Primera Parte

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Nie Mingjue no podía apartar su mirada del joven Wen que había asistido a las clases de Gusu Lan ese año.

Estaba acostumbrado a la arrogancia de la secta Wen, esa presunción al caminar y la superioridad con la que veían a los demás. Los repudiaba no solo por lo que el líder, Wen Ruohan, le había hecho a su padre, sino también por la moral tan torcida que presentaban cada uno de los individuos de dicha secta que había conocido.

Wen Xu era prepotente y desafiante, la protección de su padre lo hacía un imbécil que se pavoneaba mientras se burlaba de los demás. Su hermano, Wen Chao, era aún peor. El poder y la estupidez son dos cosas que no debían combinarse y ese cultivador era un claro ejemplo.

No sólo presumía al igual que su hermano, sino que aprovechaba y tomaba lo que quisiera sin poder recibir ni un solo castigo por ello, lastimaba y hería sin piedad.

Pero ese joven maestro era todo lo opuesto a ellos. Caminaba por la Profundidad entre las Nubes como si tratara de pasar desapercibido. Comía en completo silencio y jamás hablaba en clases a menos que los mentores le pidieran contestar. Parecía incluso un Lan, silencioso, discreto, simple y sencillo.

- Se llama Wen Qionglin - la voz de Lan Xichen, su mejor amigo, lo sacó de sus pensamientos - No es de la línea principal de la secta Qishan Wen, pero si es de la rama secundaria de médicos.

- ¿Médicos? Es por eso que está aquí... - Nie Mingjue no miraba con disimulo, incomodaba al pobre estudiante que trataba de mantener su mirada en el libro - ¿Estudia medicina?

- Sí, el tío dice que es de los mejores estudiantes - Lan Xichen trataba de entender por qué el repentino interés de su amigo en un Wen - Los Lan somos serios, pero él es tímido. Tal vez puedas intentar acercarte si dejaras de mirarlo como si quisieras comerlo.

- No lo estoy viendo de esa manera, solo me preocupa que sea una especie de espía o algo así - Nie Mingjue no confiaría en ningún Wen, se negaba, por más que la piel de ese joven pareciera la de una oveja.

- No lo es, Mingjue-xiong - Lan Xichen sonrió - Los libros que toma de la biblioteca son de medicina, plantas y poemas. ¿Qué daño puede hacer un joven así?

Nie Mingjue dejó de verlo cuando el siguiente maestro llegó para darles clases. Wen Ning suspiró de alivio cuando dejó de sentir los ojos de Nie Mingjue sobre él.

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Estaba escondido entre los arbustos, no porque estuviera espiando, sino porque no quería espantar a la persona que estaba entrenando con el arco en ese momento.

Nie Mingjue solo podía ver a esa distancia un cabello castaño recogido en una coleta y un par de brazos fuertes que disparaban a los centros con demasiada facilidad. Parecía incluso que esa persona había nacido ya con un arco en la mano.

El joven en cuestión no solo tomó las dianas más complicadas, sino que estaba perforando sus mismas flechas con otras. La última, Nie Mingjue sonreía para ese momento, siguió una hoja que iba cayendo del árbol, para después golpear en el centro de otro círculo, sujetando la hoja.

- ¡Impresionante! - Nie Mingjue salió de su lugar y caminó hasta el joven que estaba de espaldas, haciéndolo encogerse en su lugar - ¿Podría este joven maestro discutir conmigo sobre las técnicas de arco que conoce?

El joven no volteó, tan solo seguía rígido en su lugar. Nie Mingjue caminó hasta alcanzarlo y lo tomó del hombro, cuando se dio la vuelta se encontró con un par de ojos verdes que había estado vigilando los últimos días. Se sorprendió de ver a Wen Ning con aquella expresión asustada. Y entonces creyó todo lo que dijo Lan Xichen.

Hasta que confíes en mí (MingNing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora