Diferentes pero iguales.

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Era un día nuevo en Berlint, sol brillante y cielo azul despejado sin ningún rastro de nubes grises alrededor, todo parecía sereno y tranquilo un nuevo día repleto de oportunidades.

– ¡Ahhh! ¡ANYA SE QUEDO DORMIDA!.

Excepto en un pequeño departamento en la avenida park dónde un grito alertó a todos los vecinos en el edificio. A muchos les parecería algo de que alarmarse pero para todos los residentes era cosa de casi todos los días.

–¡Apresúrate en desayunar! ¡Llegarás tarde y sabes lo que eso podría significar!– recalcó su padre desde el comedor muy seriamente mirando el periódico.

Anya corría de un lado al otro en su habitación buscando sus cosas mientras se vestía desordenadamente, por suerte su uniforme estaba listo y planchado colgado en una esquina de su habitación, solo quedaba ponérselo.

Parecía un tornado en movimiento dejando desorden a su paso, no encontraba su media faltante tampoco su zapato mientras intentaba abotonar su camisa a duras penas. Sabía que su padre se molestaría por su falta de puntualidad pero no tenía la culpa, al menos no del todo.

"Es hora de dormir Anya, mañana tienes escuela".

Recordaba sus palabras la noche anterior al verla cerca del televisor disfrutando de sus caricaturas favoritas y aunque al principio lo escucho y se fue a dormir nunca llegó a cumplir su cometido. Aprovechó el silencio de la noche y espero pacientemente a que sus padres se fueran a dormir escabullendose de regreso a la sala y quedarse despierta hasta altas horas de la madrugada.

Ahora estaba pagando el precio de ver todo el maratón de películas de acción. No sé arrepentía estuvo genial pero hacerlo entre semana eso si que no fue una buena idea.

Salió del baño tras haberse cepillado los dientes de la manera más rápida posible ingresando al comedor en dos simples pasos.

–¡Anya está lista!– exclamó.

Tanto Loid como Yor dirigieron su atención hacia la niña observándola de pies a cabeza. Loid elevó una ceja entregándole una expresión de desaprobación al instante.

–No irás a la escuela luciendo así– pronunció mirando su aspecto todo desaliñado e incompleto– ¿En donde está tu zapato?.

– No lo encuentro–respondió bajando su mirada a su pie izquierdo notando la ausencia de su calzado.

–Debes buscarlo bien, te aseguro que está en tu habitación, entre el armario.

–Ya lo busque y no lo encontré, no está por ningún lado.

–Te digo que si debe estar– insistió haciendo a un lado su taza de café– no pudo desaparecer.

– ¡Es la verdad! ¡No está!.

El rubio se levantó de la silla con total tranquilidad emitiendo un leve suspiro conteniendo su frustración.

–¿Y si lo encuentro? ¿Que me dirás?.

–Gracias por encontrar mi zapato– sonrió ampliamente siguiendo a su padre hasta su habitación.

Tras encontrar el zapato justo en el lugar señalado, Yor ayudo a Anya a terminar de arreglarse ordenando su camisa y colocando sus medias para luego cepillar su cabello suavizando su aspecto, mientras la niña comía apresuradamente intentado no ahogarse con la leche en el proceso.

Salieron de su hogar deprisa alcanzando justo a tiempo el autobús escolar. Loid bajó a Anya de sus brazos y Yor le entregó su mochila obsequiandole una dulce sonrisa.

– Que tengas un lindo día Anya.

–Pórtate bien y hazle caso a tus maestros–agregó el rubio viéndola abordar el transporte.

Misión: Baile.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora