro de la página final, si se da la oportunidad.

Sun Wukong había regresado de su viaje con su primer maestro, divagando sereno en esa rama alta del árbol en pleno apojeo de la época donde se supone que buscas a una pareja, obviamente el mono se escondería para pasar desapercibido, sin algún tipo de intención e interés en esas actividades, siendo tan banales en su mente, centrado en poder encontrar una manera de conseguir fuerza, vida longeva, habilidad. Intentando encontrar sentido en porque los demás no se preocupan por los secretos inmortales.

Esas cosas no le servirán, no funcionan.

Y nadie sería digna de estar con él, ¡Por favor!, Es Sun Wukong, el mono de piedra, el atractivo rey de los monos.

El ocaso le daba un regalo a sus ojos, con el fresco viento atacar su rostro y cuerpo, permitiendo que su cabeza quedará en blanco, anticipando la cercanía de pasos a su árbol.

No paso mucho para ver al mono azabache que tanto observaba debes en cuando tirarse a la hierva y recargando su espalda en el tronco del árbol, meneado la cola y jugando con algo entre sus manos, Sun Wukong no evito curiosear y asomo su cabeza, observando una figurita de madera con piezas movibles, unos hilos salían de esta, amarrados a los dedos del macaco que manipulaba a la marioneta. Pronto se dió cuenta que eran dos y no una.

—¡Pero que tonto eres Liu Er! —dijo, imitando una voz aguda, suponiendo ser la de una fémina —¿Por qué no sales y buscas una hembra? Deja de hacer esas cosas tontas.

—Pero no son tontas, puedes hacer muchas cosas con ellas —respondió con voz infantil, los dedos del mono se movían con facilidad, creando movimiento con los hilos —, pero claro, ustedes no lo entienden...

Esa fue la primera vez que escuchaba hablar al otro con claridad, parpadeando varias veces por lo bonita que era.

En poco tiempo, el mono obscuro levanto ambas manos y movió los dedos, haciendo movimientos para entretenerse.

Sol y luna [Shadowpeach week]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora