Capitulo 14

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Phoebe fue una niña bastante peculiar. No solía jugar con los otros niños, pues en realidad los sentía algunos muy tontos. No cabía si era porque ella era madura para su edad o si los niños eran muy tontos en general.

Nunca pudo congeniar con ningún niño en el jardín de niños. De no ser porque Max es igual, no se habrían hecho amigos jamás; todo cambio cuando llegó a Hogwarts a los once años, y se dio cuenta que naturalmente ella siempre fue diferente.

Creció siendo solo una, no entendí a los demás, pero siempre quiso algo más: hermanitos. Desafortunadamente, con Travis y Grace como padres eso no sería posible.

A veces se detiene a pesar en sus padres, tal y como en esa tarde, ella sabe que detrás de la fallada ligera y divertida de su madre, en su corazón aún le duele que nunca pudo concebir hijos.

Y lo que la llevaba a pesar en eso era en cómo le tocó estar cuidando de la pequeña Weasley.

Había empezado el mes de octubre, y con los cambios de clima, las lluvias torrenciales que habían pasado y todavía, el estrés del ciclo escolar, Ginny se había enfermado; le salía humo de la cabeza, sus ojos lloraban y su pequeña linda nariz estaba rojiza como su cabello.

—Debes terminarte lo. - le comentó la pelinegra tras observar como la menor intentaba dejar el vaso aún con líquido en el fondo.

—pero pica la garganta.

—¿quieres seguir pareciendo un cerrillo? - Ginny negó de inmediato. —entonces bébelo completo. Sin pensarlo, si lo haces es más complicado.

Ni ella misma se cuidaba tanto como lo hizo con la menor de los Weasley. Fueron varios los que se enfermaron en esa temporada, pero la poción de Madame Pomfrey es efectiva, y solo requería de pasar una noche en la enfermería; ni sus hermanos estaban presentes insistiendo como la pelinegra hacia.

—te quedarás aquí hoy, se supone que en unas dos horas estarás en perfecto estado, pero se requiere atención. - comentó mientras checa a la temperatura en su frente.

Aún a pesar de todas las lluvias que parecían querer acabar con los cristales del colegio, Oliver no se rindió y continuó haciendo que el equipo de Gryffindor entrenara al doble. El chico no lo iba a admitir tan fácilmente, si le preocupaba que el equipo de Slytherin poseyeran todos nimbus 2001. Phoebe se sorprendía de no haberse enfermado también como su pequeña amiga.

Esa tarde en especial habían tenido entrenamiento, habían pasado ya unas horas desde entonces; había terminado molida, pero como es de esperarse, no se dio la libertad de ir a tomar un descanso. Había ocupado un espacio cerca de la chimenea en la sala común, no le molestaba sentarse en el suelo. A su lado estaba Harry, quien tenía pergaminos regados y la pluma lista, con la intención de hacer sus deberes... solo con la intención, porque no paraba de hablar - sorprendentemente - y no hacía nada.

Justo le contaba del castigo que se libró y de cómo Nick Casi decapitado lo ayudó, y este lo termino invitando a su fiesta de muerte número solo Merlín sabrá.

—y como tienes corazón de pollo y no sabes decir que no, aceptaste ¿no es así? - pregunto alzando la mirada hacia el menor. Este se encogió de hombros y sujetó la pluma con ambas manos avergonzado. —Harry...

—¡No podía decirle que no! - respondió de inmediato.

—¿y porque no? Harry, ¿te das cuenta que ese lugar va a estar llena de muertos?

—lo sé, pero es que no quería hacerle sentir mal, ya se sentía mal por no haber sido aceptado en el club de los decapitados.

—¡Harry el hombre tiene 500 años de muerto! Si pudo con su muerte, podrá con un rechazo.

SEMPITERNO | I | FRED WEASLEY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora