Cuento de navidad

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- Deseaba esta Navidad tener tu corazón, pero se lo diste a alguien más. Hace poco te volví a encontrar, quise ignorarte, pero no te deje de mirar. ¿Qué tiene el que no tenga yo? La respuesta era simple. Tu amor... - Se repetía Johnny mientras miraba como el cielo se llenaba de estrellas en Noche Buena.

La lluvia empezó a caer copiosamente y en pocos segundos empapó por completo a Daniel; empeorando su mal humor. Había discutido fuertemente con Terry; quién lo trato con mucha frialdad, y le dijo que no era más que un pobre niño caprichoso y mal criado. Daniel sentía una mezcla de angustia y rabia. Estaba muy afectado y veía todo negro.

- No puede ser posible, faltando poco más de una semana para Navidad - Se repetía cuando llegó a su habitación en la pensión, prendió la radio y se paró en la ventana a mirar el exterior. - ¿Cómo es posible esto? - Se repetía.

Terry era su novio, tenía pensado pasar la Navidad con sus amigos pero Daniel quería que estén juntos en Nochebuena y Navidad. Veía como sus recuerdos con Terry se escapaban, veía como la lluvia caía en esa noche tan fría y veía como su Navidad tan planeada se hundía, acababan de romperle el corazón.

- Daniel... ¡Daniel! - Sobresaltado, el joven volteó y vio a Johnny parado fuera de su habitación con unos adornos para el árbol de Navidad.

- ¡Ah! Estabas aquí, no me di cuenta - Dijo sin emoción. - ¿Qué quieres? -

- El... El árbol - Respondió el joven débilmente.

- ¡¿Qué?! - Preguntó Daniel secamente.

Johnny suspiró inseguro.

- El-eel árbol... ¿Puee-ddes ayu-ayudarme? Conseguí... aquellos ángeles que tanto te gustaron -señaló el muchacho con mucha timidez, mientras sonreía.

- ¡Ah! ya, ya. Disculpa no puedo ahora - Dijo Daniel con hastío. - En todo caso, no estaré aquí mucho tiempo -

- ¿Qué quieres decir? - Preguntó Johnny sorprendido.

- Que me voy - Respondió Daniel con indiferencia, mientras volvía a mirar el exterior. - Ojalá se vaya con su tonto árbol y me deje en paz - Se dijo. Empezaba a sentirse deprimido.

- Pe-pero ¿Por... qué? ¡¿Por qué?! - Preguntó Johnny angustiado. Con fastidio, Daniel lo miro nuevamente.

- ¡Bueno, porque sí! Porque me voy y punto - Respondió enojado.

Johnny permaneció en silencio unos segundos con sus facciones desencajadas por el miedo y la ansiedad.

Él también había hecho planes para esta Navidad. La pensión tenía un árbol, era ahí donde se reunirían todos los que ahí viven, compartirían regalos y buenos deseos. A Johnny, luego de desearlo tanto, le había tocado ser el amigo secreto de Daniel y se tomó muy enserio tal responsabilidad y de pronto, al saber que le perdía, se acercó a Daniel. No pudiendo contenerse más, las lágrimas cayeron por su rostro, poco a poco.

- No. Por favor no te vayas. ¡Por favor! Si hay algo que te molesta de mí dímelo y yo procuraré corregirlo, pero por favor no te vayas... no me dejes... Necesito verte cada día -Johnny se acercaba más y más, y Daniel retrocedió hasta que su espalda tocó la ventana.

- Oye, ¿Pero de qué demonios estás hablando? - Daniel levantó los brazos en un intento de alejar a Johnny, pero este lo abrazó con tal ímpetu, que lo descolocó.

- ¡Hablo de que ya no aguanto más! Todos estos meses he sufrido demasiado ¡Te amo, Daniel! ¡Te amo con toda mi alma! No soportaría estar alejado de ti, te amo - Sorpresivamente, Johnny acercó a los labios de Daniel, y lo besó apasionadamente, con un beso infinitamente inexperto y torpe.

Daniel se liberó con furia.

- ¡¿PERO QUE DEMONIOS ESTAS HACIENDO?! - Gritó mientras se limpiaba los labios con desagrado.

