Salió del salón en silencio mirando sus pies de regreso a su aula mientras Becky la seguía de cerca asegurándose de que nadie volviera a mencionar algo al respecto de lo sucedido hace minutos atrás. Así como el día después de golpear al segundo, así se sentía, tan sobresaliente cómo las luces de un faro en la oscuridad mientras podía escuchar uno que otro pensamiento pasar a su lado.
Nunca esperó que bailar fuera tan complicado, no recordaba haber visto algo así antes, en la televisión todo era muy diferente y más sencillo. Ahora el segundo era su compañero y no esperaba que la tratara diferente, siempre tan grosero y detestable pero eso no importaba.
No, debía hacer que su plan funcionará.
El caer frente a todos y escuchar sus pensamientos le hizo darse cuenta que necesitaba esforzarse aún más. No le agradaba el baile en parejas prefería bailar como sabía y nada más pero ese era el reto.
–Vaya día, necesito un descanso– pronunció Becky caminando juntas hacia la salida– no te sientas mal Anya, no es tu culpa que tú compañero sea un reverendo idiota. Él es el necesita un curso intensivo de como comportarse.
-Esto solo comienza– murmuró cambiando su semblante– Anya no se dará por vencida.
Becky miró a su amiga y prestó atención a la sonrisa torcida que poseída, aveces Anya daba miedo por las caras que hacía pero se alegraba que su espíritu siguiera intacto luego de lo ocurrido esa tarde.
Era su mejor amiga, la única que no la trataba diferente o por interés como otros niños que había conocido antes, tratándose cómo iguales y divirtiéndose mucho juntas. Sin duda no se equivocó en escoger una amiga verdadera. Sonrió aliviada al escucharla decir eso, había estado callada el resto de la tarde y comenzaba a preocuparse pero ahora ya no tenía sentido.
–Me alegra verte de nuevo feliz Anya– habló con una sonrisa genuina– ya comenzaba a preocuparme.
–Nada de eso, solo peparaba mi estralegia– mencionó con arrogancia– el primer día salió mal pero no puedo rendirme.
–¡Así se habla! ¡Es muy pronto para lágrimas! ¡Ánimo soldado!
La ánimo haciendo que su sonrisa risueña de ampliará aún más. Becky tenía razón, quizás había perdido la batalla pero no la guerra.
–¡Me esforzaré ya verás!.
Ambas comenzaron a reírse mientras seguían su camino entre juegos.
Escucharlas reír no pasó desapercibido por él quien las observaba a un lado, más específicamente a cierta pelirosa de ojos verdes cautivadores. Luego de lo que pasó en las lecciones, no esperaba verla de tan buen humor, sin embargo, ahí estaba tan alegre como siempre casi intacta.
Al verla en el piso con su cabeza baja y en silencio tras tropezar con él, no pudo evitar sentir un nudo en su estómago desarrollarse. Pensó que con el golpe se había lastimado queriendo acercarse, sintiéndose culpable pero llegó Blackbell muy enojada para defenderla.
–¡Ven a una niña en el piso y nadie se atreve a brindarle ayuda! ¡Ahora veo que todos aquí necesitan una lección de modales! ¡Qué vergüenza!.
No podía dejar de escuchar su voz en su cabeza repetirse una y otra vez. Odiaba tener que pensar en eso, en darle la razón. Por más que su ser lo aborreciera por completo, ahora se suponía que eran parejas en un tonto baile absurdo y por más ridículo que fuese estaba implicado. Esa tonta, no podía quitársela de encima.
Miró como sonreía a lo lejos mientras sus mejillas sonrosadas destacaban entre los demás. Su corazón comenzó a latir rapidamente y una calidez subió a sus mejillas.
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Misión: Baile.
FanfictionTras acercarse una antigua tradición en Edén, Anya se ve obligada a participar en lo que será un importante paso para la operación Strix. Si tiene éxito garantizará la paz entre el Este y el Oeste, si falla será el fin de esta era de tranquilidad. ¿...