•Encuentro PT.1•

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Alcancé a ver algunos vestidos puestos sobre la cama, zapatos por el suelo, revistas, un piano... además de un olor tan suave y dulce, que me hace saber que es el cuarto de una chica.
Me quedé allí parado como en un trance, no pensando nada, solo, embobado, tal vez por el también notorio hedor a cigarrillo. Me fui tan lejos de mi mente que por unos segundos olvidé en donde estaba, hasta que escuché las voces de Alvin y el vecino, acercándose a la puerta.

- ¿Tienes carga pesada, Denbrough?- gritaba desde afuera, cada vez más cerca.

-....

- ¿¡William?! ¿¡Que estás haciendo niño?!- asomó rápidamente su cabeza por la puerta, encontrándome agachado intentando levantar un pesado reloj.- Oh...- parecía enfadado y acelerado- Ahí estás.

- ¿Podría echarme una mano?- asentí actuando como si nada. El corazón se me latía tan fuerte que temí por que este tipo lo escuchara.

- Claro... ah- sacó un pañuelo de la bolsa en su camisa y se lo pasó por la frente- Ya fue suficiente, puedes irte.

- ¿No quería que...?- me levanté.

- Ya es bastante tarde. Te agradezco la ayuda- se tranquilizó, aunque aun se notaba algo tenso. No di más revoloteo al asunto, le hice un buen gesto y me fui, dejándolo allí parado en su sala. Vaya susto le debí dar.
Llegando a casa caí rendido en mi cama, ese tipo tenía demasiadas cosas que desechar, lo raro de eso es que la mayoría estaban en buen estado, ¿se irá a mudar?
Bueno no solo eso es raro, ahora que lo pienso, todo en él es extraño, no solo su cara. Lo de su esposa, su hija, incluso el cuarto en su casa...

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- No puede ser de su hija, si sugieres que este la mató o la regaló y dejó su cuarto intacto- decidí contarle a Mike y a Stan, probablemente son los más listos del grupo.

- ¿Que...?

- No tiene sentido- explicó Stan- La niña era una bebé cuando su esposa murió. Bueno eso dices

- Eso dijo mi madre... y si... tienen razón. Pero...- esperábamos a los demás para ir a la escuela. Pronto Richie, Eddie y Ben se aproximaban a nosotros.

- Escucha, Bill- Mike bajó la voz- Hay muchos cabos sueltos. No sabes en primera si esa historia es cierta, tampoco si su hija pudo haber crecido con él, o si tiene secuestrada a alguien.

- ¿Y como podríamos averiguarlo?- los demás estaban por llegar. Mike y Stan se miraron el uno al otro.

- Tal vez el tipo se siente solo y, en esa habitación, guarda todas las pertenencias de su difunta esposa.- estaba por debatir eso, pero Stanley me ganó la palabra- ¿Viste alguna foto de la mujer? Bueno, puede que esté allí también.

- Tiene coherencia- los tres asentimos- Gracias. Y por favor, no quiero que cuenten algo sobre esto.

- No hay problema.- Dicho y hecho, el tema acabó allí, recibimos a Richie, Eddie y Ben para irnos.
El día estuvo como siempre, algunas clases solo, otras con Richie y Eddie o con Mike y Stan, el que está en todas es Ben, pero casi no hablamos.
A la salida decidí ir por mi cuenta al bosque donde fui aquel día, después de todo, necesitaba algo de silencio para pensar en... no lo sé, lo que me da vueltas en la cabeza.
Dejé mi bici en el mismo lugar e hice el mismo recorrido, a la misma hora, esperé un rato semejante y, me di cuenta que no iba para pensar. Quería verla, más allá mis sueños en los que por alguna razón aparece.

- ¿Vienes a menudo a este lugar?- levanté la voz cuando escuché algunas hojas crujir cada vez más cerca, teniendo esperanza de que fuera quien yo quería.

