SEMPITERNO | I | FRED WEASLEY.

Capitulo 17

Si creyó que todo sería más sencillo después de dejar de ocultar su parentesco con Harry, estaba muy equivocada; los días siguientes solo fueron tensos y llenos de cuestionamientos.

Cuatro años tenía la pelinegra en Hogwarts y hasta ese momento se le acercaban a preguntarle absolutamente todo sobre su vida entera e incluso existencia. Que, si donde estuvo todo ese tiempo, o si sabía que era una Potter, unos más crueles que otros le preguntaban que sentía ahora que sabía que sus padres ya no estaban de verdad.

Jamás a nadie le interesó un poco la vida de Phoebe Winter, pero al parecer Phoebe Potter es alguien diferente para ellos. Y su tortura comenzó desde que en las listas de asistencia cambio, pero aún peor... cuando los profesores empezaron a llamarla Potter y no Winter.

Pero en general, todo estaba bien, sus allegados - exceptuando Angelina - se lo tomaron muy bien y no tuvieron problema con el cambio de nombre, pero Phoebe estaba tan acostumbrada a la inconformidad natural de la muchacha que no le importó mucho que ella la ignorara un par de horas por no haberle contado antes.

El tiempo voló y como algo natural la noticia quedó atrás, Phoebe Winter ya no existía, y a veces se sentía culpable por disfrutar de su revelación sin haber considerado la opinión de Grace y Travis.

Febrero llegó en un abrir y cerrar de ojos, y de pronto se encontraba entrando al gran comedor y este decorado a la ocasión; 14 de febrero. En su colegio muggle estaban todos obligados a participar en un intercambio secreto, era una tontería si le preguntaban a la muchacha, ahí tenía que fingir que le caían bien sus compañeros. Muchas veces hacían trampa y se elegían entre ella y Max, así el dinero quedaba entre ellos y no con desconocidos.

Agradeció enormemente cuando en Hogwarts no compartían la misma tradición, incluso no le dan tanta importancia a la festividad, sin embargo, la presencia de cierto profesor que le encanta llamar la atención, Phoebe intuyó que el señor tuvo algo que ver.

Y era obvio, ahí lo vio de pie frente a todos, pavoneándose y haciendo el ridículo frente a sus colegas.

Ella de verdad se apenaba por sus profesores, si ella misma como alumna no lo soporta y es solo una jovencita, no se imagina que jaqueca ha de ser tenerlo de compañero.

Se fue acercando a sus amigos, Fred no dudó ni un segundo en empujar a su gemelo hacia un costado solo para hacerle lugar. George de mala gana se movió y no dudó en mirar confundido a su hermano, mucho menos entendió porque quería hacerle lugar a la joven Potter justo en medio ellos, cuando sus amigas le tenían un lugar apartado en frente.

De igual manera, Phoebe había ido hacia ese lugar casi de inmediato.

"Raro" canturreo en su cabeza George, observando a Fred que no se había vuelto a girar hacia la mesa hasta que la pelinegra tomó el lugar que se le había hecho.

—Por favor, que no vaya a hablar... es temprano aún. -se quejó masajeando su sien.

Lockhart, vistiendo orgulloso su ridícula túnica de un color rosa chillón que combinaba con la decoración, reclamaba silencio con las manos. Los profesores que tenía a ambos lados lo miraban estupefactos, la pelinegra no pudo más que comprenderlos, incluso a Snape.

—¡Feliz día de San Valentín! - gritó Lockhart. —¡Y quiero también dar las gracias a las cuarenta y seis personas que me han enviado tarjetas! Sí, me he tomado la libertad de preparar esta pequeña sorpresa para todos ustedes... ¡y no acaba aquí la cosa!

—¿quien en su sano juicio le haría una carta al payaso? – preguntó en voz baja demasiado harta.

—te sorprendería la cantidad de personas que lo adoran. – le respondió Fred con el mismo disgusto. —debiste enviarle una también.