Capitulo 1, introducción.

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Bienvenido o bienvenida a esta historia.

Mi nombre es José, me dedico a la investigación de los casos más difíciles con los que se encuentran mis compañeros, se podría decir que siempre fui "la última esperanza", ya que, cuando cualquier caso se vea negro e imposible de resolver, me llaman para resolverlo yo, porque, por decirlo de una manera más amena, tengo una mente "inusual", la cual trabaja a un ritmo un poco diferente a la de los demás, sacando pistas hasta de detrás de las piedras debido a algunos conocimientos y recursos que tengo.

El capítulo de hoy me gustaría introducirlos un poco a uno de los casos más raros de mis 37 años de trabajo y 23 casos de experiencia, 4 de "prueba" y 19 un poco más... ¿Cómo decirlo? ¿Individuales, a cuenta propia o serios? Pero bueno, de estos casos, 3 de ellos me generaron la misma pregunta: ¿Cómo llegaron a esta situación y con qué motivo?
Pero hay uno que nunca olvidaré debido a cómo fue, tanto de dificultad como de duración, ya que me tomó demasiados años resolverlo, tanto tiempo fue que me permití dedicarme a otros casos para ver si se me venía algo a la mente.

El caso fue el de un chico de 21 años de un "centro de locos", como se le solía llamar a los centros psiquiátricos en aquel entonces, el cual decía tener un "amigo imaginario", quién era agresivo cuando alguien se metía con el chico. El chico fue clasificado temporalmente en el psiquiátrico como "paciente 109", lo que le dio el nombre a la investigación. En el lugar era conocido por su peculiar aspecto, era de pelo castaño con reflejo rubio por un pasado con un pelo rubio natural, gafas delgadas de patas metálicas, un peso aproximado de 83 kilogramos y de musculatura y altura confusas. Mientras que algunas personas dicen que tenía una buena musculatura por años de experiencia en un gimnasio y una altura aproximada de 1'73 metros, otros dicen que tenía la musculatura de alguien que iba de manera casual al gimnasio, tal vez 3 o 4 veces por mes con buena técnica, y una altura de 1'87 metros.
2 de los datos que suelen ayudar en estos casos resultan ahora mismo fuera de nuestro alcance, por lo que tendremos que hacer suposiciones, que es lo más común, y buscar con parecidos. No sería hacer lo correcto, pero nadie dice nada al ser usado ese método, ni siquiera los supervisores de forma verbal.

El misterio del caso 109Donde viven las historias. Descúbrelo ahora