- ¿Cómo lo sabes?- al parecer no quedé como un tonto delante de un desconocido, era el delicado tono que recordaba- Tú no lo haces.- la chica me pasó por el lado, se sentó frente a mí manteniendo distancia y fumando de nuevo.

- Supuse que te encontraría aquí.

- ¿Viniste a buscarme, entonces?- dijo intentando coquetear, si le funcionaba.- ¿Que no tienes amigos para entretenerte?

- No son payasos... bueno, tal vez Richie se asemeje a un mono del circo- solté una carcajada, ella igual, como asintiendo.

- Así que ese boca sucia fue quien te llegó a capturar- continuaba risueña, pero no feliz, sino, reía con nostalgia.- ¿Te juntas con ese montón de muchachos y ninguno logra sacarte del aburrimiento?

- ¿Los conoces?- era obvio, pero quería sacarle platica, evitar que se fuera. Saqué un cigarrillo de la cajetilla en mi mochila y se lo acerqué a ella, pidiéndole su encendedor.- Entonces si vas a la escuela.

- Todos en Derry conocen a Richie Tozier, por ende a sus demás amigos- asintió de nuevo. Ignoró mi otra afirmación para sacar su encendedor y prenderme el cigarrillo, no lo lograba pues mis manos eran temblorosas.- Quieto, Denbrough- optó por tomar mi mano para mantenerla fija, me impresioné al sentir lo extremadamente fría que estaba, además de pálida. Al notar mi boca y ojos medio abiertos, supo lo que era, de inmediato me soltó.

- ¿No tienes frío?- estaba comenzando el otoño, las brisas heladas aumentaban cada día, ese bosque estaba lleno de ellas y la chica solo traía un ligero vestido.- Sabes tengo un abrigo en la mochila y...- se levantó.

- No- metió sus manos entre los brazos- Sabes creo que ya...

- No te vayas- supliqué. Eso le frenó el paso. Me levanté para alcanzarla. Tenía los labios hirviendo rojo sin importar el frío- No quise incomodarte, disculpa.

- Ya sé que estoy helada, Bill- me miró a los ojos, seria- Pero no necesito tu ayuda.

- Lo entiendo- no, no lo entendía, en primer lugar no pude terminar de comprender qué fue lo que la incomodó.- Pero por favor...

- ...- volteó los ojos con algo de gracia ppr mi expresion- ¿Que?

- ¿De verdad tienes que irte? Es que...- no encontraba otra excusa más que ella me interesaba, no solamente me sentía como atraído hacia su ser, sino, me intrigaba y quería conocerla.

- Dilo- se cruzó de brazos, comenzaba a enfadarse.

- Yo... tengo mucho frío- era verdad, en parte.

- Vete a casa entonces.- me miraba mientras yo rejuntaba mis cosas del suelo. Se dio media vuelta, comenzando a irse.

- ¿Y si me acompañas?- de nuevo se detuvo. Lo consideró, pero yo sabía que por alguna razón me iba a rechazar.- No insinúo nada malo, enserio- advertí.- Podemos hacer lo que tú quieras, pero yo solo quiero... saber de ti.- la pelirroja se volteó hacia mí, con un gesto más aliviado, se quedó así pensando por unos segundos, tal vez viendo las ventajas o desventajas.

- ¿Cómo sé que no me harás nada malo?

- Yo...- tenía razón en estar desconfiada- Ah... no, no encuentro que decirte para validarlo- me rendí.- Solo quiero saber algo más que tú gusto por los cigarrillos.- eso causó una diminuta sonrisa en su rostro.

- Prométeme no decirle a nadie sobre esto- lo decía muy enserio- Ni que me conoces, ni que hablamos, ni que fui a tu casa... nada.

- Lo prometo- ya había rompido esa promesa, le conté a Stan y a Mike... pero no volvería a hacerlo con tal de tenerla cerca.

•Secreto O Fantasía• Billverly Donde viven las historias. Descúbrelo ahora