Capítulo 01

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≡;- ꒰ °Querido ser inexistente ꒱
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Midoriya Izuku
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Esta carta va dirigida especialmente para una persona, aquella inexistente que mi alma de infante buscó y rogó su presencia por años, aquella figura que se suponía que tenía que tener, aquel supuesto pilar en mi vida que solo se fue dejando que el coliseo se desparramara sobre mis entrañas manchando mis zapatos de rojo.
Por si no entendiste, estoy hablando de ti, padre ¿Tengo el derecho de llamarte así? ¿Tú tienes el derecho para considerarse uno? Lo único que hiciste fue abandonarme en el vientre de mi difunta madre, dejándonos a la suerte de la vida y el destino, el cual ya muchos concuerdan conmigo, que no son para nada gentiles.
¿Acaso te imaginaste como sería nuestra vida sin ti? ¿Acaso preguntaste si estaba bien abandonarnos? Alguna vez, en tu vida de libertad ¿Te preocupaste por mí? ¿Por mamá? ¿Por esta familia? No me extrañaría saber que quizás hasta te olvidaste de nuestra existencia, que solo fuimos un sueño efímero para ti, nada más que una vaga fantasía que simplemente olvidaste o dejaste que flotara en tu cabeza, borrándolo, ignorando la sensación de que te olvidabas de algo.

Madre, que en paz descanse, hablaba maravillas de ti, para ella eras un príncipe azul que la rescató de las garras del diablo, que en tus ojos encontró la vida y ya no estaba en medio de la cornisa entre la muerte, como estoy yo ahora. Madre murió con pesar en su pecho y como últimas palabras en vida, solo dijo que te buscara y que tú me salvarías, lamento informarte que si te busqué pero nunca te encontré y como última carta, como mi última salvación, planeo volar, volar sin alas y sentir la sensación de la caída dejando que mi cuerpo sienta el éxtasis de besar los labios de la muerte.

No te confundas, esta carta no es para que te sientas culpable, resentido, traicionado, abandonado o cualquier sensación que amenace en entrar a tu corazón, solo te informo que ahora eres un ave totalmente libre, mamá murió pensando en ti y yo moriré pensando en ustedes.

Att: Izuku Midoriya
Para: Mi querido ser inexistente.

Leyó su carta con una pequeña sonrisa en sus labios mientras sentía la fuerte brisa del viento azotar su débil cuerpo lleno de heridas, dirigió su apagada mirada al cielo notando los hermosos colores que este tenía, imaginando que el manto de color celeste con blanco lo abrigara mientras que la muerte espera allí abajo para buscarlo. El chico de cabello verde al igual que sus ojos esmeralda se aproximaba a la cornisa para no dejar esperar al destino que lo aguardaba, pensaba que quizás en su próxima vida lograría ser alguien más, quizás tener un kosei, una familia de verdad y tener amigos que no lo van a abandonar; las palabras de quién hacía llamar amigo inundaron su mente "suicídate" provocando que su vista se nublara, secó sus lágrimas mirando la palma de sus manos, viendo como el líquido se desparramaba pero, no sentía nada, era el mismo vacío abrumando su corazón, ya no había vuelta atrás, ya se había decidido e iba a seguir con su labor, morir. Dió solo un paso más hasta sentir el vértigo de la caída, la cual, se sentía como lo había imaginado, un verdadero final.

Solo había una persona mirando la grotesca escena, un hombre de cabello blanco y de unos intensos ojos rojos. Aquel hombre se acercó al cadáver agarrando una pequeña nota que tenía en uno de los bolsillos de su pantalón, viendo el nombre del joven, provocando que algo en su interior se removiera con inquietud.

-Izuku Midoriya. Pobre niño, muerto a tan temprana edad...

Dijo con pena en su voz mientras seguía observando el cuerpo, aunque, al ver como este se empezaba a remover, admiró con mayor curiosidad lo que estaba pasando. Aquel chico teñido de su propia sangre y mugre se empezaba a levantar soltando varios quejidos de dolor mientras aproximaba sus manos a su cabeza golpeando está con fuerza mientras gritaba.

-¡No! ¡No! ¡No! ¡No tenía que pasar esto! ¿¡Por qué está pasando esto!? -Grito desesperando mientras miraba sus manos llenas de sangre con una mirada completamente transformada por la ira. -¡Maldita sea!

-Niño...

Izuku al escuchar una voz ajena, rápidamente se volteó logrando ver a aquel hombre vestido totalmente de negro; el peliverde sonrió de forma esperanzada mientras se levantaba y se acercaba tambaleante, se aferró al traje de aquel hombre y lloró con felicidad.

-¿Eres la muerte? -Habló el menor con aquella sonrisa, la cual borró al ver como el hombre negaba.

-No soy la muerte, pero podría decirse que soy casi lo mismo, soy el villano que se llevará vidas por delante y la oscuridad que va a inundar al mundo.

-Llevame contigo muerte, llévate mi alma por favor, haz que desaparezca mi dolor y llevate con eso las penas y pesares -Rogó mientras apretaba con fuerza su pecho, llorando a mares, suplicante de su final.

Aquel hombre lo miró expectante, sonrió de una forma alegre mientras extendía su mano con suavidad hasta el pequeño, el cual lo miró y sin dudar tomo su mano dejando a la vista su notoria alegría.

-Haré que toda esa pena y dolor que inunda tu corazón desaparezca y que todas las personas que provocaron tu sufrimiento lo paguen, en especial aquel hombre que abandonó a tu querida madre.

-¿Así podré conseguir paz? -Preguntó mientras era guiado por aquel hombre.

-Así podrás conseguir paz -Respondió sin borrar su sonrisa mientras miraba al frente.

Izuku Midoriya volteó su mirada hacia atrás, logrando ver por unos pequeños instantes su propio cuerpo sumergido en sangre "ya no hay vuelta atrás" se dijo a si mismo mientras seguía su paso al frente, está vez, aferrándose al brazo de quién, a sus pobres ojos inundados por el anhelo de ser bendecido por la oscuridad, veía como a la muerte misma, ese ente que parecía ser un cuento para asustar.

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