Los días pasaban y la escuela no resultó ser una basura como esperaba, Richie y Eddie me presentaron a otros chicos, Stanley, Mike y Ben. Salíamos varios días a la sala de juegos para ver al pelinegro emocionarse y perder, además las visitas a sus casas o a la mía han sido muy normalizadas, por lo que no me aburro, creo que me agradan, también yo a ellos. Mi madre está feliz de verme las últimas tres semanas salir y tener amigos, supongo que todo va bien.
No volví a ver a la chica.
....- Espero no gastes tu mesada en tonterías judías, Stan.
- ¿En que lo gastaría tu mamá?
- ¡Cierra la boca, Richie!- Eddie se enfurecía por tofo y por nada, cada media de segundo; peor cuando Stanley y Richie se ponían de acuerdo para molestarlo.
Estábamos en casa del rizado, su padre, el rabino de la iglesia judía a la que asisten y su madre, sumisa a lo que su esposo dijera, nos veían con malos ojos cuando subíamos hacia el cuarto del chico, probablemente por el reguero de insultos que provenían de Richie y Mike en menos de un minuto. Ignorando sus gestos, nos recibían bien, Andrea Uris preparaba algo para cenar cada vez que nos veía entrar y apesar de que la hora de irnos siempre era antes de las 8, me comenzó a gustar estar allí, comenzando porque Stanley es quien vive más cerca de mi casa.- ¿Cómo está yendo la escuela, muchachos?- Donald puso una mano sobre el hombro de su hijo esperándonos a responder- El último año requiere de un gran esfuerzo.
- Pues, si hay que esforzarse más para hablarle a las chicas, ya no son tan fáciles como en segundo año y...- de inmediato Ben le dio un golpe en la cabeza al pelinegro- ¡Oye!
- Se refiere a la escuela, Richie- todos lo fulminabamos con la mirada. Sabíamos que Stanley podría tener problemas pero Richie era un poco muy inconsciente.
- ¿Que?- acomodándose los lentes nos miró a todos- ¿No quieren hablar de chicas porque son gays?- el señor Uris decidió que era mejor irse de allí. Todos le respondimos con una fea mueca.- Es la verdad, solo a Ben le gustaba...
- ¡Richie!- el chico le volvió a dar un golpe pero ahora en su estómago con el codo.
- ¿Que pasa?- Mike lo miró como si no tuviera relevancia.
- ¿Te gusta alguien, Ben?- Eddie abrió lo más posible y asombrado sus ojos.
Al ver que el pobre no iba a responder, Richiense adelantó.- Le gusta Beverly Marsh- sonrió. Todos soltaron un suspiro de asombro y comenzaron a decir estupideces.
- ¿Por eso has estado triste estos dias? - comienza Stan. Mi teléfono vibró, lo saqué aún poniendo atencion a la conversación - ¿Porque ya no la volviste a ver?.-
Tenía un mensaje de mi madre:
"-Bill, te necesito en casa, ahora"- La mamá de Eddie necesita compañía, Ben- molestó el bocazas, para variar. Ben se levantó para golpearlo con facilidad, los demás reíamos. Yo también me levanté.
- ¿No te ibas a quedar, Bill?
- No Edds, mi madre me necesita en casa. ¡Los veo luego!- asintieron y me fui.
Llegué casi de inmediato a casa, no era una emergencia ni nada, mamá estaba tan normal como cualquier otro día. Me detuve en la puerta de su habitación y la observé, esperando a que dijera algo. Esperaba más un regaño que un favor, mucho menos, ese favor.- Alvin está sacando algunas cosas de su apartamento por una limpieza que realizó hace un par de días. Son cosas pesadas.
- ¿Y...?
- Vive en un tercer piso, con escaleras en mal estado y una mala columna.- no quería pedírmelo, ella sabe que yo no querría ir.
- Quieres que le ayude- asentí seriamente, no me hace mucha gracia, pero el aumento de mi mesada depende de eso favores.
- Vive en... las partes pobres de Derry, al lado del río, es el departamento tiene una placa, con su apellido- Ni idea de como sabe tanto, mejor no preguntar- ¿Te ubicas de noche?
- Oh... ¿te refieres a ir ahora mismo?
- Por eso te mandé a llamar. ¡Dime de una vez si me harás el favor o...!
- De acuerdo, no te preocupes- le hice una falsa sonrisa, me volteé y salí de la casa. Me dirigí hacia la dirección que mamá me había dado.
He pasado unas tres veces por allí con esos tontos, nunca imaginé que Alvin Marsh viviera en esos sucios apartamentos, si él se ve... ¿rico? No sé si sea la mejor definición.Al llegar, dejé mi bicicleta recostada a un muro y comencé a buscar las escaleras. Di unos cuantos pasos, las vi a unos metros, me acerqué más y también habían dos siluetas, una parecía ser Alvin, lo sé porque estudié sin querer la forma de su cara la vez que cenó en casa. La otra silueta... era mucho más pequeña y delicada, como de una mujer, tenía una especie de sueter o capa que le cubría el rostro por completo. Alvin la tomó por los hombros y la envió en la dirección contraria, cuando se alejó bastante, supe que era momento de acercarme.
No pasó mucho para que el tipo notara mi presencia.- Hola- levanté una mano. Alvin estaba extrañado de verme, sorprendido - Ah... mamá dijo que necesitaba ayuda.
- ¿Sharon?- deducí que estaba incómodo, probablemente me hubiera echado si no hubiera sido mi madre la que me envió.
Se quedó helado por un corto tiempo, como procesando. Luego reaccionó y se volteó, me hizo una seña para que lo siguiera escaleras arriba .- Claro.- conté 34 escalones para llegar, todos estuvieron tan incómodos y silenciosos, quería escapar de allí.
Efectivamente su puerta tenía "Marsh" escrito en una placa dorada.
Me indicó que era lo que podía ayudar a cargar, dudó y vaciló de mi fuerza para intentar alivianar la tensión que él mismo traía, yo solo me reí.
Eran varias cajas y muebles, tardaríamos un buen rato en esto, tiempo que aproveché para observar y husmear un poco su hogar. Lo que alcanzaba a ver además de la sala era un pasillo con 3 puertas y una entrada a la cocina; aunque el lugar se notaba denigrante, estaba increíblemente limpio. En una de las 100 veces que llevaba entrando a su apartamento, me detuve a observar las puertas, solo me causaban curiosidad, se veían muy tétricas y oscuras. Definitivamente una era del baño, la otra supongo que su habitación, y la tercera...
Demonios, haber puesto atención a esa estupidez me causó más intriga. Escuché los pasos que se aproximaban a la puerta, rápidamente cambié el gesto y rejunte una de las cajas, Alvin entró a recoger otra, ya no se sentía tan raro o nervioso como al principio, en su casa no parecia que asesinaban gente y tampoco tenía cosas asquerosas o espeluznantes como creí.
La antepenúltima cosa a bajar era un pesado sofá, ese si estaba más o menos mugriento. Entre los dos lo levantamos y lo llevamos a las escaleras, por desgracia las ganas de ir al baño me estaban desconcertando, un vecino que iba subiendo lo notó y tomó mi lugar.- Ah... ¿le importa si uso su baño?
- Claro que no- estaba de un buen humor frente al vecino- Segunda puerta a la derecha- indicó. Agradecí con una pequeña sonrisa para entrar de nuevo, me aproximé al baño rápidamente. Así que este si era su baño, la otra de enfrente estaba abierta y disimuladamente eché un vistazo rápido, era su habitación.
¿Entonces la puerta del fondo...?
Siquiera mié bien. Sé que no es correcto y mi corazón lleno de miedo me lo recuerda, pero ese sillón era muy pesado y... tengo tiempo de husmear.
Salí del baño, revisé y los dos hombres iban apenas la mitad de escalones abajo.
Volví al final del pasillo y tomé la cerradura, le di vuelta y antes de empujar, la cabeza se me llenó de cosas.
¿Y si tiene cosas pervertidas? Aún peor... ¿cuerpos? Se ve como un psicópata y ni finge lo contrario, tal vez esté mal de la cabeza o...
Las cortinas blancas dejaban entrar un poco la luz, dejando un espacio simplemente distinto, principalmente porque detrás de esa puerta, vivía una chica.
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•Secreto O Fantasía• Billverly
Fanfic¿Un secreto o una fantasía? Para Bill fue fácil dejar todo y mudarse a Derry, sin saber que lo difícil se lo encontraría allí.