- Yo... yo lo la-lamento... ¡No-no sé qué me pasó!... Yo... no debí hacerlo - Se disculpó Johnny con el rostro encendido y visiblemente avergonzado.

- ¡POR SUPUESTO QUE NO DEBISTE HACERLO! - Gritó Daniel nuevamente. - ¿Cómo pudiste imaginar siquiera que yo podría fijarme en alguien como tú? ¡Mírate! Mira tú pelo ¿Te lo lavas alguna vez? - El rostro de Daniel reflejaba desprecio- ¿Sabes? Debería estar enojado, pero la verdad es que me das pena ¡Eres patético Johnny! ¡Patético! - 

Tomo el ángel que tenía Johnny en su mano, lo tiro al suelo, y con unas pisadas lo rompió. Luego, Daniel buscó su chaqueta y con tres zancadas llegó a la puerta.

- No te pareces en nada a mi novio - Dijo.

- ¡Daniel, espera! - 

Gritó Johnny, pero Daniel lo ignoró y se marchó dando un portazo. Johnny ahogó un grito y cayó de rodillas, con su cuerpo sacudido por fuertes y desgarradores sollozos.

Aquella noche Daniel se reconcilió con Terry; pasó el fin de semana con él y todo estuvo bien otra vez. Entonces recordó a Johnny, y pensó que había sido muy duro; decidió que hablaría con él para zanjar en forma pacífica las cosas.

El lunes después de clases regresó a la pensión, muy sonriente, le había comprado a Johnny un regalo, con el fin de ganar su perdón y tener su amistad. Pero al entrar al cuarto de Johnny, descubrió que en el lugar donde debían estar las cosas de él, habían libros y ropas extrañas. De pronto se abrió la puerta, y un chico desconocido entró en la habitación.

- ¡Ah! ¡Hola! Tú debes ser Daniel. Soy Chozen. Seremos compañeros al menos por un tiempo, tengo entendido que te marchas pronto - Dijo el muchacho con una sonrisa.

- ¿Sabes qué pasó con el muchacho que vivía aquí? - Preguntó Daniel, aún sorprendido.

- ¡Oh! Se fue el sábado. Justo el día que vine a preguntar si había un espacio... ¡Tuve suerte! Encontrar donde quedarte, en Navidad es bastante difícil.

- Sí... mucha suerte - Susurró Daniel sintiendo un extraño pesar en el corazón.

¿Pero en dónde estaba Johnny?

¿Qué era eso que sentía en su corazón?, ¿Qué era eso? Ya no le importaba las caricias de Terry, ni sus largos besos, ni el dinero que había gastado él, en los regalos de Navidad para él y sus amigos. Se había dado cuenta que Terry había comprado su amistad, y después su amor. Terry era alto, galante y muy popular, todo lo que Johnny no era.

- Johnny ¿Qué es para mí? - Se repetía.

De repente, se recordó, que cada vez que él y su novio discutían, Johnny siempre había estado ahí para escucharlo y consolarlo, diciéndole que todo estaría bien. Johnny siempre había estado para él, era invisible, pero ahí había estado.

- ¿Y ahora? ¿Qué hare sin él?» - Se repetía Daniel.

De repente, al llegar a su habitación, encuentra sobre su cama, una pequeña cajita, con una nota escrita que decía:

  Para el árbol de Navidad.

Dentro de la cajita estaba aquel adorno navideño, que él había roto, aquel ángel que Johnny tenía en sus manos, lo había reparado con una habilidad increíble.

- ¿Es que acaso yo podría amar a Johnny? Él no tiene nada de lo que me gusta en los hombres - Se repetía entre sollozos, una y otra vez.

Pero nunca llegaba a creérselo. De repente, sintió como si una fuerza dentro de él explotara, que lo impulso a ponerse de pie, y salir corriendo.

- Esté donde esté lo encontraré - Se decía dentro de él mientras sonreía.

Era Noche Buena, y, estaba enamorado...

Esta es una adaptación de un cuento de Elvis machaca.

Y con esta adaptación de este cuento que me encanto doy por terminado el reto, disfrute mucho el escribirlo y les agradezco haberme acompañado a lo largo de estos 14, agradezco muchos sus estrellas y les deseo una feliz navidad y próspero año nuevo, lxs amooooo :3 💖💖💖💖💖

Naviship Cobra KaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora