Wolftail

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Unos pasos matutinos, un joven, acercándose a una puerta sin nada especial

—Gordo, vístete. Tu suspensión termino toca regresar a la escuela. —dijo despreocupado

En aquella habitación con videojuegos, posters de anime y un librero lleno de comics y mangas un niño en su pijama estaba sentado con la cabeza en las rodillas, no estaba llorando, pero en su mirada se veía una depresión o más bien... una especie de culpa.

—Aún debe de seguir afectado por lo que sucedió en la escuela. Esos niños debieron de ser muy malos con él.

—Sí, pero no creo que sea solo eso. ¿Recuerdas porque lo suspendieron?

Lo recordaban, cuando recibieron una llamada...

En una escuela de una ciudad donde los edificios no suelen ser mayores a diez pisos un joven estudiante universitario caminaba al lado de una maestra de primaria quien inició la conversación

—Me alegra que viniera pese a lo repentino.

—Descuide. —caminaron un poco, el chico dudando respondió— Seguro ya está cansada de escuchar la misma frase de padres, pero no es posible que Alex esté en detención.

—En realidad, yo tampoco lo puedo creer. Alex... es un niño tranquilo, aunque en lo personal, y no lo tome a mal, ni como insulto, pero siempre he considerado a Alex un gigante dormido. He visto a muchos niños de su tamaño meterse con los más pequeños valiéndose de su fuerza, groseros y con poco interés en la escuela, pero Alex es muy introvertido y... algo solitario.

—Lo sé, en sus cumpleaños solemos invitar a unos pocos amigos y familiares íntimos, pero muchas veces solo somos nosotros tres, en realidad no tiene lo que se pueda llamar "amigos" de verdad.

—Lo entiendo, sé que le cuesta hacer amigos. He notado como los otros niños se meten con él. Casi nunca viene a decirme cuando algo le molesta. Es muy bien portado, pero vive en su mundo... Sin embargo últimamente han ocurrido incidentes...

Pasaron por una puerta con una cruz roja, la enfermería de la escuela. Cuando el joven vio por la ventana de la puerta, notó a la enfermera dando primeros auxilios a un grupo pequeño de niños alrededor de los diez años y a un par de chicos de secundaria, tenían arañazos y laceraciones de las que con solo ver te estremecen y templan el cuerpo, cortadas atroces y precisas cuál mano de cirujano. Uniformes escolares todos rasgados, mordidos como si los hubiese atacado algún animal.

—Ya los vio ¿verdad? —dijo la maestra con preocupación.

—Esos niños...

—Algunos son de mi clase, son los que le hacen maldad a Alex, los otros son chicos de secundaria que suelen meterse con los más pequeños, afortunadamente sus heridas no son mayores, pero es muy probable que queden cicatrices... vera, tenemos razones para creer que Alex tiene que ver con sus heridas.

—¡Alex nunca haría algo así! —el chico no pudo contener su reacción.

—No estoy culpando a Alex, pero la verdad, motivos no le faltan, todos ellos se han metido con él en más de una ocasión. Por eso dije que considero a Alex un gigante dormido. Temo que no puedo hacer mucho, los testimonios han llegado a oídos de la coordinadora y estos indican que Alex les hizo eso, sin embargo, hay discrepancias.

» Para empezar, al revisar las pertenencias de Alex exhaustivamente y todos los lugares que frecuenta junto con algunos otros donde podría esconderse un arma de filo, sin éxito; las herramientas de jardinería que el conserje usa están siempre bajo candado por seguridad. Pero, eso no explica las mordidas que claramente no eran las de un niño, ni siquiera un humano. La enfermera dice que las marcas son como las de un animal, pero es imposible que alguien metiera alguno capaz de dejar semejantes zarpazos sin que nadie se diera cuenta. Los incidentes ocurrieron en los recreos y las horas libres donde los profesores no vigilaban... Los chicos que fueron heridos afirman que Alex lo hizo, pero decían cosas sin sentido, decían que estaban "jugando" con él como siempre y que simplemente fueron atacados, que Alex no se movió, que para cuando se dieron cuenta ya fueron arañados. Incluso dicen que Alex está poseído por un espíritu maldito. Le digo todo esto sin faltarle el respeto, para que tenga una idea lo suficientemente clara de la situación, siempre he pensado que la justicia falta en la escuela. —siguieron caminando hasta llegar a doblar el pasillo— Por aquí, sígame, la sala de detención está por aquí.

Wolftail, ese maldito espirituDonde viven las historias. Descúbrelo ahora